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Casado y Feijóo, durante el acto político. EFE/Vídeo: atlas

Casado promete reformas «de alta intensidad» para salir «del hoyo» de la izquierda

El líder del PP abre el curso político en Galicia con Núñez Feijóo, reivindica su «sentido de Estado» y pide la dimisión de Marlaska por sus «tropelías»

Mateo Balín

Madrid

Domingo, 29 de agosto 2021

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Una idílica pradera de árboles centenarios, espacio tradicional de encuentro y referencia de leyendas, cuentos y canciones. El carvallar de San Justo, un robledal ubicado en el municipio pontevedrés de Cerdedo-Cotobade, fue el lugar elegido por el Partido Popular de Galicia para comenzar el curso político con un invitado de excepción: su presidente nacional Pablo Casado.

Un periodo, el que va de septiembre a julio, que no tendrá citas electorales a la vista salvo sorpresa (los siguientes comicios agendados son las andaluzas en noviembre de 2022), pero que los populares no quieren convertir en un curso puente ni desaprovechar su tarea de oposición para seguir desgastando al Gobierno de coalición. Ello, pese a la lógica rivalidad con Vox para controlar al Ejecutivo y disputarse al espacio electoral de la derecha.

En este bosque gallego de robles y leyendas, Pablo Casado ha reivindicado su «sentido de Estado» frente a las acusaciones de los socialistas que lo sitúan fuera de la colaboración para asuntos estratégicos. Ha enumerado diferentes propuestas formuladas en lo que va de legislatura para rebatir las críticas del presidente Pedro Sánchez y ha recordado su «mano tendida» para la gestión de los fondos europeos, con la creación de un órgano de control independiente, o modificar la ley para que los jueces elijan a sus pares en el Consejo General de Poder Judicial (CGPJ), que lleva más de mil días en interinidad. Un hecho sin precedentes en la etapa democrática.

Casado ha prometido que ofrecerá en los próximos meses una agenda reformista «de alta intensidad» para «darle la vuelta como un calcetín» a España y colocarla «en el lugar que se merece». Unas iniciativas que traigan la modernización necesaria y «que saque a los españoles del hoyo en que les ha metido otra vez la izquierda». Ello, ha dicho, frente a un presidente del Ejecutivo que es solo «propaganda» y «márketing» y que «no le dice la verdad ni al médico».

El líder conservador ha sacado la lista de los temas que abordará en la próxima Convención Nacional del PP, que se celebrará en Santiago de Compostela, y que, avanzó, contará con expertos y académicos de diversos ámbitos. Ha mencionado las reformas tributarias, políticas de natalidad, combatir el paro, estimular a emprendedores y autónomos o supervisar la tarifa eléctrica «más alta de Europa». Una «facturazo», ha dicho, cuyos causantes han sido los gobiernos socialistas.

Para Casado, este programa no es factible sin estar impregnado de tres de los valores comunes del PP: la defensa de la igualdad, de la libertad y de la unidad nacional, ha remachado.

Afganistán y Marlaska

El diputado nacional ha entrado al cuerpo a cuerpo con Sánchez por la operación humanitaria de Afganistán. Ha reprochado que «no es ético» que haya «presumido» de «misión cumplida» con la evacuación realizada por las tropas españolas. «Tenemos un Gobierno que ahora dice que tenemos que celebrar una misión internacional porque ha sido un rotundo éxito. Este tipo de manifestaciones no las ha hecho ningún país del mundo, ningún mandatario mundial se ha atrevido a celebrar el drama y el horror que estamos viendo», ha reprobado.

El líder de los populares ha subrayado, no obstante, que «por supuesto que las Fuerzas Armadas han conseguido sacar (a la población afgana), jugándose la vida, y el personal diplomático». «Pero no he visto a ningún mandatario que también lo ha hecho, presumir de esto. Porque es algo que no es ético», ha censurado de nuevo.

Otro de las menciones expresas de Casado fue el futuro del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Ha vuelto a pedir a Sánchez su dimisión porque lleva «demasiadas tropelías en el cargo». Ha citado, por ejemplo, el cambio en la cúpula policial, permitir «que se espiara» las redes sociales a quien criticara al Gobierno, discutir a sus compañeros de carrera los indultos y el Estado de Alarma o las irregularidades con la política migratoria. Pero el colofón, ha recalcado, «ha sido acercar a 150 terroristas de ETA a cárceles cercanas al País Vasco, 96 de ellos con delitos de sangre».

De forma previa, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, con un discurso de marcado centro, ha proclamado que «nunca fue tan necesario» como ahora un Gobierno de España del PP, «ni siquiera en época de Zapatero», y ha abogado por «mandar a Sánchez a donde mandamos a Pablo Iglesias».

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