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Laura Borrás saluda a manifestantes durante el homenaje a las víctimas del 17-A. R. C.
Borràs amenaza con la escisión en Junts

Borràs amenaza con la escisión en Junts

Su resistencia a cesar como presidenta del Parlament y su actuación en el aniversario del 17-A han levantado ampollas en su partido

Cristian Reino

Barcelona

Domingo, 28 de agosto 2022, 23:19

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La dirección de Junts se reúne hoy por primera vez tras las vacaciones estivales en un clima muy tenso porque el partido no consigue cerrar su guerra interna. Laura Borràs está en centro de la pugna.

La presidenta del partido ha estado en el ojo del huracán todo este verano. Primero, porque fue suspendida como diputada y presidenta del Parlament con el aval de ERC, sin que ello provocara un terremoto en el Govern, como propugnaba la dirigente nacionalista; y más tarde, por su polémica actuación en el acto de homenaje a las víctimas de los atentados terroristas del 17-A. Borràs apoyó a los radicales que boicotearon el minuto de silencio. La cúpula del partido la dejó sola, en un aviso para futuros navegantes. Igual que cuando el juez abrió juicio oral y la dirección de la formación le presionó para que diera un paso al lado. Ella se resiste y ya ha advertido de que no dimitirá. En su primera aparición pública tras ser acusada desde amplios sectores del independentismo de trumpista y populista por dar cobertura a los radicales en el aniversario del 17-A, avisó que no está dispuesta a apartarse, se atrevió a cargar contra ERC, Junts y la CUP, como si ella no fuera la presidenta de una de esas tres formaciones, y les acusó de frenar la independencia.

Su intervención en Prada (Francia), en la Universidad Catalana de Verano, un foro nacionalista, se ha interpretado en filas independentistas como un paso más en el movimiento que desde hace meses prepara el terreno para lanzar un cuarto partido secesionista. Una cuarta vía que cuenta con el aval de la ANC y de los sectores más radicales, que tachan a los tres partidos con representación parlamentaria (ERC, Junts y la CUP) de haber renunciado a culminar el 'procés'. Su discurso antipolítico abona el camino para una lista alternativa. No es baladí que quienes hablan abiertamente de posible «escisión» en Junts son los líderes del entorno de Borràs, como Jaume Alonso Cuevillas.

Hace meses que se especula con un cuarto partido nacionalista. En las pasadas elecciones catalanas, el independentismo perdió 700.000 votos respecto a los comicios anteriores. La expresidenta del Parlament se dirigió a este sector en Prada. Son los que están molestos con ERC y Junts, pues consideran que han aparcado el 'procés'.

Junts tiene un problema con Laura Borràs. Los dos sectores del partido –los antiguos dirigentes convergentes y los más radicales del entorno de la expresidenta– siguen enfrentados. Alcanzaron un acuerdo en el reparto más o menos equitativo de los cargos, pero solo consiguieron una tregua muy frágil.

Nuevo rumbo

El secretario general, Jordi Turull, trata de cambiar el rumbo del partido, intenta alejarse de la retórica unilateralista de los últimos años que aún profesa Borràs. Turull trata de que Junts sea visto como un partido serio y de gobierno, como era la marca de CDC antes del 'procés'. No estrechar aún más la opción política, que es la tercera fuerza del Parlament, tras PSC y ERC.

La expresidenta del Parlament no ayuda en este propósito: defiende un proyecto de partido nacionalista muy identitario y la dirección busca la manera de aislarla progresivamente. Pero ella avisó claramente en Prada: «No daré un paso al lado». En el partido hay malestar con ella. Se le ha instado a que dimita como presidenta del Parlament para poder elegir sustituto. Se resiste y de momento la presidencia recae de manera provisional en ERC. Intentó forzar la salida de Junts del Govern, pero en su partido no lo permitieron.

Eso sí, este es uno de los temas calientes que está aún pendiente en la formación postconvergente. La dirección presentará los próximos meses una auditoría interna para calibrar el grado de cumplimiento del pacto de gobierno con ERC, especialmente en lo que se refiere a la agenda independentista. Borràs presiona para que se convoque una consulta interna entre la militancia para decidir la salida del Govern. En la dirección prefieren aguantar hasta las municipales. No obstante, sí se aprieta a Esquerra para que dé por concluida la fase de diálogo con el Gobierno, que a su entender ha sido un fracaso, y empiece a diseñar un nueva embate. La formación de Puigdemont fija el próximo 1-O como punto de inflexión.

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