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Los ecologistas proponen la electromovilidad frente al colapso de la automoción en España

Los ecologistas proponen la electromovilidad frente al colapso de la automoción en España

El paso de la fabricación de vehículos de combustión a eléctricos supondrá la pérdida de 29.000 empleos hasta 2030

S. M.

Madrid

Lunes, 24 de enero 2022, 10:02

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La transición hacia el vehículo eléctrico generará un trasvase importante de puestos de trabajo, que contribuirá a compensar los efectos negativos de tendencias como a pérdida de volumen de producción, de la productividad y, sobre todo, de la deslocalización. Es una de las conclusiones del estudio «Transición hacia el vehículo eléctrico» elaborado por Boston Consulting Group para la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE).

En dicho estudio se ha analizado cómo la sustitución del motor de combustión por un motor eléctrico afectará al empleo en España, fijando como horizonte el año 2030. Para la elaboración de este informe se han tenido en cuenta 26 actividades industriales y 31 familias de trabajo relacionadas con el desarrollo del vehículo eléctrico, tanto las industrias tradicionales de automoción (fabricantes de equipos originales, proveedores y post-venta), como las industrias anexas (proveedores de máquinas productivas, de infraestructuras de recarga y productores de energía), así como seis grandes tendencias que se dan en la industria de la automoción.

Según el informe, el sector de la automoción en su transición al eléctrico, tendrá un impacto negativo en el empleo, reduciendo el número total de puestos de trabajo en la parte industrial en unos 29.000 empleos hasta 2030, un 8% menos respecto a 2019, cuando se empleaban a un total de 344.000 profesionales en España.

Según la organización Transport & Environment (T&E), la electromovilidad es la única llave que puede abrir la puerta del futuro para la industria automovilística en España, dado que el modelo actual, basado mayoritariamente en la fabricación de vehículos con motor de combustión interna, no tiene ya recorrido.

Debido al inevitable proceso de modernización y robotización de la industria, que conducirá a una simplificación de sus procesos productivos y a una necesidad menor de mano de obra, se prevé que, en su configuración actual, la industria automovilística en su conjunto perderá en España unos 29.000 puestos de trabajo hasta 2030. Esta pérdida de empleo no se puede atribuir al vehículo eléctrico. Todo lo contrario. Gracias a la transición a la electromovilidad se producirán sustanciales ganancias de empleo en las industrias anexas, debidas al desarrollo de la infraestructura de recarga, software y servicios ligados a esta transición.

De este modo, el informe del BCG y AEDIVE detalla que se produciría un impacto positivo en el empleo en los siguientes campos: equipos y servicios, productores de energía, infraestructuras energéticas y reciclaje de materiales.

Para T&E, la transición al vehículo eléctrico es la clave para mitigar el impacto en el empleo que generarán factores exógenos a la electrificación del transporte. Por este motivo, es importante que España apueste por construir un mercado interno potente y atractivo para el vehículo eléctrico, con el objetivo de asegurar que este ecosistema favorable atraiga la inversión suficiente por parte de los grandes fabricantes para garantizar que la industria automovilística del país siga manteniendo su liderazgo y su contribución a la economía y empleo nacionales.

Esta organización considera que el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (PERTE VEC) es un paso en la buena dirección, pero España debe mostrar también su ambición a nivel europeo, apoyando la propuesta de la Comisión Europea de poner fin a la venta de coches y furgonetas de combustión interna en el año 2035, así como objetivos intermedios de reducción de emisiones que permitan allanar el terreno para acelerar la electrificación. La mayoría de los fabricantes europeos ya han mostrado grandes compromisos en este sentido y sus planes son mucho más ambiciosos que los del gobierno español, que sigue anclado en el 2040 como fecha de prohibición de venta de coches y furgonetas de combustión interna. Además, es fundamental avanzar en el despliegue de infraestructura de recarga por todo el territorio nacional, para que tanto españoles como europeos puedan circular en un vehículo cero emisiones por el país sin ningún problema.

España es el segundo mayor fabricante de coches en Europa y el octavo en el mundo.

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