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Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. Efe
El PP exhibe unidad en la toma de posesión de Ayuso

El PP exhibe unidad en la toma de posesión de Ayuso

Casado se apoya en el poder territorial para pauladejar atrás la polémica con el Rey e insistir en que pronto vendrá «el cambio» en España

Sábado, 19 de junio 2021, 17:12

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Ni un solo presidente autonómico del PP faltó este sábado a la toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid tras su rotunda victoria en las elecciones del pasado 4 de mayo. La ocasión sirvió a Pablo Casado para intentar exhibir músculo y pasar página del episodio vivido esta semana a cuenta de las declaraciones de la dirigente madrileña sobre la implicación del Rey en la concesión de los indultos a los condenados del 'procés', que tanta inquietud y desconcierto generó en el partido.

En su discurso ante la plana mayor de los populares, en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno, Díaz Ayuso deslizó de forma nada casual unas palabras de reconocimiento a Felipe VI, aprovechando que también este sábado se cumplía el séptimo aniversario de su proclamación. La presidenta madrileña elogió su figura y agradeció que haya estado siempre, «sobre todo en los momentos más duros», dijo, junto a «los madrileños y el resto de españoles». «Madrid, Monarquía y España son inseparables», afirmó también.

En frente, siguiendo su intervención, se encontraban todos los barones territoriales de su partido con los que a lo largo de sus dos años de gobierno ha tenido no pocas diferencias, sobre todo, de tono, mucho más moderado en el caso de buena parte de ellos: Alberto Núñez Feijóo (Galicia), Juanma Moreno Bonilla (Andalucía) –que el jueves pidió expresamente que se dejara al Rey al margen de diatribas políticas– Fernando López Miras (Murcia) y Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León). Con todos y cada uno se fundió en un abrazo ante las cámaras para escenificar que, pese a todo, están en el mismo barco.

El mensaje simbólico sirvió también de espaldarazo a Casado, que desde el triunfo electoral en Madrid defiende la idea de que se ha producido un cambio de ciclo, que la opinión pública se ha movido y que Pedro Sánchez ya ha perdido la mayoría que le permitió formar Gobierno en 2019. No son pocos los que le han advertido de que Madrid no es España y que el discurso de Díaz Ayuso chirría en otros puntos del país. Pero la foto de este sábado le permitió visibilizar que en su formación caben distintas sensibilidades bajo «unas mismas convicciones».

«Lo que se está viendo es la constatación de que los españoles están virando hacia gobiernos responsables que defienden la unidad nacional, la igualdad de los españoles la prosperidad, la creación de empleo y los servicios públicos» reivindicó. «Esto me recuerda al año 1995 –insistió–. Cuando Alberto Ruiz-Gallardón (también presente en el acto, como Esperanza Aguirre) fue elegido por primera vez presidente de la Comunidad de Madrid había un cambio de ciclo absolutamente imparable a favor del PP».

Confrontación

La propia Díaz Ayuso, que ha crecido políticamente a medida que confrontaba con la Moncloa, defendió el viernes en su investidura que su llegada al Gobierno tiene alcance nacional. «Lo que empieza hoy es el fin del sanchismo», llegó a decir. Este sábado, sin embargo, optó por un discurso más personal y evitó hacer alusiones al Ejecutivo más allá de sus elípticas referencias a las amenazas a la «libertad» a las que se enfrentaba la Comunidad en los comicios. «Me enorgullezco especialmente de los hombres y las mujeres que me han acompañado en este tiempo, mis consejeros, porque han trabajado, créanme, más de 15 horas al día en los momentos más complicados vividos en décadas», dijo emocionada.

A diferencia de lo que suele ser habitual ningún ministro estaba allí para oír sus palabras. Es una anómala ruptura del protocolo. Por citar solo los casos más recientes, el ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, asistió el mes pasado a la toma de posesión del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; el del Interior, Fernando Grande-Marlaska, estuvo en septiembre en la del 'lehendakari' Iñigo Urkullu y Carolina Darias, antecesora de Iceta, en la de Alberto Núñez Feijóo. La ausencia resulta también significativa.

Ayuso tiene ante sí una legislatura corta de tan solo dos años que promete ser bronca. El debate de investidura, que sacó adelante con 78 votos a favor, los de su partido y los 13 diputados de Vox, y 58 en contra, lo demostró. Ella, sin embargo, se siente fuerte y este sábado lo apuntó en la COPE al remarcar que sólo necesita cuatro abstenciones de Vox para aprobar leyes.

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