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El elevado precio de la luz podría frenar a los compradores de coche eléctrico

El elevado precio de la luz podría frenar a los compradores de coche eléctrico

La tarifa ha subido de 12,8 céntimos por kWh en agosto de 2020 a 34,63 en la hora «pico» de septiembre de 2021

Patxi Fernández

Madrid

Jueves, 16 de septiembre 2021, 15:49

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Pese al plan de choque anunciado el martes por el Gobierno con el objetivo de abaratar la factura de la luz en un 30 por ciento hasta final de año, lo cierto es que ayer mismo el coste del recibo de electricidad ha vuelto a pulverizar todos los récords llegando a 172,78 euros por megavatio hora.

Esta escalada de los precios podría tener una importante repercusión en la decisión de compra de coches eléctricos, ya que, según los cálculos facilitados por la Asociación de Consumidores FACUA, en tan solo un año, y teniendo en cuenta las tarifas de recarga más baratas, se ha producido un aumento del 28,6 por ciento en el precio medio para recargar un coche eléctrico. Si se tiene en cuenta la tarifa aplicable en el tramo horario más caro (desde el pasado mes de junio existen tres tramos horarios), el incremento para un utilitario tipo Dacia Spring podría llegar hasta el 35,4 por ciento.

Esta subida es especialmente representativa ya que, según Rubén Sánchez, secretario general de FACUA, «porque en el pasado mes de agosto ya se produjo la bajada del IVA en la factura de la luz, del 21 al 10 por ciento, y durante la primera semana del mes de septiembre de nuevo se ha registrado un aumento del precio muy significativo, por lo que se ha pasado de un precio de 12,8 céntimos de euro por kWh en agosto de 2020 hasta 34,63 céntimos de euro por kWh en la primera semana de septiembre». Este IVA reducido se aplica a consumidores con potencias de luz contratadas iguales o inferiores a los 10 kW.

El conjunto de las matriculaciones de vehículos eléctricos puros de todo tipo (turismos, dos ruedas, comerciales e industriales) siguieron la tendencia a la baja de julio y cayeron un 32,9% frente al mismo mes del año pasado, con 2.323 unidades vendidas, según datos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) y la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (GANVAM). En contraste, acumulan un total de 21.941 unidades matriculadas en lo que va de año, lo que supone un 6,7% más frente al mismo periodo de 2020.

Según AEDIVE, esta recesión en las ventas de eléctricos puede tener su origen en el retraso de las comunidades autónomas a la hora de activar los fondos de la tercera edición del Plan Moves, lo que habría ralentizado el mercado de la movilidad 100% eléctrica en agosto.

El coste real de cargar un eléctrico

En cualquier caso, no todas las baterías de los coches eléctricos son iguales ni tienen la misma capacidad. Además, las variaciones del precio de la luz hacen que sea más complicado ofrecer una cifra de tarifa estable. El importe también depende del tipo de recarga que el usuario desee hacer, ya que puede ser normal (5-8 horas), semi-rápida (1,5-3 horas) o rápida (5 a 30 minutos). A medida que el tiempo de recarga disminuye será necesaria mayor potencia e intensidad de carga, lo que encarece la cifra al llegar a necesitar más de los 10 kW habituales.

Frente a estas cifras, desde la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE), su director General, Arturo Pérez de Lucia, explica a ABC que aunque la subida del recibo de la luz está generando mucha incertidumbre «se prevén desde el Gobierno incrementos en torno al 25 por ciento respecto al año pasado en las tarifas de los hogares», lo que significa que «si 15 kWh (100 km) costaba antes 1 euros, este año costaría 1,25; mientras que con gasolina, y con los precios de referencia en estos días, supondría unos 10 euros, y alrededor de 8 euros con diésel». Según Pérez de Lucía, «respecto a la recarga pública, no se están repercutiendo los incrementos en el precio del kWh».

El director General de AEDIVE cree que la subida de la electricidad no tiene por qué influir en la decisión de compra de coche eléctrico, aunque «podría pasar si no se explican bien los datos o si sencillamente, no se explica, pero sería resultado de una percepción errónea de la realidad. Las Administraciones pueden tratar de resolver el problema, explicando esta realidad». En este sentido aclara que «el vehículo eléctrico mide su recarga en kWh, por lo que para saber realmente cuánto cuesta recargarlo solo hay que conocer el precio del kWh en el hogar en función de las horas de recarga y multiplicarlo por el tiempo que se ha tenido recargando. En la recarga pública de pago, el usuario recibe información puntual del coste de la recarga por parte del operador».

