Windows on the world: queremos seguir siendo democracia
Esa mirada que en estos momentos nos lleva a preguntarnos a los canarios, por ejemplo, el porqué del cambio de rumbo y criterio de Sánchez respecto al Sáhara occidental en favor de las tesis del reino de Marruecos
Diputado autonómico del Partido Popular de Canarias. Director de empresas y organizaciones turísticas
Domingo, 7 de diciembre 2025, 06:30
Será en el inminente 2026 cuando se vayan a cumplir veinticinco años ya desde que aconteciera el probablemente peor atentado terrorista en tiempos modernos: el ... ataque por Al Qaeda con aviones de pasajeros a las torres gemelas de Nueva York, en acción coordinada, a su vez, con similar ataque al Pentágono, en Arlington; y un cuarto avión secuestrado estrellado en Pennsylvania, pero cuyo objetivo real era el Capitolio estadounidense, sede del congreso norteamericano. Casi 3.000 muertos, unos 25.000 heridos con graves secuelas a largo plazo, y –lo de menos- miles de millones de dólares en la reconstrucción de infraestructuras.
El 'culpable' de que mi mente se haya trasladado en el tiempo a aquellos terribles actos que de forma indirecta también representaron un ataque contra las democracias modernas, ha sido el presidente del grupo hotelero Barceló, Simón Pedro Barceló, cuando en el transcurso de una nueva e interesantísima charla organizada por Foro Canarias, dio su parecer al respecto de las actuales inestabilidades geopolíticas que acontecen en distintas partes del mundo.
«Aquel día (el 11-S) ha sido el único día de mi vida en que realmente no pude dormir», manifestó el presidente de la cadena hotelera balear a preguntas de dos grandes maestros de ceremonias, profesionales y personas como son Fernando Canellada, director de 'La Provincia', y Francisco Suárez, director de CANARIAS7.
Se hablaba en concreto de la crisis en Venezuela por motivo de ser ahora objetivo de Estados Unidos en su lucha –supuestamente- contra el narcotráfico, y la posible afección que dicho conflicto pudiera generar en la actividad turística de todo el Caribe. Y Barceló aprovechó para conjugar su análisis sobre la cuestión que se le planteaba, con aquella otra crisis de hace ya un cuarto de siglo.
Tal y como compartió Barceló con los asistentes al encuentro, sucedió que pocas semanas antes de los atentados, él había estado almorzando en el restaurante Windows on the World situado en la planta 107 de la torre norte del World Trade Center, posteriormente desaparecido para siempre entre las miles de toneladas de escombros en que acabaron convertidos aquellos míticos rascacielos.
Y que en el momento de dichos atentados la angustia emocional respecto a cuál pudiera ser entonces el futuro (a pequeña escala comparada con la magnitud de la tragedia) de su organización empresarial, fue lo que le provocó aquel insomnio no deseado. Pero que de igual forma entendió, asumió o comprendió que, con fortaleza entremezclada con tranquilidad, es factible superar vicisitudes de inestabilidad en cualquier orden.
Y lo que el destacado hotelero balear vinculó, a través del Windows on the World, a su ámbito empresarial, inmediatamente lo extrapolé yo a nuestro más próximo ámbito institucional y a la inexplicable e injustificada situación de crisis e inestabilidad gubernamental, constitucional, democrática, y de principios y valores en que el presidente Sánchez viene sometiendo a nuestro país desde prácticamente el minuto uno de su periplo presidencialista, a raíz de desdecirse respecto a todo aquello que, precisamente en lo constitucional y en lo de principios y valores, dijo jamás acometería. Sobra enumerarlo todo. Ya lo conocen de la A (de Ábalos) la Z (de Zapatero), pasando por el epítome de la pleitesía a un prófugo de la justicia de nuestro país, de lo cual hemos vuelto a ser testigos en reciente entrevista periodística al presidente.
Windows on the World bien pudiera traducirse literariamente como 'una mirada al mundo'. Esa mirada que en estos momentos nos lleva a preguntarnos a los canarios, por ejemplo, el porqué del cambio de rumbo y criterio de Sánchez respecto al Sáhara occidental en favor de las tesis del reino de Marruecos.
Una mirada que también sigue mirando a Ucrania y abre aún más los ojos ante el último de los exabruptos de Putin, señalando éste que «si Europa quiere una guerra con Rusia, estamos preparados para responder. En Ucrania estamos actuando de forma quirúrgica. En Europa no quedaría nadie para negociar».
O una mirada que también atiende a los últimos argumentos de Donald Trump sobre nuestro continente, haciendo ahora suya esa especie de tesis conspirativa conocida como 'el gran reemplazo' y advirtiendo, a través de su nueva estrategia de seguridad nacional, del 'borrado de la civilización' de Europa como consecuencia de las políticas migratorias europeas y por la supuesta censura de la UE a la libertad de expresión e incluso a la oposición política.
Rusia amenazándonos con que nos puede 'borrar' del mapa. Estados Unidos advirtiéndonos de que nuestra civilización puede acabar 'borrada'. Y en medio de todo, España que no sólo se «borra» de Eurovisión, sino que pone en práctica la censura decidiendo incluso RTVE no emitir el 'concurso' (por así llamarlo) europeo de la canción por motivo de la ya nuevamente confirmada participación de Israel en el mismo.
La Israel de la barbarie y masacre en Gaza que, avalada por Estados Unidos y a través de los Acuerdos de Abraham de 2020, no sólo ha normalizado, sino que ha fortalecido significativamente sus relaciones con Marruecos, a través ahora de una sólida asociación estratégica que incluye cooperación militar, económica y diplomática. E incluso reconociendo también Israel, como el gobierno de Pedro Sánchez, la soberanía marroquí sobre el Sáhara occidental.
Ese Sáhara occidental –no olvidemos- respecto al que Canarias ejerce, por mandato de Naciones Unidas desde hace cincuenta años a través de la OACI (la Organización Internacional de Aviación Civil), la gestión de todo su espacio aéreo desde el FIR (Flight Information Region) Canarias que, junto al FIR Madrid y al FIR Barcelona, estructuran para la OACI el cielo español. Pero por el que parece también aspira el vecino reino alauita.
Y esa Marruecos, aliado de Israel, con la que España co-organizará, además de con Portugal, el mundial de fútbol de 2030 para el que Gran Canaria ha sido designada, gracias al denodado esfuerzo de muchos, sede mundialista. Pero, ¿y si se clasifica Israel? ¿Renunciaremos a ser sede? ¿Renunciará España a acoger el mayor evento deportivo mundial? ¿Renunciará RTVE a la emisión de los partidos?
A mí Eurovisión me gustaba de pequeño, no así en los últimos tiempos en que más me parece un concurso de burla a la canción, salvo muy honrosas excepciones. Pero, en cualquier caso, ¿incluso censura televisiva? Hubiera bastado con asignarle 'dos rombos'. Porque se empieza censurando la televisión, y se acaba… Lo dicho, Windows on the World: queremos seguir siendo democracia. No a los pilotos suicidas. Para poder dormir.
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