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El enfoque económico

«Todavía queda mucho por hacer en Canarias para recuperar el bienestar previo a la crisis»

Jueves, 1 de enero 1970

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta sus previsiones actualizadas y justo se ha presentado en el Parlamento el informe del Consejo Económico y Social de Canarias (CES) sobre 2017. Uno y otro son mapas idóneos que permiten entender la coyuntura de la economía en un entorno precisamente globalizado, más si cabe por nuestra dependencia hacia el sector terciario y la posición geopolítica de conexión con los tres continentes (relato habitual que escuchamos que, por desgracia, llevó a Pablo Casado a pensar en el archipiélago como base de la OTAN para África).

El FMI apunta la desaceleración económica mundial: rebaja el crecimiento del 3,7% al 3,5% para este 2019, dos décimas menos a esta escala. Lo cual también se traslada a España cuando pronostica una bajada del 2,5% en 2018 al 2,2% en 2019, y finalmente al 1,9% en 2020. Es decir, nuestro país estaría en esas coordenadas de desaceleración que incluso hace pensar que pueda sobrevenir una nueva crisis antes o después sin que adquiera la gravedad de la Gran Recesión de 2008. Con todo, se sigue creciendo.

Por otro lado, Blas Trujillo entregó a la presidenta de la Cámara, Carolina Darias, el informe del CES que es una radiografía económica sobre 2017 en Canarias. Un curso que ciertamente fue bueno: la economía isleña creció un 4,1% entonces a la par que el riesgo de pobreza pasó de afectar al 35% de la población canaria al 30%. Y si el FMI se ciñó a alertar sobre la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el CES recordó que aún hay consecuencias de la crisis que arrastramos desde 2008. Esa sensibilidad social viene avalada por la trayectoria del propio Trujillo que conoce el universo empresarial y sindical desde que fue consejero. Parece algo obvio y, sin embargo, no lo es. Porque justo al FMI se le ha criticado con frecuencia su mera tecnocracia en la que aplicaba el recetario de turno (esencialmente el neoliberal del Consenso de Washington) que sufrió en su momento Suramérica. De aquel daño tomaron luego inspiración política fórmulas como el chavismo y demás que probablemente con otro talante del FMI se hubieran evitado. De hecho, sí ha reconocido el FMI el error del drama del rescate de la economía griega a cuenta de la crisis de la eurozona. Tener este principio social es una cuestión de convicción y de servicio público. Por eso más allá de los números y las tablas que contiene el informe del CES sobre lo que fue 2017, lo interesante es integrarlo en el contexto y la literatura que lo explica. Y lo suyo, como ha ocurrido, es que a la vez que se entrega la memoria se denuncia que todavía queda mucho por hacer en Canarias para recuperar el bienestar previo a la crisis. Sin eso, lo demás sobra.

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