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Adoctrinamiento en el aula

Por si le interesa. «El problema es que se les ha estado enseñando algo más que el himno, y que en ese camino les ha importado un comino manipular la historia con tal de radicalizar un sentimiento». Gaumet Florido

Jueves, 1 de enero 1970

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Hace unos años conocí a la hija de una amiga que residía en Barcelona. Llevaba poco tiempo en el cole, pero me sorprendió con algo impropio de su edad y que ahora, en las que estamos, se me antoja revelador. La chiquilla se sabía de pe a pa Els Segadors, el himno oficial de Cataluña. La madre me contó que se lo enseñaban en clase. Lo que en aquel momento me pareció una gracia, hoy lo enmarco en el contexto de un engranaje orquestado por el nacionalismo catalán para adoctrinar desde las aulas a la población y que, a la vista de lo que está pasando, ha calado hondo. No es malo saberse un himno. Claro que no. El problema es que intuyo que se les ha estado enseñando algo más que el himno, y que en ese camino les ha importado un comino manipular la historia o inventársela directamente con tal de alimentar la radicalización de un sentimiento, el del catalanismo, que, dicho sea de paso, es legítimo y siempre ha existido.

Es probable que muchos de los que acuden cada 11 de septiembre a honrar con flores la memoria de Rafael Casanova, máxima autoridad militar y política de Cataluña durante el sitio de Barcelona por las tropas del monarca Felipe V en el siglo XVIII, no sepan que el idolatrado paladín del independentismo, en sus escritos y arengas, insistía en justificar su resistencia, entre otras cosas, en pro de la libertad de España. No luchaba por la independencia, sino por la causa de un aspirante al trono español de la dinastía de los Austrias. Pero eso también lo han manipulado. Todo ha valido con tal de alimentar el separatismo. Ahora bien, esto no se arregla ahora apagando la tele. Ha de exigirse el cumplimiento de la ley e impedir un referéndum ilegal y antidemocrático porque deja fuera a la mitad de Cataluña, pero, acto seguido, hay que abrir una puerta al diálogo. Haber evitado antes el secuestro de las aulas.

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