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El portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, durante el debate de este jueves en el Congreso. EP
El Congreso da luz verde a la supresión de la sedición con bronca y de madrugada

El Congreso da luz verde a la supresión de la sedición con bronca y de madrugada

El horario de la votación, pasada la medianoche, diluyó el efecto del llamamiento uno por uno de cada diputado que perseguía el PP

Jueves, 24 de noviembre 2022, 21:07

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Pasaban las doce y media de la noche cuando el Congreso dio luz verde a la supresión del delito de sedición con 187 votos a favor, 155 en contra y seis abstenciones. La jornada había sido maratoniana, con la aprobación de los terceros Presupuestos Generales del Estado de la Legislatura y de los gravámenes a la banca y las eléctricas. Pero la Cámara baja no vio impedimento en alargar el pleno hasta la madrugada, lo que acabó opacando el llamamiento, uno por uno, para que cada diputado se pronunciara sobre la proposición de ley de PSOE y Unidas Podemos.

La votación se desarrolló según lo previsto, con los síes de estas dos formaciones, de Esquerra, Bildu, Más País, Compromís y otros socios del Gobierno del llamado bloque de investidura; y los noes de PP, Vox o Ciudadanos. Tan solo hubo un momento que se salió del guion, cuando le tocó votar al primer diputado socialista, toda la bancada de su partido se levantó para decir «sí» al unísono, un gesto simbólico que, evocando la película 'Espartaco', les sirvió para lanzar un mensaje de unidad a la oposoción, que había tratado de dividir a Ferraz en esta cuestión.

Sin la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el debate había sido bronco, con llamadas de atención constantes de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, pero con un contenido previsible, donde los diferentes partidos se atrincheraron en las posiciones que habían marcado durante las semanas anteriores. PSOE y Unidas Podemos defendieron que la reforma del Código Penal para «adecuarlo al marco legislativo de la Unión Europea». «La sedición es una reliquia del pasado», zanjó el presidente del grupo parlamentario morado, Jaume Asens.

Pero para PP, Vox y Ciudadanos, en cambio, no pasó desapercibido que el debate sobre supresión de la sedición se produjo el mismo día en el que Esquerra apoyaba los Presupuestos y, por ello, calificaron de «pago» a los republicanos por lo que esta proposición de ley supone para los dirigentes independentistas condenados o huidos por su participación en el 'procès'. «Hoy es día de cobro. El delito de sedición solo es un problema para los que han sido acusados por cometerlo, que son curiosamente los socios de este Gobierno. Esta reforma es un pago al independentismo a cambio», defendió la portavoz de los populares, Cuca Gamarra.

«Toca pasar por caja ante los golpistas de Cataluña. Pero nunca los golpistas pagan su infamia con riqueza, sino entregándoles trozos del territorios nacional. No es un chantaje del secesionismo, hay voluntad clara de pactar. Esta proposición de ley es un claro fraude de ley», defendió el diputado de Vox, Javier Ortega Smith. El parlamentario alargo su discurso más allá del tiempo que tenía asignado, entre aplausos de los suyos y llamadas de atención de la presidenta del Congreso.

Violencia e intimidación

En una noche parlamentaria extraña, ni siquiera la CUP estaba contenta. Su portavoz, Mireia Vehí, llamó la atención al Gobierno porque la reforma lleve aparejada la «criminalización» de las protestas, al castigar no solo los delitos de violencia, sino también de intimidación, algo criticado por Amnistía Internacional. «A qué le teme el PSOE, esto es lo que está hoy en juego», afirmó. El encargado de contestarle no fue ningún diputado socialista, sino el parlamentario de EH Bildu Jon Iñarritu, que negó que esta reforma «afecte a las manifestaciones pacíficas».

A las 23:20 le tocó el turno a Ciudadanos, que en la figura de su presidenta, Inés Arrimadas, recordó a Sánchez las promesas electorales con las que el ahora presidente «pidió el voto para las generales prometiendo que no indultaría a ningún condenado por el 'procès' y asegurando que iba a sentar a Puigdemont ante el tribunal».

El portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, reconoció que «gracias a Esquerra hemos suprimido un delito decimonónimo, le hemos quitado un juguete a los jueces fascistas. Nosotros no somos responsables de las decisiones del PSOE, sino de las rectificaciones del PSOE. Esta intervención, particularmente la alusión al Poder Judicial, le valió una nueva reprimenda por parte de Batet: «No se pueden admitir descalificativos a un poder del Estado».

Delito de malversación

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia ante los medios a su salida del hemiciclo, evitó pronunciarse sobre si el delito de malversación seguirá el mismo camino que el de sedición. Sobre si existe margen para modificar el delito de malversación en el Código Penal, Sánchez se limitó a responder que «eso ahora corresponde a la tramitación parlamentaria» evitando confirmar o rechazar esta posibilidad, en la misma línea que ha mantenido durante las últimas semanas.

Para la oposición, sin embargo, esta cuestión, unida a la de la sedición, es «grave». La portavoz de los populares, Cuca Gamarra, ahondó en el argumento que llevan esgrimiendo desde que PSOE y Unidas Podemos registraron la proposición de ley en el Congreso, la de tratar de dividir a los socialistas con la convicción de que existe una brecha en el partido. «El sanchismo ha devorado al socialismo, y aquellos que dicen enarbolar la bandera del socialismo frente a Sánchez están ahora frente a la hora de la verdad con la tramitación de la proposición de ley que supondrá un Código Penal a la medida de los dirigentes de Esquerra», afirmó Gamarra.

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