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Sin abrazos

...y los gatos tocan el piano ·

Luisa del Rosario

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 17 de octubre 2021, 08:46

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Hay paralelismos entre la forma en la que hemos ido sorteando la pandemia y la manera en la que tratamos los efectos del volcán de La Palma. Se trata de las llamadas a la «unidad» para que, como sociedad, hagamos frente a fenómenos ante los cuáles la humanidad se sabe escasa de recursos para mitigar sus efectos. También las llamadas a la «solidaridad» con las personas damnificadas directa o indirectamente. Antes fueron las personas mayores en residencias; ahora, quienes viven en La Palma. Añádase la inútil letanía en las redes sociales, que tanto vale para la covid como para la crisis volcánica y, por supuesto, la perenne presencia de la clase política dando cuenta de los avances, los riesgos, pidiendo paciencia y asegurando que se está haciendo todo lo posible.

El pasado jueves, sin embargo, ni Pedro Sánchez, ni Pablo Casado, ni el rey, ni Ángel Víctor Torres estaban presentes cuando la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) en Canarias presentaba su último informe. Tampoco hubo abrazos con alguna de las 147.500 personas que en Canarias en 2020 han traspasado la línea de la miseria cayendo en la pobreza severa. Hoy 373.600 canarios y canarias son pobres de solemnidad. 373.600. Dicho en lenguaje mediático, se llenarían 11,5 estadios de Gran Canaria con el aforo al 100% o 233,5 auditorios Alfredo Kraus y aún más mediático todavía: se podría llenar cuatro veces y media la isla de La Palma según su censo actual.

A la pobreza le falta telegenia. o ese plus que le da a la clase política aparecer en medio de las catástrofes ejerciendo de salvadores y diciendo que «todo va a salir bien». De hecho, como diría el escritor portugués António Lobo Antunes, hablar de pobreza a oídos insensibles es tan inútil como tocar en la puerta de una habitación vacía.

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