Vea la portada de CANARIAS7 de este domingo 7 de diciembre de 2025

Sin codazos

DEL DIRECTOR ·

Quizás sea cuestión de crear una especie de comisionado para este desastre

Veo la rueda de prensa conjunta de Pedro Sánchez, Ángel Víctor Torres y Mariano Hernández Zapata y reconforta un detalle: bajo los micrófonos hay una placa donde se encuentran los escudos de España (por el Gobierno central), el de Canarias y el de la Isla Bonita. Y no se aprecia que haya una competencia entre los tres dirigentes, representantes a su vez de gobiernos y administraciones públicas, por copar el protagonismo y quitárselo a los otros.

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Ojalá se mantenga esa unidad de acción porque el desafío que hay por delante es titánico. Hercúleo, si quieren. Tanto en lo económico como en lo emocional, pues al impacto en quienes lo han perdido todo se suma el de la isla en su conjunto, que ahora se encuentra sin conexiones aéreas interinsulares, por culpa de una ceniza que también se deja sentir en La Gomera y que igualmente obliga a cancelar esas conexiones. Estamos, por tanto, hablando de palabras mayores en la dimensión económica, pero sigo insistiendo en que la emotiva no es menor. Para quienes fueron evacuados y saben que sus casas y sus fincas están bajo el manto de lava, no hay consuelo posible y sin embargo hay que buscarlo. Para quienes están perdiendo el sueño porque son palmeros y tienen el corazón encogido, también hay que brindar apoyo.

Saben que no están solos: que Canarias es tierra solidaria es algo más que demostrado históricamente y ahora no va a ser menos. Incluso puede que sea más: la exposición mediática que está viviendo este volcán hace que cada rugido sea sentido de alguna manera en todos los hogares. Y con cada estallido, ese ejercicio mental de intentar ponerse en la piel de los palmeros, en su desazón y, sin embargo, en la necesidad de salir adelante. En ese sentido, es aleccionador el ejemplo de los hombres y mujeres del campo, que saben que sus cultivos están en peligro por el manto de ceniza, pero que ofrecen sus camiones para trasladar a los evacuados, o para esas fugaces visitas a las casas que se abandonaron deprisa y todavía siguen en pie, en una excursión apresurada para sacar algo que se había quedado atrás.

Quizás sea cuestión de crear una especie de comisionado para este desastre integrado por un representante de cada administración, sin nadie por encima de los demás. Y que vayan precisando lo que hace falta y que vayan, sobre todo, exigiendo que las ayudas prometidas llegan con la mayor de la celeridad. Le va la vida en ello a cientos, miles de palmeros, pero también les la estabilidad emocional. Que no es cosa menor

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