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Lorenzo Olarte, Adolfo Suárez y el autor de este artículo. C7

Carta a los Reyes Magos

Cálamo recurrente ·

Los expresidentes son profesionales o empresarios que dejaron en suspenso sus funciones directivas o consultivas para dedicarse exclusivamente al cargo. Consumado el mandato, siguieron unos vinculados a la actividad institucional, y otros no. Pero parece que la regla común ha sido la dificultad en recuperar sus despachos o empresas al nivel que habían tenido antes del desempeño político

josé juan gonzález batista

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 5 de enero 2023, 23:36

Hace 157 años, Víctor Hugo terminó su obra magna, 'Los Miserables'. Victor Hugo falleció en París el 22 de Mayo de 1885 a la edad de 83 años, cuando todavía se encontraba pleno en sus facultades. Sus opiniones, a la vez morales y políticas, y su obra excepcional, le convirtieron en un personaje emblemático al que la Tercera República honró con un funeral de Estado, celebrado el 1 de junio y al que asistieron más de dos millones de personas, y con la inhumación de sus restos en el Panteón de París.

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Este poema que no cansa al leerse y releerse millones de veces lo escribió para siempre.

'Te deseo'

Te deseo primero que ames, / y que amando, también seas amado. / Y que, de no ser así, seas breve en olvidar / y que después de olvidar, no guardes rencores. / Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, /sepas ser sin desesperar. / Te deseo también que tengas amigos, / y que, incluso malos e inconsecuentes / sean valientes y fieles, y que por lo menos / haya uno en quien confiar sin dudar. / Y porque la vida es así, / te deseo también que tengas enemigos. / Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, / para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. / Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, /para que no te sientas demasiado seguro. / Te deseo además que seas útil, / más no insustituible. / Y que en los momentos malos, /cuando no quede más nada, / esa utilidad sea suficiente / para mantenerte en pie. / Igualmente, te deseo que seas tolerante, / no con los que se equivocan poco, / porque eso es fácil, / sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, / y que haciendo buen uso de esa tolerancia, /sirvas de ejemplo a otros. /Te deseo que siendo joven no / madures demasiado de prisa, / y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, / y que siendo viejo no te dediques al desespero. / Porque cada edad tiene su placer / y su dolor y es necesario dejar / que fluyan entre nosotros. / Te deseo de paso que seas triste./ No todo el año, sino apenas un día. / Pero que en ese día descubras / que la risa diaria es buena, que la risa / habitual es sosa, / y la risa constante es malsana. / Te deseo que descubras, / con urgencia máxima, por encima / y a pesar de todo, que existen, / y que te rodean, seres oprimidos, / tratados con injusticia y personas infelices. / Te deseo que acaricies un perro, / alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero / erguir triunfante su canto matinal, / porque de esta manera, / sentirás bien por nada. / Deseo también que plantes una semilla, / por más minúscula que sea, y la / acompañes en su crecimiento, / para que descubras de cuantas vidas / está hecho un árbol. / Te deseo, además, que tengas dinero, / porque es necesario ser práctico, / Y que por lo menos una vez / por año pongas algo de ese dinero / frente a ti y digas: «Esto es mío» / sólo para que quede claro / quién es el dueño de quién. / Te deseo también que ninguno / de tus afectos muera, pero que si / muere alguno, puedas llorar / sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable. / Te deseo por fin que, siendo hombre, / tengas una buena mujer, y que siendo / mujer, tengas un buen hombre, / mañana y al día siguiente, y que cuando / estén exhaustos y sonrientes, / hablen sobre amor para recomenzar. / Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte».

Además de la política, Lorenzo Olarte atesora una larga trayectoria en el mundo jurídico. C7

Creo que ya va siendo hora de desmontar algunos tópicos tóxicos que están infectando nuestra realidad sociopolítica circundante. Uno de ellos, muy extendido y con pretensión de sentencioso, es la alusión al político como término comúnmente envuelto en pátina peyorativa. Es común escuchar de eruditos a la violeta que se proclaman demócratas alusiones descalificatorias tales como, citando las más manoseadas: «es que es un político» o «todos los políticos son iguales». A decir verdad resulta harto curioso comprobar que la cita de un abogado, médico, albañil o mecánico del que se pretende resaltar su excelencia resulte laudable adornarlo con el calificativo de «es un profesional» y por el contrario en llegando al político se invierte el término como por ensalmo, «ese es un profesional de la política», con indubitada alusión vejatoria.

