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Diez averías que puede sufrir tu coche en invierno

Diez averías que puede sufrir tu coche en invierno

El riesgo de sufrir accidentes de tráfico también se incrementa cuando aumenta el frío, de hecho, las estadísticas de accidentes de coche recopiladas por RACE ponen de manifiesto que alrededor del 30% de estos se producen en invierno

S. M.

Madrid

Martes, 28 de diciembre 2021, 00:24

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Existen elementos mecánicos de tu coche muy caros que, además, son muy sensibles al invierno y que en caso de fallo, pueden comprometer nuestra seguridad en carretera. Y es que según datos proporcionados por RACE (Real Automóvil Club de España) en invierno las averías en los automóviles aumentan un 14,2 por ciento respecto al resto de estaciones del año, siendo las incidencias más frecuentes las relacionadas con problemas con las baterías y los neumáticos.

Por otro lado, el riesgo de sufrir accidentes de tráfico también se incrementa cuando aumenta el frío, de hecho, las estadísticas de accidentes de coche recopiladas por RACE ponen de manifiesto que alrededor del 30% de estos se producen en invierno. En este sentido, Confortauto Hankook Masters nos explica las averías más comunes en este periodo para que podamos prevenirlas:

1. Sistema eléctrico y baterías: Con el frío, hemos de ser especialmente precavidos con los elementos que participan en el sistema eléctrico de nuestro coche, como baterías, calentadores, alternadores y motores de arranque. Con las bajas temperaturas del invierno, las baterías tienden a perder cierta capacidad de carga, dependiendo de la edad de la batería. En caso de las baterías nuevas, el problema no suele notarse más allá de un arranque ligeramente más largo cuando damos la llave. En el caso de baterías con cierta edad, sobre los 4-5 años, en invierno es cuando se agotan del todo, pues si ya estaban gastadas el frío las acaba de agotar perdiendo la poca capacidad de carga que aún mantenían. Esto, sumado a mayor consumo eléctrico del vehículo (luces, antinieblas, limpias, calefacción, calentadores, etc.) hace que las baterías sean las más débiles en invierno.

2. Motor: Una de las averías más costosas cuando se dan bajas temperaturas y el coche ha dormido a la intemperie tiene que ver con la rotura de conductos y manguitos del motor. Entre 1.000 y 1.500 euros puede suponer la reparación, en función de la cantidad de piezas que se hayan dañado como consecuencia de arrancar el motor en frío y ponerlo a un gran número de revoluciones rápidamente. La recomendación es calentar el motor al ralentí al arrancar el motor, con el objetivo de que los fluidos suban poco a poco de temperatura y la lubricación pueda hacer su trabajo.

3. Neumáticos: Son uno de los elementos más importantes de nuestro vehículo puesto que influyen de manera fundamental en nuestra seguridad puesto que son nuestro punto de contacto directo con la carretera. Durante el invierno, las neumáticos pierden prestaciones, disminuyendo su adherencia en el asfalto y su capacidad de frenada. Una situación que empeora si además hay presencia de lluvia, nieve y/o hielo. Además, el frío suele hacer que pierdan presión, por lo que hay que seguirlos de cerca para evitar cualquier percance. Por ello, es fundamental, realizar una revisión periódica de los neumáticos, para comprobar su presión y asegurar que la profundidad del dibujo está por encima de 1,6 mm (límite legal establecido). No obstante, los especialistas recomiendan no bajar de los 3 mm.

4. Líquidos : Con las temperaturas bajas pueden modificarse las condiciones de los líquidos y aceites del motor. Hay que prestar especial atención al líquido anticongelante, el lubricante y el refrigerante, pero también vigilar que el lavaparabrisas esté en condiciones para que pueda cumplir con su función de manera eficiente. El líquido refrigerante se encarga de realizar una función vital que es la de absorber parte del calor generado en los motores de combustión interna en su funcionamiento, evitando así su sobrecalentamiento. Como norma general hay que revisarlo periódicamente y especialmente durante los meses de frío para comprobar que no pierda sus propiedades. En la misma línea, es recomendable cambiar el líquido limpiaparabrisas por uno de tipo anticongelante para evitar que se quede helado durante las noches más frías. En invierno también es preferible utilizar aceites sintéticos porque utilizan fórmulas de baja viscosidad y fricción, lo que ahorra combustible y permite que el aceite conserve la liquidez incluso en días fríos.

