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Concentración «Por una Cuba libre» en la Puerta del Sol de Madrid. Efe

Albares se estrena con bronca política por la situación en Cuba

El nuevo ministro de Asuntos Exteriores pide «repeto» a los manifestantes pero PP, Vox y Ciudadanos consideran «tibia» la respuesta del Gobierno a la crisis

Martes, 13 de julio 2021, 08:36

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Las protestas que sacuden varias ciudades de Cuba desde el pasado domingo, las mayores de las últimas décadas, han sorprendido al Gobierno de Pedro Sánchez en medio de una profunda reestructuración del Ejecutivo y al nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares, con las maletas aún sin deshacer y recién llegado de la Embajada de España en París, su anterior desempeño. Pero incluso en esta transitoriedad el silencio en el Palacio de Santa Cruz empezaba a resultar incómodo respecto a un país con el que España tiene una especial relación, hasta que este martes por la mañana los servicios diplomáticos españoles emitieron un comunicado en el que defendían «el derecho fundamental a manifestarse libre y pacíficamente de todos los ciudadanos» y también pedían a las autoridades cubanas que lo «respeten».

Pese a la nota oficial, la primera emitida bajo el mandato de Albares en Exteriores, la cuestión cubana acabó derivando en una bronca política después de que PP, Vox y Ciudadanos calificasen de «tibia» esta respuesta y exigieran a Moncloa que calificase de «dictadura» al Gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel. La ministra Isabel Rodríguez, que también se estrenaba como portavoz del Ejecutivo, evitó hasta en cuatro ocasiones responder si Cuba era una dictadura o no. «España es una democracia», se limitó a señalar, con cierto equilibrismo, tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros.

En su primer día como ministro, este martes, Albares esperaba que una de sus prioridades fuera normalizar las relaciones con Marruecos, rotas desde que en mayo cruzaron la frontera de Ceuta más de 8.000 ciudadanos marroquíes ante la pasividad de las autoridades del país vecino. En su primera declaración calificó de «gran amigo» a Rabat. También tildó de «necesaria» la estrategia de mostrar España como un país «seguro» respecto al alza de casos de covid-19 que está provocando el levantamiento de restricciones a turistas de otros países. Pero ahora se encuentra con un asunto más urgente y con amplias repercusiones domésticas, las protestas cubanas.

Desde el departamento que dirige Albares, aseguran seguir «con mucho interés y muy de cerca la situación en Cuba, tras los acontecimientos registrados el lunes», y se mantienen a la expectativa de ver cómo evoluciona la situación. Exteriores también expresa su «preocupación por las graves carestías» a las que está haciendo frente su población. «Somos igualmente conscientes del agravamiento de la pandemia en la isla y estudiaremos formas de ayuda para aliviar su situación como hemos hecho ya con otros países de la región», finaliza el documento. Un argumentario en línea con las declaraciones realizadas por el Alto Representante de la UE, Josep Borrell.

El Partido Popular, en cambio, ha aprovechado la crisis para exigir al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez que «condene inmediatamente la represión del régimen cubano». Su secretario general, Teodoro García Egea, también ha pedido que se libere a Camila Acosta, la corresponsal de ABC en el país detenida durante las protestas. El diputado de los populares responsable de Exteriores, Pablo Hispan, ha definido la declaración del departamento que dirige Albares como «equidistante» y la define, además, como un «mal comienzo».

Discrepancias

Para la oposición, la crisis cubana supone una oportunidad por abrir una vía de agua entre los dos socios del Gobierno de coalición, que mantienen posturas divergentes en cuanto a la naturaleza del Gobierno de la isla. No en vano, la diputada de Unidas Podemos en el Congreso Aina Vidal dejó claro en rueda de prensa que para los morados «Cuba no es una dictadura», aunque concedió que sí «deben permitir manifestaciones, como en cualquier otro país».

También Ciudadanos instó al Gobierno a que condene «sin ningún matiz» la «dictadura comunista» cubana y apoye las protestas y criticó la «tibieza» de Sánchez para «no enfadar a su socio de Podemos», zanjó el portavoz de los naranjas, Edmundo Bal.

Desde Vox, presentaron una proposición no de ley en la que piden que el Congreso condene «la represión y la limitación de la libertad de expresión en Cuba», aunque no está previsto que esta se debata antes del verano. Su portavoz en la Cámara baja, Iván Espinosa de los Monteros, exigió ««la puesta en marcha de gestiones diplomáticas para lograr el fin de la represión» y sugirió la adopción de medidas comerciales que, matizó, podrían ser «coercitivas» o de «estímulo».

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