¿No son de personajes públicos de los que se nutre la democracia para cumplir los fines propios de la acción política que es hacer posible lo necesario para la sociedad a la que se sirve? ¿Cuál es la alternativa? ¿Acaso la nostalgia del espadón, salvador de la patria por la gracia de Dios?

La política es de las vocaciones más nobles del universo social: generosidad y entrega al servicio de todos los que integramos la sociedad que ningún parentesco guarda, ni consanguíneo ni afín, con el detritus del lumpen político que discurre por otro colector.

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No es admisible aceptar como dogma que en la cotidianeidad de las acciones de gobierno solo hay malhechores porque es sencillamente una estulticia. En nuestro quehacer diario dentro del entramado social vivimos en paz con reglas de comportamiento y de relación que nos hemos dado a través de un cuerpo de leyes emanadas de la voluntad popular expresada en las urnas. Y eso, entre otras cosas y no la menor, porque tenemos al frente de las instituciones y de los órganos de gobierno a los que han sido elegidos por todos y para todos; es a partir de aquí que a los que se acreditan como eficaces se les ratifica la confianza con su reelección. ¿Cómo si no podríamos seguir nuestro destino en paz y afrontando con espíritu nacional la convivencia si todos los servidores públicos fueran unos forajidos? La inmensa mayoría de los que asumen tareas de representación y de gobierno en democracia son honrados vocacionales de comprobada actitud de servicio muchas veces a costa de sus propios intereses y siempre sustrayéndole horas a la convivencia familiar.

A lo largo de mi vida, que ha sido larga e intensa en responsabilidades, me he limitado a reconocer sólo y exclusivamente como malhechores a los condenados por sentencia firme de los Tribunales de Justicia.

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Mi amigo, compadre y compañero el Excelentísimo Señor Don Lorenzo Olarte Cullen ha cumplido, el pasado 8 de diciembre, 90 años. Una dilatada existencia bien aprovechada en todos los ámbitos de su variado quehacer profesional: secretario judicial, abogado y político. Hoy «me toca» hablar de él: la política le arrebató una carrera profesional brillante, haciendo transitar su vida por un largo y azaroso recorrido trágico que va de ser ayer abogado prestigioso y respetado a ser hoy un político olvidado y arruinado.

Pero ¿qué ocurrió? ¿Por qué fueron así las cosas? Quienes presumimos de conocer a Lorenzo Olarte nos asalta siempre esta duda: una vez descartadas las soluciones imposibles, entre las que quedan, por improbable que parezca, debe estar el quid de la cuestión; la solución creo que discurre por la engañosa senda del 'poder y la gloria'. Lorenzo Olarte no se interesó por el dinero ni aun cuando lo necesitó sino por el poder del que no sacó más provecho que el de su satisfactoria realización personal.

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He aquí en burdos trazos mi retrato en sepia del pasado de Lorenzo Olarte, la tonalidad de su presente tiene mal color y peor sabor.

Hace un par de años, 30 de mayo de 2020, Día de Canarias, la televisión canaria presentó un interesante coloquio donde todos los ex presidentes de la Comunidad, excepción hecha del fallecido Adán Martín, se reunieron con el actual, Ángel Víctor Torres, para hablar del presente y futuro de las islas desde su experiencia en la titularidad presidencial.

No fue un coloquio de tiempos idos y nostalgias, sino expresivo de la lúcida pasión con que todos y cada uno de los participantes analizaron el difícil momento de las Islas por el impacto entonces de una pandemia mundial afortunadamente menos traumática que en el resto de España; y por la preocupante recuperación de algunas de las fuentes económicas que sostenían y sostienen la actividad y el empleo, particularmente el Turismo.

