Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 19 de abril

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En estas fechas, siempre recurrimos a los buenos deseos y las ilusiones infantiles de la noche mágica del 5 de enero. Dicen que la mejor manera de combatir las tentaciones es caer en ellas, y por lo tanto me rindo ante la corriente general y lanzaré todo mi ilusionario para 2018, que no se diferencia mucho del básico “Paz en el mundo” que suele lanzar Miss Oklahoma en el concurso de Miss América... Y ya ven, voy por el quinto renglón publicado del año y ya me he hecho acreedor a la primera crítica porque he utilizado una imagen que puede ser interpretada como atentatoria contra el más elemental principio de igualdad.

Esa es mi primera ilusión, que se nos endurezca un poquito la piel, porque usamos hirientes dardos contra todo lo que se mueve pero ponemos el grito en el cielo apenas nos roce una brizna de aire más fuerte de lo habitual. He hecho la prueba y son muy raros los textos o parlamentos de más de cincuenta palabras en los que no se pueda hallar algo interpretable como políticamente incorrecto, aunque esté pensado con mucho cuidado, porque siempre el que lee o escucha lo hace desde su propia visión de las cosas, y eso da sentidos distintos a los mensajes. Es evidente que hay que oponerse frontalmente contra palabras y acciones que hagan clara apología de la violencia, el machismo, la xenofobia, el racismo o cualquier otra discriminación negativa de un colectivo, una idea o una manera de actuar. Pero es que a veces se hila tan fino que se puede llegar a situaciones tan delirantes como que el gremio de panaderos, molesto con el refrán “Pan con pan, comida de tontos”, se ha dirigido a la RAE y al Instituto Cervantes para lo supriman. Y yo pregunto: ¿qué lo suprima de dónde? No hay una institución que decrete o elimine refranes, es la gente la que dice o deja de decir. La RAE puede cambiar significados semánticos en los diccionarios, pero no impedir que alguien use un refrán. ¿Qué podría hacer? ¿Poner una multa? Y, la verdad, aquí para nosotros, pan con pan es solo pan, y está bien, y extraordinariamente bien cuando es el pan calentito de las panaderías de siempre –hoy en desuso- que huele a felicidad inalcanzable.

Nos pasamos la vida discutiendo palabras sin ir a los hechos. Es criticable, sin duda, ese pasar por encima, con frases rimbombantes que ya no tienen contenido, de la mayoría de los políticos con respecto a temas muy duros, como la violencia machista, la malnutrición infantil o el acoso en la escuela o en el trabajo (me pesan sus nombre con aire anglosajón). Ahí se le puede sacar filo a una frase de más o a un silencio de menos, siempre dependiendo de la ideología de quien habla y quien valora, pero solo se mueven las lenguas afiladísimas y se sigue de brazos caídos sin acometer en serio asuntos tan graves, con medidas, recursos y decisión política.

Da mucha pena que, en lugar de la creciente pobreza infantil, el gran debate sea este o aquel detalle de una cabalgata de los Reyes Magos. Horas y horas de verborrea sobre algo tan trivial, pero nadie propone (hablar de que llegue a existir con todos sus atributos es ya territorio de la utopía) un plan de choque para que no haga falta que vengan los Reyes Magos, que finalmente tampoco hacen su trabajo, porque suelen descargar más en los palacios que en los pesebres. Pero, claro, a estas alturas todo suena tan correcto y vacío como el discurso de de Miss Oklahoma.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios