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José López-Tafall, director general de Anfac
La recaudación fiscal del automóvil cayó un 16,8% en 2020 por la pandemia

La recaudación fiscal del automóvil cayó un 16,8% en 2020 por la pandemia

El sector acusó «un impacto nunca antes contemplado» por la el coronavirus, agravado en lo que va de año por la crisis de semiconductores

Unai Mezcua

Miércoles, 14 de julio 2021, 12:25

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La pandemia de coronavirus supuso un fortísimo golpe para la industria automovilística en 2020. El año pasado las empresas del sector facturaron 59.987 millones de euros, un 12,8% menos. Esta bajada vino asociada a una caída del 78,8% del resultado neto, con un total de 189,8 millones de euros. La aportación del sector a las arcas públicas, incluyendo los combustibles, alcanzó los 25.645 millones de euros, un 16,8% menos.

El golpe, sin embargo no se trasladó al empleo indefinido. Los puestos de trabajo directos generados por las fábricas de vehículos se mantuvieron estables, en 69.580 personas, según el informe anual de la Asociación Española de Fabricantes de Vehículos, Anfac, publicado este martes. Cabe recordar que el año pasado se produjeron 2.268.185 vehículos en las plantas españolas, un 19,6% menos, de los que 1.951.44 se exportaron (-15,5%) y se matricularon 851.210, un 32,5% menos.

El sector tuvo que afrontar el año pasado un impacto «nunca antes contemplado», según el director general de Anfac, José López-Tafall, que recordó en un encuentro telemático con periodistas que «pocos sectores se han visto tan afectados», dado que fábricas y concesionarios tuvieron que bajar la persiana durante tres meses a partir del 13 de marzo.

«A pesar de ello se mantuvo el empleo en el peor año de nuestra historia», afirmó López-Tafall, que aseguró que la automoción «es un sector resiliente que aprovecha la flexibilidad laboral». También en lo que va de ejercicio, dado que a los efectos de la pandemia se ha sumado la crisis de suministro de semiconductores, «que ha generado algunos ajustes temporales en el empleo». Dicha crisis, según sus estimaciones, podría empezar a aliviarse a partir de septiembre pero no se resolverá hasta 2022.

El año pasado España recuperó su puesto como octavo fabricante mundial de vehículos, por delante de Brasil, y registró un incremento de la cuota de vehículos eléctricos e híbridos enchufables y una fuerte caída de las emisiones medias por vehículo (de 120,3 gramos de CO2 por km en 2019 a 112,3). El contrapunto negativo fue el incremento de la media de edad del parque, que siguió subiendo por encima de los 13 años. Por cada vehículo nuevo, además, se vendieron 1,3 de más de diez años, . «La renovación del parque es imprescindible para avanzar en la descarbonización. Hay que ir a una fiscalidad que penalice el uso y a los vehículos más emisores», pidió López-Tafall.

A este respecto, valoró la futura entrada en vigor de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las ciudades de más de 50.000 habitantes como una «buena herramienta» para descarbonizar las ciudades y facilitar la renovación del parque. A este respecto, pidió que la definición de ZBE sea bajo criterios homogéneos en todo el territorio, siendo las etiquetas de la DGT «una buena guía para orientar las actuaciones».

López-Tafall destacó también la inversión en I+D+i del sector. «Aunque cae un 30% se sitúa en 2.000 millones de euros, que es la media de inversión de los últimos años». Asimismo, resaltó que el peso del sector en el PIB se situó en el 11% del PIB, impulsado por su actividad exportadora, que supuso 17.166 millones para la balanza comercial. «Seguimos configurándonos como uno de los ejes económicos de España. Si en algún momento la automoción faltara, España tendría un problema económico gravísimo»

El directivo resaltó asimismo el incremento en las ventas de vehículos eléctricos e híbridos, aunque aseguró que su nivel de penetración «no es acorde ni con nuestro peso ni con nuestros objetivos». La cuota de estos vehículos alcanzó el año pasado el 4,2% (en lo que va de 2021 está ya en el 6,4%) «pero nos gustaría que la penetración fuera todavía más rápida. A este respecto, la asociación presentó la semana pasada un plan de choque con medidas urgentes, como la mejora del plan de ayudas Moves III («un buen plan», según López-Tafall, que criticó no obstante que las autonomías aún no lo hayan adaptado normativamente, lo que es «imprescindible para dar confianza al mercado»), bonificaciones fiscales a la compra de un eléctrico y objetivos vinculantes de puntos de recarga.

Para este año Anfac espera unas matriculaciones de 925.000 unidades, impulsadas hasta final de año por la rebaja temporal del impuesto de matriculación. «Esperamos que tenga un efecto muy positivo, sobre todo entre los particulares», dijo López-Tafall.

El directivo aseguró que el Perte de vehículo eléctrico que aprueba este martes el Consejo de Ministros «es la palanca necesaria para ganar competitividad y atraer financiación en los nuevos aspectos que necesita el sector», aunque pidió también mejoras «en las políticas industriales convencionales», por ejemplo, para rebajar los costes de la factura eléctrica.

Defendió asimismo el potencial del hidrógeno, aunque no como sustituto de la electrificación. «Es una apuesta de futuro (…) pero ahora mismo la opción tecnológica comercialmente más atractiva y deseable para el sector es el vehículo electrificado. El hidrógeno está sobre la mesa, pero es una derivada más de nuestra propuesta de descarbonización».

López-Tafall recordó que la asociación ya planteó, el año pasado, un plan estratégico a 2040 para impulsar la transformación del sector con impacto positivo en el empleo y en la economía española. En dicho documento se apuesta por achatarrar 19 millones de vehículos y reducir el parque en cinco millones, «que serán usados de manera más frecuente» dados los nuevos servicios de movilidad.

Dicho plan permitiría incrementar la aportación al PIB un 12%, entre 93.300 y 178.000 millones, aumentar la recaudación fiscal un 12% e incrementar el empleo del sector un 7%, generando 1,48 millones de puestos de trabajo directos e indirectos.

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