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Juan Roig Valor
Jueves, 23 de junio 2022, 00:32
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A pesar de que la industria del automóvil española celebra la adjudicación de la nueva plataforma eléctrica GE-2, que será la base de los modelos eléctricos de Ford en Europa, su CEO, Stuart Rowley se mostró categórico en el comunicado por vídeo que confirmó las noticias: «Esta decisión no significa que se vaya a construir un nuevo producto específico en Europa».
«Queda mucho trabajo para obtener la aprobación para construir un coche eléctrico en Valencia», sentenció, subrayando que la necesidad imperiosa a corto plazo era «centrarse en la producción a corto plazo y cumplir los objetivos de 2022, que financiarán la transición industrial de Almussafes».
En poco más de un año, de las líneas de montaje valencianas solo saldrá un único modelo, el Kuga, y, dado que el vehículo eléctrico requiere menos mano de obra que el térmico, se prevé que la plantilla de la planta levantina se vea reducida.
Desde UGT, la central sindical mayoritaria, son conscientes y en su propio comunicado señalan que «habrá que negociar cómo y cuándo se lleva a cabo la transformación y qué volumen de empleo se requerirá en el futuro y de qué manera se redimensionará la plantilla».
El director de Fabricación de Ford España, Dionisio Campos, hizo eco de esta postura: «queda mucho trabajo por hacer para asegurar la viabilidad financiera que nos permita producir VE basados en la nueva arquitectura GE-2. Tenemos que definir los pasos necesarios para una transición efectiva hacia el modelo industrial del coche eléctrico».
Que Almussafes hara resultado ser más viable que la planta alemana de Saarlouis sume en la incertidumbre a esta última. El propio Rowley destacó que aún quedan tres años de producción en ella y que ya se ha formado un grupo de trabajo que coordine la fábrica con el Gobierno de Saarland y los sindicatos para «desarrollar oportunidades de futuro en la localidad».
De momento, la respuesta inmediata de los representantes laborales en Alemania ha sido de manifestarse en el exterior de la planta. «Jamás aceptaremos este resultado», afirmó el presidente del Comité de Empresa de Saarlouis, Markus Thal. El proceso ha sido calificado por parte de la representante parlamentaria Anke Rehlinger como «indecente y chapucero».
Desde Avia, el clúster de automoción valenciano, la decisión de Ford ha sido calificada, en palabras de su presidenta, Mónica Alegre, como «un balón de oxígeno para la industria regional, que se ha convertido en un territorio referente en movilidad eléctrica, así como un polo de inversión tecnológico».
Fuentes sindicales indican que la cercanía de la gigafactoría de baterías del Grupo Volkswagen en Sagunto, a 62 km de Almussafes fue un elemento que surgió repetidamente en las negociaciones –factor que subraya el clúster como factor diferencial–. Sin embargo, la primera generación de acumuladores que salgan de Sagunto en 2025 no serán, a priori, compatibles con la tecnología de la plataforma GE-2 de Ford.
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