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Escuchando las aportaciones de los reunidos, muchos ciudadanos pensamos en lo que podría articularse como colegiación de expresidentes, o como quieran llamar a un órgano independiente y no estatutario que establezca el diálogo permanente entre quienes han ejercido la máxima responsabilidad política de Canarias y atesoran una experiencia difícilmente superable si se combina liberalmente el saber de todos ellos por encima de ideologías o militancias, sin potestad vinculante para el poder en presencia pero con una capacidad suasoria derivada de la indudable buena voluntad para la mejora permanente de nuestro bienestar común.

Representaría la liberal inspiración de la gobernanza por parte de un núcleo de inteligencia netamente canaria, movida por la generosidad de quienes dedicaron lo mejor de su vida al desarrollo de las Islas a todos los niveles, expertos en la negociación con las instituciones estatales o europeas, así como dialogantes con numerosos responsables de otras autonomías.

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En definitiva, un nuevo núcleo de inteligencia canaria, extraoficial pero cooperante en la aportación de un pensamiento hecho de pasión y experiencia política. Ignoro si en otras autonomías existe algo similar, pero me parece que no. Lo que domina es el personalismo excluyente, incluso entre los actores de mayor talento y apertura mental. Desperdiciar ese potencial es inexplicable y tan solo delata uno de los muchos vicios del partidismo.

Lo que sí es sabido es que la mayoría de las autonomías españolas han establecido para sus expresidentes una remuneración y una determinada estructura funcional para su trabajo y movimiento. En Canarias, es posible que todos los presidentes hayan pensado en lo mismo para quienes ejercieron el cargo. Pero ninguno se atrevió a hacerlo, tal vez por temor a críticas presuntamente erosionantes de su prestigio. Un recelo absurdo frente a lo actuado en las demás regiones, que no es un canon idéntico sino ajustado a su presupuesto. Es elocuente que Cataluña esté a la cabeza y La Rioja a la cola. Pero están. Canarias ni está ni se la espera.

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Los expresidentes son profesionales o empresarios que dejaron en suspenso sus funciones directivas o consultivas para dedicarse exclusivamente al cargo. Consumado el mandato, siguieron unos vinculados a la actividad institucional, y otros no. Pero parece que la regla común ha sido la dificultad en recuperar sus despachos o empresas al nivel que habían tenido antes del desempeño político.

Uno de los intervinientes en el diálogo televisivo comentado hizo explícita alusión a la carencia de toda atención por parte de la Autonomía. Solamente dijo verdad. Pero esta verdad es mezquina y miope, porque desactivar sin más a quienes nos presidieron y han tenido una cuota personal en el fulgurante desarrollo de las Islas, sus instrumentos estatutarios, sus excepciones y ventajas fiscales, su consideración especialísima en la unidad nacional y europea, no solo es injusto sino, sobre todo, condenable por menospreciar el motivo de estas líneas: un núcleo de inteligencia canaria desentendida de todo partidismo que puede aportar experiencia siempre valiosa, generoso consejo y, en definitiva, ideas troqueladas por el éxito o corregidas por el fracaso.

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Es rotunda afirmación de quien este texto escribe -al que se le podrá negar autoridad en todo menos en el conocimiento del personaje- que Lorenzo Olarte Cullen ha sido y es un animal político y un servidor público incontestable, pletórico de espíritu social y ayuno de conciencia económica.

Lorenzo Olarte Cullen, impulsor de la Universidad de Canarias, hacedor de la Integración Regional del Archipiélago, autor de la equiparación retributiva del Magisterio Nacional, Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria, Legislador Constituyente.

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Queridos Reyes Magos. Quisiera haceros una reivindicación para que por vuestro regio conducto llegue a 'quien pudiera interesar'. Es momento de honrar a nuestros próceres políticos con el reconocimiento público y la gratitud a los servicios prestados; es llegada al hora por muchos de nosotros soñada en largo tiempo y que no es otra que la de abdicar de nuestra ausencia de autoestima que históricamente ha sido negativa divisa de nuestra querida tierra canaria.

En la España Insular Atlántica y con destino a Oriente a 15 de nivoso del año 231 (6 de enero de 2023, del Calendario Gregoriano)

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