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Airstream Trailer Company, caravanas de película

Airstream Trailer Company, caravanas de película

La primera creación producida de la compañía en fábrica fue el Torpedo Car Cruiser, que estaba hecho de madera contrachapada

Santiago de Garnica Cortezo

Sábado, 27 de marzo 2021, 00:27

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Tiempo de vacaciones. Caravanas y autocaravanas se han convertido en objetos codiciados para huir, dentro de lo posible, del confinamiento y de vivir unas vacaciones de una forma autónoma, flexible, independiente. Y en este mundo hay un objeto icónico, visto muchas veces en las pantallas de los cines reflejando sobre su superficie plateada los rayos del sol y trasmitiendo una imagen del 'American way of life' y también un significado de libertad.

Cosas de la vida, esta historia arranca con un joven licenciado en historia llamado Wally Byam. Nacido en 1896, durante su infancia se acostumbró a los viajes gracias a su abuelo, que dirigía una caravana de mulas en Oregón. De adolescente trabajó manejando un rebaño de ovejas, viviendo en una cabaña de pastor provista de ruedas. Y equipada con comida, agua, una estufa de queroseno, un balde para lavar y un saco de dormir. Tras finalizar la escuela secundaria, se matricula en la universidad, graduándose a los 21 años. Prueba suerte en Hollywood, pero termina trabajando en Los Ángeles Times. Con su primera esposa monta un negocio de publicidad por correo y publica una clásica revista americana de 'hágaselo usted mismo'. Muchos lectores se quejan de los errores de un artículo sobre cómo construirse su propio remolque. Byam aporta una serie de mejoras significativas e incluso terminó por construir nuevos prototipos. De esta forma caería poco a poco en la cuenta del potencial que había tras este negocio, arrastrado (literalmente hablando) por la popularización del automóvil en los Estados Unidos.

Publica un artículo en la conocida revista 'Mecánica Popular', de cómo hacer un remolque de viaje por menos de cien dólares, que tiene un enorme éxito. En 1929, construye un, parecido a una tienda de campaña montado en un viejo chasis de Ford T, una estructura permanente en forma de lágrima. Añadió comodidades como una pequeña hielera y una estufa de queroseno, y fue un éxito.

Diseña planos que vende por cinco dólares, realiza kits de piezas para construir remolques e incluso él mismo los fabrica de principio a fin en el jardín trasero de su casa en Los Ángeles para amigos y vecinos a quienes les gustaba lo que veían. La demanda es cada vez más fuerte, el negocio funciona y en 1931 da el paso para lanzar su propia marca de caravanas bajo el nombre de Airstream Trailer Company en Culver City (California). Su primera creación producida en fábrica fue el Torpedo Car Cruiser, que estaba hecho de madera contrachapada.

Influencia aeronáutica

Y aprovechando la quiebra de la empresa de diseño aeronáutico de William Hawley Bowlus, que supervisó la realización del Spirit of St Louis de Charles Lindberg, compró una parte de su material y contrató a algunos de sus trabajadores. Bowlus había creado en 1934 una caravana bautizada como 'Road Chief', con un semi monocasco en aluminio y formas de avión. Byam toma esta caravana como punto de partida para crear en 1936 su modelo Clipper, cuyas raíces aeronáuticas, que saltaban a la vista, se han mantenido en los siguientes productos de la firma.

La aerodinámica y la estructura ligera en aluminio pulido y ribeteado convertían a las Airstream en un objeto de fuerte personalidad fácilmente identificable y al tiempo muy popular hasta el punto que la cadencia de producción de aquel pequeño taller no podía satisfacer la demanda.

Pero la fabricación se detiene al estallar la Segunda Guerra Mundial. El gobierno estadounidense obliga a consagrar el uso del aluminio a la fabricación de cazas y bombarderos para sus fuerzas aéreas. El propio Wally Byam y varios de sus empleados pasan a trabajar en fábricas de aviones respondiendo a la llamada del Tío Sam.

