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Vehículo eléctrico P.F.
El vehículo eléctrico y el despliegue de infraestructura, lejos del objetivo de 2030

El vehículo eléctrico y el despliegue de infraestructura, lejos del objetivo de 2030

España está lejos de cumplir con los objetivos europeos, así como con los marcados a nivel nacional por el PNIEC

Noelia Soage

Jueves, 15 de septiembre 2022, 10:18

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España está lejos de asegurar el mercado eléctrico. En la actualidad hay contabilizados alrededor de 180.000 vehículos eléctricos. La agenda 2030 exige 5 millones de vehículos eléctricos entre turismos, furgonetas, autobuses y motos; de los cuales, unos 3 millones serán turismos. La consecución de este objetivo de parque sólo es posible con un despliegue decidido del mercado de vehículos eléctricos. Esto significaría que, en los próximos 8 años, se deberían estar matriculando unos 600.000 vehículos cero emisiones cada año. O lo que es lo mismo, que la cuota vaya incrementándose desde el 4,84% con el que cerró el año 2021, hasta un 40% en el año 2030.

Dados los datos y la progresión de los últimos años, cifras difíciles. En concreto, hasta el segundo trimestre, con un total de 38.124 turismos electrificados matriculados, solo se ha logrado alcanzar el 31,8% del hito estimado por Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) de 120.000 unidades en 2022, que permitiría lograr los objetivos reflejados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030. Para alcanzar este objetivo este año, hasta junio se tendrían que haber vendido cerca de 60.000 unidades.

El talón de Aquiles para el desarrollo del mercado de movilidad eléctrica en España es el precio y la disponibilidad de uso. Dado que el diferencial de precio solo puede abordarse a través de unas ayudas a la compra eficientes y suficientes, el otro principal escollo a abordar es, sin duda, la disponibilidad de infraestructuras de recarga de acceso público, tanto a nivel urbano como interurbano.

Y esta barreta está penalizado el desarrollo de la movilidad eléctrica hasta el punto de que el mercado español se sitúa entre los menos desarrollados de los grandes países de Europa. Incluso las cifras distan bastante del objetivo de 45.000 puntos de recarga que serían necesarios este año para cumplir con los exigentes objetivos europeos y, como consecuencia, con los marcados a nivel nacional por el PNIEC para 2030. Y es que, repartidos por toda la geografía española, solo hay instalados a día de hoy 15.772 puntos de recarga públicos.

En realidad, se trata de un crecimiento por encima del producido en los trimestres anteriores, pero aún lejos del deseado y asociado a carga lenta. Tan solo el 17% de la infraestructura de recarga de acceso público en España corresponde a carga con potencia superior a 22 kW. Hasta esa cifra implica tiempos de recarga mínimos de 3 horas y de hasta 19. En el caso de los puntos de recarga de acceso público de al menos 150 kW y menos de 250 kW, solo hay 131 en la actualidad. «El despliegue de puntos de recarga de al menos 150 kW es fundamental para que el vehículo eléctrico pueda ser empleado en trayectos de larga distancia por carretera, permitiendo tiempos de carga de entre 15 y 27 minutos», alertan desde Anfac.

«España se encuentra a la cola respecto al resto de los principales países europeos. Para mejorar nuestra posición es necesario definir unos objetivos públicos vinculantes para el despliegue calendarizado por año y potencias de los puntos de recarga y hacer realidad que un nuevo poste de carga en la vía pública funcione en menos de seis meses. También favorecer la fiscalidad positiva del vehículo electrificado y simplificando y unificando los trámites del Moves III», concluye José López-Tafall, director general de Anfac.

Ante esto, cabe resaltar que los puntos de recarga «no son interoperables, es decir, que en su mayoría son solo para uso exclusivo de turismos», tal y como subrayan desde la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor). «Un factor a tener en cuenta en cuanto al despliegue de la penetración de la flota eléctrica», añaden.

