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Ciudadanos, en caída libre

Ciudadanos, en caída libre

«El problema que tendría es que ella ataca al nacionalismo canario en cualquiera de sus formatos al calor de lo que defiende Albert Rivera. En CC no encaja dado su ideario. Aunque existe el precedente de Lucas Bravo de Laguna»

Jueves, 1 de enero 1970

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La guerra interna se desata en Ciudadanos. A Vidina Espino el partido se le va de las manos. Se abren frentes notorios en Santa Cruz de Tenerife y Puerto del Rosario y la reacción de la candidata regional es abrir expedientes de expulsión, lo que es una clara señal de debilidad para las siglas. Ciudadanos no dispone de una organización implementada en el conjunto de las islas, más allá de los principales núcleos urbanos. Por eso el PP de Asier Antona le superó sin dificultad en las pasadas elecciones. Hace tiempo que se vaticinaba que Ciudadanos en Canarias podía ser una nube de verano. Su discurso en las islas no cuaja, entre otras razones, porque aquí hay presencia nacionalista. Por lo que su oferta electoral queda reducida a una especie de marca o sucursal dependiente de la ola nacional e incapaz de atraer votantes fuera de las islas capitalinas. No asimilan los entresijos exóticos de la política en Canarias. Y creen que atacando al PNV o restantes fórmulas nacionalistas, les vale como arma en el archipiélago. Todo lo contrario.

Ángel Víctor Torres haría bien en dejar a Ciudadanos fuera de un posible Gobierno. También José Miguel Barragán si CC tiene algo que hacer al respecto. Es una fuente de problemas en ese Ejecutivo a conformar totalmente innecesario. Te ahorras inconvenientes el día de mañana. Sobre todo, cuando se barrunta una querella en contra de Espino por parte de la edil de su partido en Santa Cruz de Tenerife. Aquí se otea lío judicial entre ellos. Es la peor de las batallas. Y podría salpicar a los socios en el poder sin ninguna necesidad. Por supuesto, Antona sonríe porque si Ciudadanos pierde fuelle será a su favor en Gran Canaria y de CC en Tenerife.

A estas alturas, ¿qué puede hacer Espino a medio plazo en caso de que no logre revertir la guerra interna en Ciudadanos? ¿Irse a CC y endosarse entonces a su grupo parlamentario? El problema que tendría es que ella ataca al nacionalismo canario en cualquiera de sus formatos al calor de lo que defiende Albert Rivera. En CC no encaja dado su ideario. Aunque existe el precedente de Lucas Bravo de Laguna que ha pasado de la exaltación de la bandera rojigualda a sentarse en la bancada de CC con un escaño que, en parte, se lo debe a Nardy Barrios que se recorrió la ciudad, se hizo vídeos muy variopintos destinados a las redes sociales y se tiró en parapente para que ahora él sea diputado. La crisis de Ciudadanos en Canarias solo acaba de empezar. Y sin poder institucional en Gran Canaria la travesía del desierto puede hacerse más ardua para una marca con escaso contenido y carente de creatividad política. Lo que sí le debemos es su defensa por no tener imputados en el Gobierno a cuenta de Fernando Clavijo en el caso Grúas. Pero hasta en esto en alguna que otra ocasión Espino se dejó confundir.

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