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¿En qué se la jugará Clavijo?

Jueves, 1 de enero 1970

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Más que en pactos, con o sin ellos, Fernando Clavijo debería ir pensando ya en su legado. Querrá repetir en 2019 como candidato de CC, y nadie se lo discutirá, aspirará a un segundo mandato y, a fin de cuentas, deseará dejar un legado. Esto es lo importante para Clavijo. El resto (socios sí o no, en minoría o mayoría parlamentaria) es relativamente secundario. Fue investido presidente y desde entonces, él lo sabe, el resto son protagonistas principales y secundarios en un mismo escenario en el que el juego de poder determinará su tiempo en el Gobierno. Por eso ahora, a mitad de la travesía, tiene la oportunidad de afianzarse y sentar las bases para la siguiente legislatura. De acertar o no dependerá de las decisiones que tome y las alianzas que teje.

Con todo, la permanencia en el poder tiene siempre fecha de caducidad. La duda es cuánto durarás. Dicho de otra manera, cómo puedes en función de tu habilidad sostenerte por años en el mando para aplazar el desenlace. Eso y, cómo no, gestionar la salida. Y de esto también va el legado. ¿Por qué motivos querrá ser recordado en su día Clavijo?

Es más, en el caso de Canarias, la cosa se complica en cuanto que ese prisma ciudadano hay que ajustarlo a cada isla. ¿Será Clavijo en 2019 evaluado por igual en Tenerife y en Gran Canaria? ¿Habrá sabido propiciar complicidades mutuas en una región con especificidades dispares? Es precisamente en Gran Canaria donde residirá el frente político principal donde todos se la juegan. Es en esta circunscripción donde la izquierda (PSOE, Podemos y NC) gozan de mayores posibilidades para obtener escaños. Y es aquí asimismo donde el PP tomará el pulso a su nuevo liderazgo. Por no hablar de la tarea pendiente de CC en Gran Canaria.

Si los populares no acceden al Ejecutivo este verano, lo previsible es que la oposición recrudezca su labor. Clavijo tendrá que resistir. En términos militares, él está dentro del feudo a preservar y el resto fuera sin ponerse de acuerdo en qué hacer. Pero esta situación, de cierta forma indefinida, le vale a Clavijo tan solo para permanecer y no para impulsar una acción de Gobierno que deje ese legado concreto. Tiene que comenzar a pensar en esa memoria colectiva que, como a tantos otros, le juzgará. Sin ese relato, el resto sobra directamente. Sin esa narrativa, no hay discursos ni acciones legislativas que valgan. Ahora, a menos de dos años de las elecciones, a un curso de un escenario ya nítidamente preelectoral, es cuando Clavijo (y solo él) fijará el recuerdo que deje ante la sociedad.

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