En lo que a recarga de motocicletas eléctricas se refiere, el despliegue es todavía mucho menor y más lento. Sin datos fijos, por ejemplo, Repsol cuenta con más de 230 puntos de recarga de coches y motos eléctricas disponibles en aparcamientos, centros comerciales, concesionarios, talleres y estaciones de servicio. En ciudades como Madrid, se están empezando a colocar puntos de recarga en algunas reservas de estacionamiento para motos y en aparcamientos subterráneos.

Patinetes, el gran desafío

La Federación Española de Vehículos de Movilidad Personal (FEVMP) estima que están circulando en España alrededor de 3,5 millones de Vehículos de Movilidad Personal (VMP), de los cuales un 75% serían patinetes eléctricos. Los VMP agrupan también al 'segway', 'hoverboard' y monociclo, pero ha sido el patinete eléctrico el que más ha proliferado en los últimos años. Este medio de transporte se halla en las primeras fases de crecimiento y, de momento, la DGT ha presentado una nueva normativa -entrará en vigor a partir de 2024- que deberán seguir para no ser un peligro para la circulación: no utilizar auriculares ni el teléfono móvil en marcha, no circular por las aceras, no rebasar los 25 km/h, ni circular bajo los efectos del alcohol o otras drogas. Las sanciones pueden alcanzar los 1.000 euros.

Automóviles, la hoja de ruta a seguir

La ruta está clara, y las múltiples ventajas de adquirir un coche 100% eléctrico también. Son más limpios, más fáciles de conducir, dan acceso a las grandes ciudades y sus aparcamientos, menos gastos de mantenimiento... Pero hay puntos que mejorar. De momento, la gran mayoría de estos vehículos alcanzan precio por encima de los 40.000 euros, una barrera para gran parte de los consumidores. Según datos de 2018 de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), un 64,9% de los españoles vive en un piso, lo que dificulta la instalación de un punto de recarga en el domicilio, lo más ventajoso con esta tecnología. Asimismo, un eléctrico se devalúa un 50% de su valor -25% de un térmico-.

Bicicletas, el vehículo eléctrico más vendido en España

La venta de bicicletas eléctricas se consolida en 2021 al superarse, un año más, la barrera de las 200.000 unidades vendidas. Así, el parque en España se acerca a las 900.000 unidades, convirtiéndose en el vehículo eléctrico preferido por los españoles. Además, 7 de cada 10 bicicletas eléctricas se fabrican en la UE, «generando enormes oportunidades para nuestra industria», detallan desde la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE). Este cambio en las reglas del juego de la movilidad viene de la «tendencia de moverse de manera más saludable y sostenible, lo que genera un impacto positivo para la sociedad en términos económicos, medioambientales y de salud», añaden.

Camiones, el lento despegue del transporte de mercancías

Según el Observatorio Europeo de Combustibles Alternativos, a finales de 2021 había solo 40 camiones eléctricos puros de batería (BEV) -1.394 en la Unión Europea hasta fecha de hoy-, para transporte de mercancías. Pero las estimaciones apuntan a que habrá 14.000 camiones con cero emisiones en 2030 en España. Muchos fabricantes europeos están haciendo importantes anuncios en este sentido. Volvo, por ejemplo, ya ha iniciado la producción en serie de camiones eléctricos pesados de 44 toneladas para toda Europa. Otras como Renault ya cuentan -y continua renovando- con una gama 100% eléctrica con modelos capaces de transportar hasta 3,5 toneladas.

Motocicletas, las reinas de lo urbano

El mercado de las dos ruedas suma ya 66.321 unidades -29.027 ciclomotores y 37.294 motos-, contabilizadas hasta julio de 2022, según la DGT. El futuro de la movilidad «pasa por el vehículo eléctrico, que especialmente en el caso de la moto está creciendo bien», explican desde Anesdor. «Los datos de crecimiento reflejan una penetración en el mercado superior a otros vehículos, especialmente en los segmentos de la moto más pequeños y de ámbito urbano, en los que las prestaciones satisfacen plenamente al consumidor y desaparecen las barreras clásicas», añaden. Y aunque la infraestructura todavía es débil, permiten una carga en el domicilio con facilidad, incluso son baterías extraíbles.

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