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Directo Vegueta se tiñe de blanco con la procesión de Las Mantillas

El poder de los humildes

Jueves, 1 de enero 1970

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Canarias parece una excepción marginal en Europa, pero no lo es. Se puede comprobar estos días en el silencio de las mareas. Sólo el crujido nocturno de algunos errantes ahogados señala la proximidad del abismo. Un aullido sin réplica en los sismógrafos no altera la evidencia. Imagínese un cartel en la playa. Desde tierra, bienvenidos al paraíso, túmbese al sol y disfrute. Desde el mar, ha llegado usted al fin del mundo. Es la ley de la frontera.

El debate sobre el valor de las orillas marca la actual cultura europea, la estrategia del poder y sus acciones. Si no lo entiende ahora, espérese a la próxima semana, y verá el nuevo Parlamento Europeo. 26 años después del Tratado de Maastricht, la comunidad dispuesta a equilibrar la distribución de la riqueza ha resultado ser una falacia. Los esfuerzos por fracturar resultan más contundentes que la supuesta capacidad integradora. Los espacios de encuentro tropiezan con una estrategia global que los destruye. El brexit, por ejemplo, será el próximo eslabón de este proceso aún incipiente, sin alternativa ni contrapeso. El concierto alcanza a esa alianza fascista que viste el mismo camuflaje en Cataluña o en Italia, en Francia como en Estados Unidos, en Rusia como en Hungría. Las evidencias indican que en poco más de dos décadas, para torcer un proyecto sólido bastaron fuerzas sincronizadas. Sin otro rumbo, la aceleración de la historia convertirá en naufragio ese horizonte de comunidad.

Esta lección de Europa crece en las pequeñas cosas, porque el espacio político está dominado por la impostura también en esta orilla. En las concejalías y en los ayuntamientos, en unos cabildos más que en otros, en gobiernos regionales y empresas públicas. El poder de los humildes obliga a votar contra los impostores.

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