Cargados de razones para ir a votar
Canarias7 Editorial
Jueves, 16 de julio 2020, 18:21
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Jueves, 16 de julio 2020, 18:21
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Tras una campaña con poco debate de propuestas, demasiados movimientos tácticos vinculados a la gobernabilidad del Estado y un exceso de teatralización y de cruce de reproches, los españoles acuden hoy a las urnas para unas elecciones autonómicas y locales que se suman al proceso de renovación del Parlamento Europeo. Una cita, por tanto, de especial relevancia, porque lo que digan hoy las urnas condicionará no solo el futuro de las autonomías en juego, todos los ayuntamientos y los siete cabildos, sino también la Cámara legislativa de una Europa desnortada por los efectos de un brexit más incierto que nunca y por el auge de un antieuropeísmo que se mezcla con populismos de muy variado signo ideológico. Y es evidente que el resultado de este 26M también influirá en gran medida en la configuración del Gobierno central, ya sea consolidando la opción preferida inicialmente por los socialistas, esto es, un Ejecutivo monocolor con apoyos parlamentarios de Unidas Podemos y los nacionalistas, o con un gabinete integrado por representantes del PSOE y de la formación que lidera Pablo Iglesias.
Es una pena que, frente a la importancia de lo que está en juego, apenas haya habido propuestas concretas. En el caso del Parlamento Europeo, una vez más esa campaña ha pasado a un plano muy secundario, de manera que en realidad este 26M ha sido interpretado por los partidos como una reválida de lo que dictaminaron los votantes el pasado 28 de abril.
En el caso de Canarias hay un ingrediente novedoso que hace todavía más incierto el resultado: el estreno de la lista autonómica al Parlamento. El Estatuto de Autonomía aprobado a finales de 2018 introdujo esta figura de manera transitoria, hasta que la Cámara canaria aborde una modificación en profundidad del mecanismo de elección de diputados. Se trata de una fórmula por tanto a perfeccionar pero que fue la que mayor consenso generó. Un consenso en el que no participaron -y no está de más recordarlo- quienes querían seguir apostando por un sistema de asignación de escaños superado por el paso del tiempo y, sobre todo, por la desigual evolución demográfica de las islas.
A la vista de todo lo que están en juego, sobran razones para animar a votar. La abstención es una decisión tan legítima como la de acudir al colegio electoral, pero es saludable participar e implicarse activamente en un proceso que combina, por un lado, la fiscalización del trabajo hecho en estos cuatro años por quienes han estado en labores de gobierno y quienes han ocupado la oposición, como también determinar con el voto a los que se ocuparán cada una de esas tareas a partir de ahora.
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