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De camaleón a pavo real

Jueves, 1 de enero 1970

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La táctica del camaleón suele ser muy efectiva. Sin mover una pestaña, vestido acorde al escenario y con ojos saltones bien atentos al entorno, el reptil espera que un despistado insecto se mueva por sus alrededores confiado en que la vida es larga hasta que una lengua viscosa lo devuelve a la cruda realidad. A comer: mínimo esfuerzo, máximo rendimiento. Porque no hay duda de que, con la barriga llena, incluso la selva de la política canaria parece menos agresiva, sobre todo para un Gobierno regional que prefiere huir de los focos. Reto para una encuesta de mínimos: diga en 30 segundos el nombre de cinco consejeros del Ejecutivo de Fernando Clavijo.

A poco más de una año de que acabe la legislatura, dudo mucho de que más de un 5% de los lectores pueda superar esta prueba. Tranquilo, no desespere. No es culpa suya desconocer los nombres y las caras de las personas que llevan las riendas de esta comunidad autónoma. Tampoco es casualidad que la mayoría limite sus apariciones públicas a los plenos parlamentarios y a alguna que otra rueda de prensa sobre asuntos nimios que -será casualidad- casi siempre se convoca en Santa Cruz de Tenerife.

Pero no se preocupe, el modelo consejero camaleón tornará después del verano a pavo real. No falla. Cuando se acerque el final del curso político, todos los que han permanecido este tiempo escondidos en despachos o en actos para la galería sin riesgo de preguntas periodísticas se pondrán plumas, lentejuelas y hasta bombillas navideñas para llamar la atención sobre su gestión. Volveremos al tiempo de tres ruedas de prensa por día, cinco reuniones con ministros a la semana y novedosos proyectos legislativos que morirán tan rápido como nacieron.

Pero tampoco hay que confundirse. Este espectáculo de fuegos artificiales no está dirigido a los ciudadanos, pobres gestionados que tampoco merecen demasiada atención. Un buen tecnócrata siempre han tenido claro que su mejor sonrisa debe reservarse para el poder, para aquellos que llegado el momento decidirán quién repite en el cargo y quién tendrá que volver a su anterior vida. A los consejeros del Gobierno modelo esfinge les queda poco tiempo para empezar a moverse y, en ese contexto, jugarán un papel fundamental los millones que vendrán en breve de Madrid. Vale que no queda mucho tiempo para gestionarlos, pero ¿a quién le importa? Un año da para mucha presentación de proyectos, para muchas primeras piedras y para cortes de cinta vestido de pavo real. Se acabó el tiempo del camaleón.

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