Los españoles son los europeos más dispuestos a comprar un coche eléctrico

Pese a que únicamente un 3,8% de los encuestados españoles declaran poseer un coche eléctrico, 4 de cada 10 se muestran sensiblemente más dispuestos a adquirir un vehículo de este tipo, frente al resto de europeos encuestados. En el lado opuesto, los franceses: el 49% afirman que es improbable que adquieran un coche de este tipo, mientras que únicamente un 25% se muestran dispuestos a hacerlo, según la encuesta realizada por la plataforma global de investigación de mercados Appinio .

Entre aquellos que declaran que no adquirirán un coche eléctrico las razones son variadas; sin embargo, las más citadas coinciden en los 4 países. En primer lugar, el 45% de los europeos coincide en que no hay suficientes puntos de carga para estos vehículos, seguido por un 44% que opina que su principal razón para no valorar el comprar un vehículo eléctrico es que le preocupa la autonomía de la batería. Además, la cuestión económica constituye la tercera razón más citada que justifica el por qué gran parte de los europeos no valoran comprar un coche eléctrico.

Aunque todavía son una minoría los que poseen vehículos 100% eléctricos, las principales motivaciones que llevaron a los europeos a adquirirlos varían entre países.

En Alemania y Francia, por ejemplo, alrededor de un 20% de los propietarios de coches eléctricos asegura que su compra estuvo motivada por razones de sostenibilidad y de beneficios fiscales. Sin embargo, el 23% de los ingleses afirman que, además de por razones de sostenibilidad, adquirieron un vehículo eléctrico por «estar de moda».

Los españoles destacan en este aspecto, pues son la mitad de los propietarios de vehículos eléctricos los que basaron su decisión de compra puramente en razones de sostenibilidad, por lo que parecen ser los europeos más concienciados con este aspecto. En segundo lugar, el 18% de los encuestados españoles afirma que fue el diseño del vehículo lo que motivó su decisión.

Pese a que el 77% de los encuestados europeos que poseen vehículos eléctricos afirman estar satisfechos con su compra, algunos aún muestran cierta insatisfacción. En España, el 63% afirma que su carga es incómoda, al igual que en Francia, donde el 70% alega el mismo motivo. En Reino Unido, el 40% dice que la reparación es complicada y en Alemania, el 35% de los propietarios insatisfechos se muestran descontentos con el rendimiento y kilometraje.

Además de esto, y aunque más del 62% de los europeos considera que la movilidad eléctrica ya está suficientemente preparada para su uso generalizado en términos de software y seguridad; el 67% opina que la infraestructura de carga en sus respectivos países no es suficiente para que esta nueva opción de movilidad sea la más extendida. Por otro lado, el 66% de los encuestados opina que es una modalidad todavía demasiado cara para lo que ofrece.

Cabe destacar que esta falta de infraestructura percibida por la población parece la razón que motiva a que un 87,6% de los españoles esté a favor de que el Gobierno otorgue más ayudas y normativas que incentiven el uso más generalizado de la movilidad eléctrica: inversión en infraestructura, beneficios fiscales, etc.

Instalar un cargador

Al precio que hay que pagar por el consumo de electricidad hay que añadir el coste de la instalación de un punto de recarga, ya que esta es la forma más económica de recargar un coche eléctrico. Según los datos del Ministerio de Transición Ecológica (MITECO), recorrer 100 kilómetros con un coche eléctrico tras cargarlo en el domicilio con una tarifa en horario «valle» cuesta unos 2,27 euros, mientras que esa misma distancia cargando el coche en un punto público de recarga rápida aumentaría hasta una media de 6,16 euros. Esto es más caro que hacer 100 kilómetros con un coche diésel, que costaría una media de 5,57 euros, y estaría en cifras muy cercanas a las de los coches de gasolina, con 7,6 euros de media para recorrer los mismos 100 kilómetros.

Para que los usuarios puedan realizar sus propios cálculos, el de Transición Ecológica ha puesto en marcha la web «euros por cien kilómetros» en la que cada usuario puede realizar la comparativa según el modelo de coche, y saber el precio medio con cada uno de los combustibles.

Según explican desde el RACE, en un garaje individual de una vivienda unifamiliar se puede conectar el coche a la toma doméstica de 16A sin coste adicional, pagando únicamente el consumo de electricidad. La toma doméstica convencional utiliza un conector tipo Schuko con toma de tierra. El inconveniente es que la recarga se hace a baja potencia (2,3 kW) y es menos segura.

Asimismo, instalar un punto de recarga tipo «wallbox» o base mural supone un coste añadido de entre 100 y 350 euros a lo que también hay que añadir el precio de la instalación de un circuito exclusivo (máximo 9,2 kW). Por lo tanto, el coste de la instalación puede variar entre los 400 y 700 euros, por lo que el valor total de la instalación de un punto de recarga no suele superar los 1.000 euros de media.

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