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Los semiconductores, críticos para la automoción
TRIBUNA

Los semiconductores, críticos para la automoción

Se utilizan actualmente en el sector automoción en la práctica totalidad de los equipamientos y la demanda será aún mayor con la llegada de la electrificación

Por: Begoña Cristeto

Madrid

Jueves, 23 de septiembre 2021, 00:19

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«La falta de abastecimiento de semiconductores que está afectando a la industria mundial, pone de manifiesto lo altamente dependiente que es nuestra economía y nuestro estilo de vida de este componente. Smartphones, tablets, portátiles, electrodomésticos, vehículos o el propio despliegue de la red 5G compiten en el mercado por abastecerse de un producto que está rompiendo las eficientes cadenas de suministro y provocando el cierre temporal de fábricas en todo el mundo.

El mercado había conseguido hasta ahora corregir el desequilibrio entre oferta y demanda de semiconductores que se produce cíclicamente. La diferencia actual es la concurrencia en el tiempo de una serie de acontecimientos, en un mercado que ya estaba al límite de su capacidad.

Begoña Cristeto es socia responsable de Automoción, Industria y Química de KPMG en España
Begoña Cristeto es socia responsable de Automoción, Industria y Química de KPMG en España

El Covid-19 habría sido el factor detonante, al que se han unido desastres naturales que han afectado al sector automoción antes y en mayor medida que a otras industrias. Y la razón hay que buscarla en la falta de consideración de los semiconductores como un elemento crítico para los fabricantes de automoción, que han delegado la relación directa con los fabricantes de semiconductores en terceras partes, por lo que adolecen de visibilidad y comprensión de esta parte de la cadena de suministro.

Cuando en la primavera de 2020 estalló la crisis del Covid-19, el sector automoción paralizó sus pedidos, mientras otros sectores que ya habían vivido con anterioridad la escasez de microchips, los mantuvieron e incluso aumentaron ante el incremento de la demanda provocada por el confinamiento. Con la reactivación de la demanda de vehículos a finales de 2020, el sector automoción se encontró a la cola en el mercado de semiconductores, viendo así amenazado el modelo de abastecimiento «just in time». CLEPA estima que la escasez de chips ha retrasado ya la fabricación de 500.000 vehículos solo en Europa.

Cabe preguntarse cómo ha llegado la industria de automoción europea a depender en un 60%-70% de unos chips que se producen en Taiwán y China, cuando Europa tiene unas capacidades relativamente elevadas en el diseño de chips. La causa hay que buscarla en la pérdida de más de un 50% de su capacidad de fabricación en los últimos 10 años, poniendo de manifiesto la necesidad de revisar las dependencias en la cadena de suministro en el área crítica de la tecnología de semiconductores.

Los semiconductores se utilizan actualmente en el sector automoción en la práctica totalidad de los equipamientos y la demanda será aún mayor con la llegada de la electrificación y el vehículo autónomo y conectado. CLEPA estima que la electrónica y semiconductores suponen actualmente el 35% del coste del vehículo, previéndose que llegue al 50% con el desarrollo del vehículo conectado.

El actual desequilibrio entre oferta y demanda de semiconductores no tiene visos de resolverse en el corto plazo, a pesar de los planes de expansión acelerada por parte de los fabricantes de semiconductores o la creciente presión política en Estados Unidos y Europa para construir plantas de producción a nivel local.

Y es que la ejecución de estas inversiones requiere tiempo, con dos años estimados para la construcción de cada nueva planta, por lo que en el corto plazo no parece haber muchas opciones para solucionar la escasez en el sector de automoción que no sea vía precios.

De cara al futuro y, tal como apunta el informe de KPMG Global «Surviving the silicon storm», hay una serie de lecciones aprendidas a tener en cuenta por los fabricantes de automoción y que, básicamente apuntan a abordar de una forma distinta la relación con los fabricantes de semiconductores, no solo estableciendo una relación más directa y visibilidad sobre la cadena, sino en aspectos de un mayor calado, como son un cambio de filosofía desde el «just-in-time» actual hacia una planificación de suministro a más largo plazo para los componentes críticos.

Y en este sentido se señalan como posibles líneas de trabajo el fomento de una colaboración directa con los fabricantes de automoción y semiconductores, las inversiones directas de aquéllos en la fabricación de chips, la utilización de la tecnología y los datos en la planificación de la cadena de suministro, la reducción de la dependencia de componentes customizados o la creación de equipos específicos para la supervisión de las cadenas de suministro de electrónica y semiconductores.

La crisis por la falta de microprocesadores puede ser coyuntural, pero debe considerarse como el punto de inflexión que permita a los fabricantes de automoción establecer la estrategia a largo plazo con la que competir en el nuevo negocio de la movilidad, donde la electrónica es igual o quizás más importante, que los componentes considerados tradicionales«.

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