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El secreto de las gasolineras 'low cost' para ofrecer combustibles más baratos

El secreto de las gasolineras 'low cost' para ofrecer combustibles más baratos

Con los precios en máximos, la guerra entre Rusia y Ucrania puede elevar todavía más el coste de los combustibles

A. Noguerol

El Barco de Ávila

Viernes, 25 de febrero 2022, 01:39

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Antes del Covid-19 la UE pagaba más de 300.000 millones de euros en importaciones de gas natural, petróleo y otros combustibles. Las consecuencias de la pandemia y la entrada del ejército Ruso en Ucrania puede convertirse en un factor más que encarezca hasta niveles máximos el precio del gas y de los combustibles procedentes del este de Europa.

En los últimos doce meses, la gasolina se ha encarecido un 24% y el gasóleo un 27%. Esto supone que para llenar ahora el depósito de un automóvil tenemos que pagar entre 15 y 20 euros más que hace solo un año.

El conflicto en Ucrania podría generar además un problema de suministro de gas natural en Europa, con un almacenamiento en mínimos históricos.

La guerra tendrá previsiblemente sus consecuencias en los precios de las gasolinas y gasóleos, ya en máximos históricos. Actualmente, la gasolina se vende en muchas estaciones de servicio por encima de los 1,7 euros el litro y el gasóleo supera los 1,5 euros. Es decir, llenar el depósito de un automóvil con motor de gasolina puede costar más de 80 euros.

Estas circunstancias han provocado que numerosos consumidores busquen en las gasolineras 'low cost' una alternativa de ahorro en los repostajes.

Por poner un ejemplo, la compañía jienense Petroprix, la mayor operadora independiente de carburante sin franquicia, asegura que ha generado un ahorro más de ocho millones de euros a los conductores españoles en 2021, gracias a los bajos precios que ofrecen en comparación con otras marcas.

El ahorro se ha multiplicado por ocho en los últimos doce meses con respecto al 2020. Entre las causas de este aumento destaca el crecimiento exponencial de los precios del carburante, que ha provocado que muchos conductores busquen nuevas fórmulas de repostaje para no perder poder adquisitivo. En este sentido, Manuel Santiago, CEO de la compañía, afirma que «gracias a la independencia de nuestro grupo conseguimos los mejores precios sin renunciar a la calidad del carburante. El pilar de nuestra estrategia es generar ahorro a los conductores españoles».

Las previsiones que manejan desde Petroprix son superar los diez millones de euros en ahorro a sus clientes, gracias a las 30 aperturas que tienen proyectadas en Galicia, País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla León, Andalucía, Madrid, Cantabria y Asturias.

Gasolineras automáticas

Actualmente hay casi 1.300 gasolineras automáticas, un 45% más que antes de la pandemia, y alcanzan el 13% de cuota de mercado. Solo las tres grandes compañías de este sector, Petroprix, Ballenoil y Plenoil, vendieron en total el año pasado más de mil millones de litros de gasolina y de gasóleo, con una rebaja de entre 10 y 15 céntimos de euro respecto a los precios medios del resto de operadores. La facturación conjunta de estas empresas superó los mil millones de euros.

Las claves de por qué este tipo de gasolineras pueden ofrecer precios más bajos nos las explica José Rodríguez de Arellano, CEO de Plenoil, quien apunta a que no existen diferencias de producto, sino que la clave está en unos márgenes muy reducidos y una mayor agilidad, lo que permite a este tipo de gasolineras ofrecer el precio del litro un 10% más barato de media. «La clave es que tenemos muy pocos costes, con muy poco escalafón jerárquico -tan solo cuatro niveles, detalla, incluyéndole a él- y una pirámide de decisión reducida. Tenemos menos gastos y nos permite ser más ágiles», explica.

¿Es la misma gasolina?

Repostar en una gasolinera de marca consolidada en lugar de en una de bajo coste o «low-cost» puede suponer un desembolso extra de hasta veinte céntimos por litro. Una diferencia importante cuyo origen no está en la materia prima, sino en los aditivos que las grandes petroleras deciden añadir para aumentar el rendimiento.

La composición de estas gasolinas ha sido alterada mediante la introducción de aditivos especiales. Estas sustancias añadidas a la gasolina tienen diferentes funciones, como lubricar, actuar como anticongelante o estabilizante. Antes de que la petrolera añada estos compuestos, las gasolinas son exactamente iguales. Esto se debe, a que todos los combustibles que se venden en estaciones de servicio españolas están obligadas a cumplir con unos mínimos de calidad, y proceden en su inmensa mayoría de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH).

Cada petrolera tiene su formula, lo que les permite diferenciarse del resto. Los compuestos añadidos que llevan las gasolionas más caras, así como su proporción, las marcas los mantienen en el más riguroso secreto.

Otras diferencias tienen que ver con los menores costes de las gasolineras «low-cost», que tienen un menor número de empleados y no necesitan publicitarse. «El secreto es el menor margen de beneficio que pretendemos tener» explicaba recientemente Francisco Fernández, delegado de la zona centro de la marca Ballenoil. «También la infraestructura, al tener una persona solo eso nos ayuda», apuntaba. De igual modo, gran parte de las gasolineras «low-cost» están asociadas a supermercados, con lo que su bajo precio supone un gancho para que el cliente acuda tras hacer la compra en sus instalaciones, lo que sí ofrece un mayor margen de beneficio.

¿Puede provocar averías en el coche?

En el caso del gasóleo o diésel, lo que diferencia uno de otro es el número de cetano. Este índice está relacionado con el intervalo de encendido, es decir, el tiempo que transcurre entre la inyección del combustible y el comienzo de la combustión. Este número ha de ser superior a 46. Sin embargo, en España todos los gasóleos A superan el 51 y por lo tanto cualquier diésel es apto para todos los coches.

Ese número de cetato puede ser aún más alto. Cuanto más alto, más se retrasa la ignición del combustible provocando una mejora en la calidad de la combustión. De este modo, se reducen las emisiones contaminantes e incluso los ruidos y vibraciones del motor.

Por lo tanto el combustible conocido como «low-cost» mantiene una serie de propiedades mínimas (obligadas a nivel nacional y europeo) que aseguran su calidad.

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