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Pablo Casado. Foto y Vídeo: EP

Casado reúne a los barones del PP para zanjar el debate entre línea dura y moderada

La dirección del partido desoye las voces de los barones territoriales que abogan por un viraje en la estrategia de oposición

Martes, 14 de julio 2020

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Pablo Casado quiere zanjar de una vez por todas el recurrente debate en el PP sobre la línea dura y moderada para ejercer la oposición. El éxito electoral en Galicia y el descalabro en el País Vasco resucitó esta disyuntiva que acompaña al líder del partido desde que se hizo con el control del partido hace dos años. Para la dirección popular es una polémica falsa porque tanto la estrategia de Alberto Núñez Feijóo como la de Carlos Iturgaiz forman parte de un todo, pero la misma noche del domingo rebrotaron las voces que, a la vista de los resultados, reclamaron «centralidad y moderación» al líder del partido.

Tres días después de las elecciones vascas y gallegas, el comité ejecutivo nacional del PP, que reúne a los dirigentes más relevantes de partido, abordará hoy el análisis poselectoral con el telón de fondo de la estrategia de oposición. Casado siempre ha defendido que en su partido no hay «duros y blandos» y lo volverá a hacer hoy, a pesar de que es una evidencia que no pocos dirigentes populares, entre ellos barones territoriales como el propio presidente gallego y los de la Junta de Andalucía y de Castilla y León, han pedido con más o menos sutileza mirar más hacia el centro y menos hacia Vox.

Sin cambios

Para la dirección del PP no hay caso. «El modelo Casado-Feijóo» se ha impuesto al «modelo Sánchez-Iglesias», afirmó el secretario general del PP, Teodoro García-Egea la noche electoral. Es más, pronosticó que el triunfo de Feijóo es «la antesala de la victoria del PP en España». Atrás quedan los gestos del líder popular gallego con su negativa a ir en coalición con Ciudadanos o reducir la presencia en su campaña de las siglas del PP a la categoría de una nota a pie de página o sus encontronazos públicos con Cayetana Álvarez de Toledo.

El jefe de la oposición no va a revisar su estrategia, aseguran en la dirección del partido. Está convencido de que es la correcta. Reconoce que los resultados en el País Vasco deben conducir a «una reflexión», pero no por los hipotéticos errores cometidos sino por el hecho de que EH Bildu haya logrado más apoyos, 22 diputados, que la suma de PSOE, Podemos y PP, 21. Para el portavoz en el Senado, Javier Maroto, el culpable de esa situación no es otro que Pedro Sánchez porque «le ha hecho la campaña» en Euskadi y Galicia «a los nacionalistas y a los independentistas».

Ese es el criterio que predomina en la dirección nacional del PP, donde no se ha escuchado a nadie plantear una autocrítica. El éxito de Feijóo es el de Casado, y el revés de Iturgaiz es la consecuencia de una situación adversa y de la campaña socialista. El modelo de Galicia, subraya el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, es el que se quiere «implantar» a nivel nacional. Los «dos derrotados» en la doble cita electoral, insistió, son Pedro Sánchez y Pablo Iglesias,

Pero las opiniones no son monolíticas, aunque tampoco se plantean en términos de pulso a Casado. Se deslizan envueltas en elogios «al centrismo» de Feijoó y silencios para Iturgaiz. Es muy poco probable que alguien levante la voz en la reunión del comité ejecutivo. Si no lo hace el presidente de la Xunta de Galicia con su rotundo aval electoral, y no es su estilo, no lo van a hacer otros por más que los resultados den la razón a sus tesis críticas.

Casado está tranquilo por ese lado porque, además, el salto de Feijóo a la política nacional, deseado por algunos en el PP y temido por la dirección nacional, parece descartado, por ahora.

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