Borrar
Cinco retos inmediatos para el futuro Gobierno

Cinco retos inmediatos para el futuro Gobierno

El 10 de noviembre debe desvelar si, esta vez sí, hay mayoría suficiente para la investidura de un presidente cuyo Gobierno, tras los meses de interinidad vividos desde las elecciones de abril, ha de abordar una serie de retos y asignaturas pendientes a los que hacer frente de forma inminente y prioritaria.

José Miguel Blanco (Efe) / Madrid

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Algunos de esos retos tienen sello propio de España, mientras que otros, con el brexit a la cabeza, se han fraguado fuera pero obligan a tomar medidas internas y estar preparados para paliar sus consecuencias.

Estos son cinco de esos ineludibles desafíos que aguardan a vuelta de urnas.

El laberinto del brexit

El día de las elecciones ya se habrá despejado la incógnita de si el Reino Unido está en ese momento fuera de la UE, de si lo ha hecho con acuerdo o con un "brexit" duro, o de si se ha logrado una prórroga para la permanencia del país en la Europa comunitaria más allá del 31 de octubre.

Con el primer ministro británico, Boris Johnson, decidido a que esta última opción no sea la que triunfe, pero con un enrevesado juego político en el que la oposición y el Parlamento aún quieren tener mucho que decir y decidir, todos los socios de la UE aguardan expectantes.

Entre ellos España. Pero la espera ha venido acompañada de un ejercicio de previsión de los gobiernos presididos tanto por Mariano Rajoy como por Pedro Sánchez, así como de los ejecutivos autonómicos, instituciones y empresas.

Hay planes de contingencia para encarar la situación incluso aunque saliera triunfante el "brexit" duro y el Gobierno en funciones asegura que se está preparado para hacer frente a lo que venga, pero se aventura que el futuro Ejecutivo tendrá aún mucho que bregar.

La situación de los españoles residentes en Reino Unido y de los británicos en España, los flujos comerciales, la especial repercusión que tendría en la zona del Campo de Gibraltar y los efectos en servicios financieros o transporte aéreo son algunas de las áreas en las que deberá poner un foco especial de atención el Gobierno que salga de las urnas.

La enquistada crisis de Cataluña

Sin visos de una solución a corto plazo en la crisis de Cataluña, cuando alguno de los candidatos haya conseguido los apoyos necesarios para instalarse en el Palacio de la Moncloa ya sabrá cuál ha sido la respuesta de los independentistas a la sentencia sobre la actuación de los líderes del 'procés', que se espera para este mes de octubre.

Junto a las voces que vaticinan una escalada de las demandas soberanistas y otra vez toma de decisiones fuera de la legalidad, están las que piden de nuevo la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Una mezcla que sigue abonando un panorama nada optimista para la vuelta a la normalidad, aspiración que, desde la consciencia de que el camino no va a ser ni corto ni fácil, debe ocupar lugar prioritario en la hoja de ruta del futuro Gobierno.

Quien esté al frente del mismo tendrá que medir los pasos para hacer respetar en todo momento la ley, como defienden los partidos constitucionalistas, al tiempo que no se rompen los puentes de una colaboración imprescindible entre las administraciones.

La desaceleración económica que llega

Los indicadores económicos apuntan ya a una desaceleración tanto en España como en la esfera internacional. Si las previsiones mayoritarias se cumplen, se quedará en eso, en desaceleración, y no llegará a ser una recesión.

El Gobierno, por boca de su ministra de Economía, Nadia Calviño, ha reconocido esta semana que la economía española no sería inmune a una prolongación de las tensiones comerciales o una ralentización económica europea, pero por el momento no ha avanzado si se revisará a la baja la previsión de crecimiento para este año fijada en un 2,2 por ciento.

A la espera de que se desvele esa incógnita y con los ecos de la última crisis económica aún resonando, lo que es insoslayable es que el país debe afrontar desequilibrios aún no resueltos como el desempleo o la deuda, y avanzar de forma decidida en la transformación digital y ecológica.

La posibilidad de un "brexit" sin acuerdo, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, por un lado, y la UE, por otro, las dificultades de economías como la argentina... Todo eso puede influir en España y dar un trabajo extra al futuro Gobierno.

Un Gabinete que tiene que poner fin a la vigencia del prolongado presupuesto de Cristóbal Montoro que aún marca las cuentas del Estado.

Financiación autonómica, un sistema caducado desde 2014

Muy ligado a la aprobación de unos nuevos presupuestos está otro de los retos que no puede tardar en afrontarse, la aprobación de un nuevo sistema de financiación autonómica.

Se trata de una demanda reiterada de las comunidades al Gobierno de turno, una petición repetitiva desde 2014, cuando caducó el sistema que aún sigue en vigor.

Con mensajes de asfixia en las cuentas autonómicas por parte de sus máximos responsables, los trabajos deberían desembocar en un nuevo modelo que se antoja difícil que pueda contentar a todos.

Determinar los parámetros a los que se dará más peso a la hora de fijar esa nueva financiación, si al número de habitantes, a la despoblación, al envejecimiento o a la dispersión, entre otros, será una tarea ardua pero que no admite más dilación.

La ansiada estabilidad política

Tras las cuartas elecciones generales en cuatro años, los ciudadanos ansían una estabilidad política que supere la sensación de interinidad y que permita adoptar las decisiones que necesita el país.

Con las encuestas evidenciando que los políticos son percibidos cada vez más por los ciudadanos como un problema ante su incapacidad para llegar a acuerdos, es necesario un mensaje que difumine esa imagen.

A ello contribuiría sin duda que con la máxima rapidez posible tras los comicios de dentro de un mes, España contara con un nuevo Gobierno.

Pero su estabilidad puede no depender de un solo partido. Aprender a pactar sí que es un reto para el futuro inmediato.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios