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El PSOE y el PP pasan a ser otra vez líderes

El PSOE y el PP pasan a ser otra vez líderes

Si se celebrasen elecciones generales de manera inmediata, el PSOE y el Partido Popular serían ahora las fuerzas políticas más votadas en el conjunto de España con el 26,6% y el 24,4% de los votos. Es una de las principales conclusiones del estudio demoscópico realizado por Metroscopia para CANARIAS7

Canarias7 / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 1 de enero 1970

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Para el PSOE este resultado superaría en 3,9 puntos el obtenido hace dos años, y sería el mejor conseguido desde las elecciones de 2015, cuando hizo su entrada en escena el actual cuatripartidismo. Para el PP, aunque su voto ahora estimado sería inferior en casi nueve puntos a su resultado de 2016 (cuando logró el 33% de los votos), la segunda plaza representa una apreciable recuperación en relación con los resultados estimandos por Metroscopia desde comienzos de año.

PSOE y PP estarían así capitalizando, al menos por el momento, el impacto innegable que en la vida política española ha tenido el hecho de que Pedro Sánchez presida ahora el Gobierno y que Casado haya sido objeto de una acogida ampliamente favorable entre el electorado popular.

En cuanto a Ciudadanos, que hasta finales de mayo encabezaba las preferencias electorales en la mayoría de los sondeos, quedaría ahora con un 20.1% de los votos, siete puntos por encima del resultado de 2016, pero claramente por debajo del resultado que recurrentemente se le ha venido estimando.

Unidos Podemos, con un 16,1% de los votos (cinco puntos menos que en 2016), quedaría en cuarto lugar. Esto haría que ahora la distancia de esa formaciónrespecto del PSOE sea de 10.5 puntos: en las elecciones últimas fue de 1,6.

Este resultado electoral que aquí se estima se basa en el supuesto de una participación electoral del 64%, inferior en casi seis puntos a la de las elecciones de 2016 (entonces votó el 69.8% del censo de residentes). Tener en cuenta este dato es sumamente relevante dado que el porcentaje de electores que finalmente acabe votando resulta decisivo para el resultado final: la abstención es selectiva, esto es, no se reparte de manera proporcional entre todos los electorados. Hay unos partidos que en el momento de la votación (o en el momento del sondeo, como es el caso) cuentan con un electorado más fiel y otros, por el contrario, tienen votantes más volátiles y electoralmente más hipotensos.

El porqué de los cambios

Para empezar, se pone en evidencia que el PSOE retiene a sus votantes y atrae a los de Unidos Podemos.

El buen resultado estimado en este momento para el PSOE, dos meses después de iniciarse la Presidencia de Sánchez, se fundamenta, esencialmente, en tres factores que se complementan: atesora una fidelidad de voto elevada, pues el 59% de sus votantes de 2016 repetiría ahora su voto; consigue atraer electores procedentes de otras opciones políticas: sobre todo de Unidos Podemos (un 17% de quienes votaron a la formación morada optaría ahora por los socialistas, lo que supone en torno a 850.000 votantes) y de Ciudadanos (7%, unos 200.000 votos), y los socialistas aprueban la gestión del Gobierno del PSOE: si bien la opinión de los españoles al respecto se divide (el 46% la aprueba, el 46% la desaprueba), entre los votantes socialistas y entre los de Unidos Podemos la labor desarrollada por el Ejecutivo es ampliamente favorable: la aprueba el 75% y 72%, respectivamente.

Otro hecho relevante es que el PP reactiva a su electorado durmiente. Así la pérdida del Gobierno tras la exitosa moción de censura de Sánchez, lejos de convertirse en una losa adicional sobre el ya quebrantado estado de ánimo del electorado popular, ha sido finalmente entendido por este como una ventana de oportunidad. La sucesión de Rajoy (cuyo liderazgo daban ya por amortizado sus propios votantes: hace apenas dos meses, el 65% creía que no debía repetir como candidato y el 43% le veía más interesado en mantenerse en el Gobierno que en resolver los actuales problemas de España), por Pablo Casado tras un novedoso —para los populares— proceso de primarias, ha contribuido sin duda a la reactivación de esa parte de su electorado que permanecía durmiente.

Ciudadanos y podemos

Mientras, el desconcierto que hace tan solo una semana tenía una parte sustancial del electorado del PP (y que se venía manifestando desde hace meses), parece haberse trasladado ahora al de Ciudadanos. Cuanto ha acontecido desde el 1 de junio parece haber generado confusión en buena parte del electorado naranja. Si hace una semana la fidelidad de voto del partido de Albert Rivera era del 65% (un porcentaje ya de por sí algo más bajo que el que se registraba en mayo) ahora es del 57%. Y si hace una semana, uno de cada cinco votantes de Ciudadanos estaba electoralmente desmovilizado (el 20% se declaraba indeciso sobre su comportamiento electoral o propenso a la abstención) ahora este porcentaje ha aumentado 10 puntos, hasta el 30%.

El estudio apunta que Podemos es el más perjudicado con los cambios, hasta el punto de que solo la mitad de los votantes de Unidos Podemos en 2016 repetiría su voto: 51%, su porcentaje más bajo de los dos últimos años. Para encontrar una fidelidad de voto tan reducida en el caso de la formación morada habría que remontarse a noviembre de 2017: justo después de la aplicación del artículo 155 en Cataluña por parte del Gobierno de Rajoy y antes de las elecciones catalanas que tuvieron lugar a finales de ese año.

Las transferencias de voto entre Unidos Podemos y su directo competidor político en la izquierda, el PSOE, son claramente favorables a los socialistas: un 17% de votantes de UP votaría ahora al PSOE (en torno a 850.000 votantes) frente al 4% de votantes socialistas que ahora se inclinarían por apoyar al partido de Pablo Iglesias (unos 200.000 votos).

Ficha técnica: Se han realizado dos sondeos consecutivos entre los días 16 y 25 de julio. En el primero se completaron 2.200 entrevistas y en el segundo 1.300 entrevistas. En ambos casos las entrevistas se realizaron a través de llamadas a teléfonos móviles seleccionados de forma aleatoria a partir de un generador automático de números telefónicos. Posteriormente se han calibrado los datos a partir de una ponderación múltiple por sexo, edad, tamaño de municipio y región (Comunidad Autónoma). La eficiencia tras la correspondiente ponderación para el primer sondeo es del 64,3%, de modo que la muestra efectiva equivale a 1.420 entrevistas. Para el segundo sondeo, la eficiencia es del 63,7% y la muestra efectiva equivale a 840 entrevistas.

El error de muestreo, para un nivel de confianza del 95.5% (que es el habitualmente adoptado) y asumiendo los principios del muestro aleatorio simple, en la hipótesis más desfavorable de máxima indeterminación (p=q=50%), para el primer sondeo el margen de error es de +/-2.1 puntos (tras la ponderación, +/- 2.7 puntos) para datos globales. Para el segundo sondeo el margen de error es +/-2.8 puntos (tras la ponderación, +/- 3.5 puntos).

Desde hace dos años, y hasta el pasado mes de mayo, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha sido recurrentemente el líder mejor evaluado, y con diferencias apreciables sobre los tres restantes, por el conjunto de la ciudadanía. En este final de julio pasa a compartir ese liderazgo con Pedro Sánchez: ambos son aprobados por el 43% de la población española.

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