5. Frenos: Los frenos son uno de los componentes más importantes de nuestro vehículo. No nos sirve de nada tener altas dosis de potencia si no tenemos cómo controlarla. Piensa que el sistema de frenado es de los componentes que más uso y desgaste sufre a diario. Por esta razón es importante garantizar su buen mantenimiento. Con el frío estos pierden pierden eficacia, y su mal estado se traduce en frenadas más largas y el aumento de las posibilidades de sufrir un accidente. La frecuencia con la que deberemos cambiar las pastillas de freno depende del tipo de vehículo que tengamos, del uso que le demos al equipo de frenado, del tipo de pastillas de freno que equipemos y de los kilómetros que solamos recorrer. Esto hace que las necesidades de mantenimiento varíen mucho de un vehículo a otro. La posible congelación del líquido de frenos también es un factor a tener en cuenta con las bajas temperaturas, las cuales pueden provocar su deterioro.

6. Luces: Una buena visibilidad es indispensable siempre, pero aún más en invierno, ya que las horas de luz natural se ven muy reducidas en esta época del año. Y es por eso que resulta primordial que comprobemos que todos los faros de nuestro vehículo funcionan correctamente: pilotos traseros, las luces de freno, marcha atrás, posición y dirección, funcionan correctamente, prestando atención también a los antiniebla, muy utilizados durante estos meses. En caso de tener que cambiar alguna luz, es recomendable cambiar tanto las del lado izquierdo como las del lado derecho, así ambas tendrán la misma antigüedad.

7. Limpiaparabrisas: El limpiaparabrisas puede parecer un elemento menor, pero es muy importante para garantizar una buena visibilidad, sobre todo durante la climatología adversa del invierno. Debido al hielo, la nieve y la lluvia las gomas de los limpiaparabrisas se pueden llegar a desgastar y dejar de funcionar cuando más lo necesitamos. También debemos tener en cuenta que las escobillas pasan por muchas zonas de la luna que están secas y que pueden contener restos de suciedad, algo que va a dañar el filamento del limpiaparabrisas para después dejar las molestas líneas de agua que limitarán nuestro campo de visión. Por ello es recomendable, además de llevar los cristales limpios, echar agua sobre la luna antes de salir empando bien el cristal y de este modo comprobar que los limpias barren bien.

8. Carrocería: Es práctica común que cuando bajan las temperaturas se esparza sal sobre nuestras carreteras para evitar la formación de bloques de hielo o que cuaje la nieve. Esto, aunque facilitará el tránsito de la circulación, tiene un efecto secundario muy dañino para nuestros vehículos. La sal es muy corrosiva para el metal, tanto para la carrocería, donde veremos cómo se levanta la pintura y quedan a la vista zonas con óxido, como para la mecánica, menos visible aunque igual de dañina. Por ello, en estas fechas, aunque esté lloviendo, es recomendable lavar el coche con cierta frecuencia, mejor con una pistola de agua a presión que en un túnel de lavado, pues así podremos dirigir el chorro de agua hacia los bajos del coche y eliminar así esos restos de sal.

9. Cerraduras y juntas del vehículo: También en invierno son habituales las roturas de cerraduras y bombines de llave de las puertas. La humedad se cuela por todos los rincones, y si las temperaturas bajan de cero grados, esta humedad se convierte en escarcha o hielo si se acumula. Esto hace que las cerraduras y bombines se queden congelados y se puedan romper al forzarlos. Las juntas garantizan la estanqueidad del vehículo, es decir impiden que entre agua en el coche. El frío puede estropear el estado de las gomas, así que hay que revisar de manera visual su estado, para comprobar que no presente problemas y que cumpla con su función.

10. Calefacción: Uno de esos componentes del coche que resulta imprescindibles a estas alturas del año. Su fallo puede deberse a una obstrucción de los conductos por el mal estado del líquido anticongelante que puede contener residuos sólidos que floten en él. En este caso es necesario hacer un vaciado, limpieza y carga del circuito en un taller profesional.

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