Las técnicas de construcción que aprendió en la industria aeronáutica le resultaron muy útiles cuando reanudó las operaciones de construcción de remolques después de la guerra. Al principio, convenció a Curtis Wright Industries, donde había trabajado como ingeniero de fabricación certificado y supervisor de producción, para que le permitiera usar su fábrica ahora inactiva para construir una línea de remolques de viaje llamada Curtis Wright Clipper. Eran similares al Airstream Clipper, pero se beneficiaron del conocimiento de fabricación que había adquirido con los aviones. En 1947, Wally dejó a Curtis Wright y abrió sus propias instalaciones, donde fabricó la Airstream Liner, y ya a en 1952, en Ohio, en Jackson Centre se establecía el actual centro de producción de la firma.

Airstream Torpedo Trailer de 1935
Airstream Torpedo Trailer de 1935

Viajes y pruebas de tortura

Antes, en 1948, junto a su amigo el periodista Neil Vanderbilt recorre en una caravana Airstream la Europa desbastada por la guerra. Mientras el objetivo de Neil era recoger material para un ciclo de conferencias, el de Wally era poner a prueba la caravana y así descubrir sus puntos débiles para mejorarla. En 1951, Wally Byam decidió viajar con un grupo de amigos de Texas a Nicaragua. Wally invitó desde las páginas de Los Ángeles Times a otros aficionados a unirse.

Wally Byam
Wally Byam

Él esperaba que aparecieran unos 35 remolques, pero fueron 63. Fue un viaje muy duro y aquellas primeras Airstream no eran tan fuertes como hoy día. Las malas carreteras y duras condiciones climatológicas hicieron retirarse a muchos de los participantes y solo 14 completaron el viaje. Wally dijo que nunca lo haría de nuevo, pero solo mantuvo un año su promesa. El viaje de Ciudad del Cabo a El Cairo en 1959 será considerado como la epopeya de las caravanas. Estos viajes eran una excelente plataforma de publicidad, pero por encima de todo eran verdaderos test de tortura que servían para realizar de inmediato mejoras en la fábrica. También Wally quería descubrir mundo y nuevas culturas. Un día dijo: «Hemos suscitado más simpatías en los países que hemos visitado que todos los diplomáticos con sus perfectos trajes».

El presidente Nixon habla con los astronautas del Aplo Xi , en el interior de una Airstream
El presidente Nixon habla con los astronautas del Aplo Xi , en el interior de una Airstream

A Wally Byam le gustaba fomentar en su entorno la idea de crear cosas que no existían. Así, en 1954, convenció a Marcos Bowen para que desarrollara el primer calentador de agua para una caravana. Y en 1957 concibe el primer remolque de viaje 'autónomo': no necesitaba engancharse a ninguna fuente de energía externa.

En el año 1969, el remolque Airstream tuvo su primer rediseño importante en más de 30 años, con una renovación del interior, así como los cambios exteriores y estructurales. El resultado final fue una Airstream con bordes redondeados y la forma más práctica y aerodinámica, y un interior más lujoso y confortable. Se hizo más largo y ancho, para alcanzar la estética y proporciones que conocemos actualmente.

Los astronautas del Apolo 11

La leyenda de estos remolques no ha hecho sino extenderse. Cuando los seres humanos visitaron por primera vez la Luna en 1969, se temía que los astronautas que caminaron en su superficie pueden traer enfermedades. La NASA tomó todas las precauciones, y se decidió que los tres astronautas del Apolo 11 pasaran una cuarentena a su vuelta. Las gentes de Airstream realizaron una unidad de cuarentena móvil que sería transportada en el portaviones USS Hornet para acoger a Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins. Incluso hay una foto famosa del presidente Richard Nixon hablando con ellos desde el exterior.

La ligereza era uno de sus objetivos
La ligereza era uno de sus objetivos

Las caravanas de Airstream tiene muchas vidas. En 1984 un modelo Excella, rebautizado como Astrovan, sirvió para llevar a los astronautas a la rampa de lanzamiento de los transbordadores espaciales. Otros modelos revestidos de cuero y madera son llevados a bordo de los grandes aviones de transporte Mc Donell Douglass C17 Globmaster III de las fuerzas aéreas americanas para alojar a los oficiales en todo el mundo.

En el cine también se han convertido en una imagen habitual e incluso alcanza u especial protagonismo en películas como Bagdad Café, Expediente X, Mars Attacks o Armageddon. Lo dicho, una caravana de película.

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