El lado oscuro
Frente a la timidez desesperante de lo bueno, las cosas malas se extienden fácilmente. Son un virus que contagia con tan sólo mirarlo de reojo. Por mucho que incrementes la higiene o evites compartir instrumentos con la fuente de la infección, la plaga lo atrapa todo, es una sombra alargada de la que este país es incapaz de salir desde el fatídico 1-O. Y aquí seguimos todos en la oscuridad, esperando a que el sol salga en Cataluña mientras los expedientes del resto de las comunidades autónomas duermen el sueño de los justos. ¿Llegará ese rayo de luz con las elecciones catalanas del 21 de diciembre?
Porque el panorama que dibujan las encuestas tampoco alienta la esperanza de que la vacuna contra este sombrío mal vaya a descubrirse todo. Al contrario, los sondeos pronostican un empate entre el lado oscuro -esos malvados independentistas que nos traen a malvivir- y los salvadores de la unidad de la patria con Ciudadanos a los mandos de la nave nodriza. Esa igualdad y la importancia para el jedi Rajoy de los comicios provoca que el resto del país continúe estancado en el bombardeo de noticias sobre Cataluña que ensordece el resto de los problemas.
Sin ir muy lejos, mientras el imperio contraataca, la aprobación del REF económico de Canarias sufre un nuevo retraso, la reforma del Estatuto de Autonomía camina a paso de tortuga y la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica sigue anclada en una lejana galaxia. Cataluña manda y el archipiélago espera junto con las demás regiones a que llegue el despertar de la fuerza.
Todos los analistas asumen ya que tanta batallita de película tuvo, tiene y tendrá consecuencias directas en el PIB de Cataluña y en el del resto de las comunidades autónomas. Las guerras, aunque se libren en satélites belgas, pasan siempre una gruesa factura económica que el cobrador del frac no perdona. Ésta la tenemos que pagar todos, aunque vivamos en el planeta más alejado del centro del universo, en unas islas que dependen de Madrid como cualquier pobre colonia minera olvidada en Júpiter.
El problema es que los efectos especiales de la saga española de Star Wars parecen interminables. Se cumplen dos meses de oscuridad, pero las urnas en Cataluña pueden alargar aún más la sombra y dejarnos sin luz hasta la primavera. ¡Que la fuerza nos acompañe!
