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Cosas de barrio

Siete leguas. «Hay gente a la que las victorias de Sánchez o del Real Madrid no les va a cambiar la vida» Patricia Vidanes

Jueves, 1 de enero 1970

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Pedro Sánchez gana las primarias del Partido Socialista y evidencia lo que ya sabíamos, que Susana Díaz tiene muy mal perder, sobre todo porque se ha puesto sobre la mesa que cuando solo los suyos votan, no es a ella a quien lo hacen. Al tiempo, algún gran grupo de comunicación, el PP, Ciudadanos y el Gobierno de España dejan claro lo que también ya sabíamos, que no es otra cosa que Sánchez no era su candidato. Más bien es el ogro que vuelve y que va destartalar el entramado político y social de esta España.

Al mismo tiempo, el Real Madrid gana la liga de fútbol. Así pues, el de ayer no fue un lunes cualquiera, fue el lunes de los blancos y de los socialistas, de los de siempre y de los nuevos, de los que lo fueron y ahora lo han vuelto a ser, de los ganadores de ayer y de hoy.

Pero, siempre hay un pero, hay gente a la que todo esto no les va a cambiar la vida en nada. Como a los vecinos de Santidad que llevan 9 años esperando que alguna institución pública, algún gobernante, algún político, alguien, les dé una solución a su particular problema. Una nimiedad en los asuntos municipales, suponen ellos, pues tan solo afecta a doce familias. El edificio en el que habitan tiene cédula de habitabilidad por esas cosas del destino y de la burocracia, pero lo cierto es que en realidad, habitable del todo no es el inmueble.

Tener que entrar todos los días del mundo, durante los último nueve años, por el garaje del edificio, no debiera ser normal. Pero es que la calle que se planeó en su día no existe, y el portal de acceso esta inutilizado. Da a un solar lleno de vegetación, vallado desde hace casi una década, testimonio de lo que fue Arucas, Canarias y España, cuando la burbuja inmobiliaria se movía a su antojo, ante el aplauso de la propia ciudadanía y de sus gobernantes de diferente rango.

Lo hecho, hecho está. El edificio existe; los vecinos existen, cada uno con sus necesidades y sus historias. Y todos coinciden en decir que la administración pública, que sus representantes, no se les han dado solución en este largo periodo de tiempo. Sin embargo, dicen que aún no han perdido la esperanza, y confían en que algún día puedan entrar a sus casas como cualquiera otro vecino lo hace.

Es solo un ejemplo de lo que verdaderamente importa a los votantes, a los ciudadanos. Para otros serán pequeños problemas, pero son el día a día de cualquiera, en cualquier ciudad o barrio.

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