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Jesús Monclús: «Una silla mal instalada no hará correctamente su función»

Jesús Monclús: «Una silla mal instalada no hará correctamente su función»

Dos de los menores fallecidos en 2020 no hacían uso del sistema de retención infantil en el momento de producirse el siniestro: las sillitas y elevadores reducen el riesgo de lesión hasta en un 90%

N. SOAGE

Madrid

Sábado, 20 de noviembre 2021

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La utilización, y correcta utilización, de los Sistemas de Retención Infantil (SRI) es todavía una tarea pendiente del sector automovilístico. La última campaña de vigilancia realizada por la Dirección General de Tráfico (DGT) en marzo de 2021 detectó durante tan solo una semana a 192 niños sin usar sillita de coche. Un grave error que puede ocasionar consecuencias fatales. Y al publicar los datos de siniestralidad vial en 2020, el resultado fue de 17 niños fallecidos en 2020 (en el año 2019 fueron 32 fallecidos en total). En 2020, 7 de los niños fallecidos eran peatones; uno de los niños se desplazaba en ciclomotor, otro en moto y cinco en turismo. Además, dos de los menores fallecidos no hacían uso del sistema de retención infantil en el momento de producirse el siniestro: las sillitas y elevadores reducen el riesgo de lesión hasta en un 90%. Ambas víctimas evitables.

Para ello, Jesús Monclús, director del Área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, nos da todas las claves para saber elegir la silla correcta y segura para tu hijo, los riesgos que hay de no hacerlo, cómo instalarla, normativa...

Los bebes están en constante crecimiento y por lo tanto encontrar dispositivos que se adapten correctamente a todas las etapas de crecimiento es muy complicado. En una silla de niños, cuando más específico sea su rango de uso, mejor se adaptará a su cuerpo y mayor será el confort y la seguridad del bebé o niño. La más recomendable seria, por lo tanto, el uso de un portabebés en un primer momento, después pasar a utilizar un silla hasta los 105 cm mirando hacia atrás y, finalmente, el uso de un alzador con respaldo desde los 105 cm hasta los 150 cm, momento en el cual el menor está físicamente preparado, en general, para pasar a llevar el cinturón de seguridad de adulto.

Antes de dar este último paso y olvidarse del asiento elevador para pasar a usar el cinturón del coche (cinturón para adultos), hay que comprobar que la banda diagonal del cinturón tiene que pasar por la parte media de la clavícula, sobre el hombro (parte media de la clavícula) y debe quedar bien pegada al pecho; la banda ventral o inferior debe queda lo más baja posible sobre la cadera y nunca sobre partes blandas como el estómago; y recordar que el cinturón nunca debe ir retorcido, ni doblado ni holgado, y que la cabeza del menor nunca debe sobresalir por encima del reposacabezas. Tampoco deben usarse prendas de abrigo que puedan introducir holguras en las cintas.

Hay varios factores que nos harán elegir correctamente una silla de niños, Y los podríamos resumir en 2 ideas. Que la silla quede bien instalada en el vehículo, y que el niño o bebé queden bien sujeto a la sillita. Es importante acudir a un establecimiento con personal bien formado donde nos ayuden a instalar en el vehículo diferentes modelos, para ver aquellos que, por espacio, forma de los asientos, y espacio interior se adapten mejor a nuestro coche. En segundo lugar, pero no menos importante y como hacemos con unos buenos zapatos (que nos los probamos antes de adquirirlos), hay que ver en qué sillita se sentirán más cómodo nuestros niños, niñas o bebes. La reclinación de la sillita, por ejemplo, tiene que ser la adecuada para evitar que la cabeza se caiga hacia adelante cuando el niño se duerma y, al mismo tiempo, proporcione un buen apoyo a la cabeza cuando esté despierto.

Por último, nos podremos fijar también en las 'facilidades' que nos aporta la silla para instalarse en el vehículo, o para instalar el niño/a. El sistema Isofix facilita mucho la instalación correcta de la silla, mientras que las bases giratorias facilitan la maniobra de sentar al bebe y ajustar el arnés correctamente.

No hay duda. A contramarcha el mayor tiempo posible. La razón es simple, y se basa en qué pasará con la cabeza y el cuello del menor en caso de choque frontal (el más peligroso). En el caso de los sistemas mirando hacia delante y durante un choque frontal, el arnés de la sillita sujeta el pecho del niño, pero la cabeza no queda igual de protegida, y tendría que ser el cuello, una parte de la anatomía infantil relativamente frágil, quien sujetara a la cabeza en detuviera su desplazamiento hacia delante. En choques muy violentos, el cuello puede sufrir lesiones por hiper-extensión. En caso de las sillas mirando hacia atrás ese movimiento relativo entre el pecho y el cuello del niño o la niña no existe ya que la cabeza y el cuello se apoyan durante la deceleración en el propio respaldo de la sillita, por lo que el riesgo de lesión disminuye drásticamente.

Los sistemas Isofix cumplen dos funciones determinantes. En primer lugar, facilitan la instalación de la silla de niño y reducen el riesgo de instalarla incorrectamente. Esto es muy importante porque una silla mal instalada no hará correctamente su función. En segundo lugar, porque al 'unir' la silla de niños al vehículo estamos reduciendo la deceleración y los esfuerzos que actúan sobre el cuerpo del menor en caso de colisión. Respecto al lateral de la silla de niños, el Reglamento 129, al incluir el ensayo de impacto lateral, ha mejorado mucho el nivel de protección de la silla en caso de este tipo de colisión. Con el anterior reglamento no se comprobaba la capacidad de protección de las sillitas durante un impacto lateral simulado.

No existen pruebas concluyentes sobre la duración de los sistemas de retención infantiles, y tampoco el Reglamento 129 exige ningún tipo de prueba de durabilidad. Además, no es lo mismo una sillita que haya sido almacenada en su caja y en un ambiente fresco y seco que una sillita que haya estado en el interior del vehículo durante varios años seguidos y expuesta al frío, calor, luz solar… En cualquier caso, si pensamos que estamos hablando de un producto destinado a proteger a nuestros hijos en caso de una colisión o frenada brusca, lo razonable seria no usar el mismo dispositivo durante más allá de 4 ó 5 años y siempre atendiendo a la información que el fabricante dispone en la silla adquirida.

Le aconsejaríamos que comprara una silla siempre homologada, a ser posible según el nuevo Reglamento 129 que es más seguro, en tiendas especializadas, y nunca pensando a largo plazo sino pensando en las necesidades de movilidad presentes y para los 3-4 años siguientes como máximo. 

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