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Ventajas y desventajas de comprarle una moto a tu hijo

Ventajas y desventajas de comprarle una moto a tu hijo

¿Qué deberíamos hacer? La respuesta no es sencilla, hay que valorar si hay verdadera necesidad, si son lo suficientemente maduros y responsables, hacer cálculos, negociar...

Canal Motor

Miércoles, 25 de enero 2023, 21:15

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Cuando llega el temido día en el que nuestro hijos dicen «Mamá, quiero una moto», toca sentarse y sopesar muchos asuntos al respecto. Y es que conducir una moto tiene muchas ventajas prácticas ya que es un vehículo muy ágil con el que evitar las congestiones del tráfico, permite desplazamientos cortos por ciudad sin preocuparse por aparcar o entrar en zonas céntricas, llegar antes al destino, tienen un consumo bajo y sus reparaciones y mantenimientos son baratos.

Pero obviamente, y como ya desde los 15 años se puede manejar una moto, como padres todavía nos parece pronto y peligroso poner un vehículo de estas características en las manos de los jóvenes de casa. Así que, ¿qué deberíamos hacer? La respuesta no es sencilla, hay que valorar si hay verdadera necesidad, si son lo suficientemente maduros y responsables, hacer cálculos, negociar... Por ello, los expertos de AMV nos dan una serie de consejos para ayudarnos a tomar la mejor decisión.

En primer lugar, una de las primeras cosas que debemos considerar a la hora de decidir si permitimos o no que nuestro hijo tenga una moto es si realmente la necesita. ¿Cómo son sus desplazamientos? ¿Qué cambios positivos y negativos traería una moto a su vida? Ayuda, en estos casos en los que las emociones a veces nos superan, hacer un listado por escrito de los pros y los contras para ver las cosas algo más claras, si les vendría bien ir a clase en la moto, si nos liberarán a nosotros de hacer ciertos desplazamientos (clases extraescolares, médicos, centros deportivos, etc.) o incluso si nos puede servir de ayuda en nuestro día a día y pueden hacer ciertos recados por nosotros.

La mayoría de los padres piensan que sus hijos son maravillosos en absolutamente todo, salvo en algunas pequeñas cosas que aún se están puliendo porque todavía no son adultos. Son precisamente esas cosas que se están puliendo aún, las que tenemos que analizar fríamente para saber si ya están preparados para tener una moto, como si se va a poner siempre el casco de forma correcta y lo llevarán atado o no. Si respetará los límites de velocidad y las normas de tráfico y tiene ganas de aprender a conducir correctamente o están más pensando en presumir delante de los amigos. Si se harán cargo de cuidar el vehículo y de tenerlo a punto. Y así hasta que hayamos pensado en todas las posibilidades porque una cosa sí es cierta: nadie conoce a nuestros hijos mejor que nosotros, por lo que somos las personas mejor cualificadas para tomar esta difícil decisión.

Otra de las cuestiones en las hay que pensar fríamente es en el gasto. Aunque las motos son, en general, más económicas que los coches, habrá que calcular varios costes como la compra del propio vehículo, la autoescuela para sacarse el permiso -tendrá que hacer un examen práctico y otro teórico-, el seguro, que en los jóvenes son más caros que para los adultos; gasolina, reparaciones, repuestos, revisiones...

Además del casco y accesorios adecuados para protegerlos en caso de accidente. Incluso tener en cuenta las posibles multas. A todos los conductores nos pasa alguna vez y es probable que nuestros hijos no sean una excepción.

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