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Cierre de legislatura

Jueves, 1 de enero 1970

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En realidad, la intervención de Fernando Clavijo hubiera valido para cualquier debate sobre el estado de la nacionalidad canaria de los que ha habido en este mandato. Al menos, ese fue el aroma que desprendió por la mañana: muy institucional y de gestor. La carga política la guardó para la tarde en la que primero Ángel Víctor Torres en rueda de prensa y luego Asier Antona desde la tribuna comenzaron el rifirrafe en el que ya Clavijo entró al trapo. Esas primeras hora de balance y perspectiva presidencial desde 2015 no contuvo la despedida obligatoria, porque ahora la palabra la tendrá la ciudadanía y decidirá si repite o, por el contrario, si Clavijo es presidente de tan solo un mandato.

Los principales cimientos del Estado del Bienestar son justo competencia autonómica: sanidad, educación y dependencia entre otras. Y en esto no vale apelar a la responsabilidad de Madrid, sea con gobernantes socialistas o populares. Y no se puede hacer cuando tu partido lleva desde 1993 en el poder. De ahí, que llamó la atención cómo Clavijo rescató a José Miguel Pérez como pretexto para defender su gestión última. Si entras en esas comparaciones con alguien que ya no está en política, no es el mejor plan para venderte a la sociedad. Es como si el responsable del ramo, salvando las distancias, utilizara ahora a la figura de la que fuera consejera Inés Rojas para explicar la situación de la dependencia. Clavijo no ha sido el jefe del Ejecutivo en los tiempos de la austeridad y recortes sino el de la poscrisis en una región, la canaria, donde concurre una evidente desigualdad y ausencia de expectativas.

Tanto CC como NC, que interviene hoy, tienen un papelón para defender esta tierra ante la posibilidad de que las derechas mesetarias (Ciudadanos y Vox) se hagan con el poder ejecutivo en Madrid. Mientras no se resuelva el tema catalán, que no se va a resolver, y al alimón exista una pujanza recentralizadora o de ultraderecha, el nacionalismo canario tiene que prepararse para un periodo oscuro. Y es aquí donde Clavijo podría tirar de complicidades si no fuera porque precisamente antes no se han encargado de acercar posturas entre ambas formaciones a lo largo de la legislatura. Con todo, el próximo año (con o sin Clavijo) podrá visualizarse un horizonte parlamentario más dantesco en el que a izquierda y derecha estará por ver si cuidan el nivel del parlamentarismo. Porque usar expresiones inadecuadas, sobreactuar o ceñirte a leer los papeles preparados de antemano no ayuda para concitar la atención de la opinión pública. Y es que el debate sobre el estado de la nacionalidad canaria está para eso: para preocuparnos un poco más de nuestra tierra.

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