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Tromba de agua en las últimas horas sobre Madrid F. P.
Qué debo hacer si una lluvia torrencial me coge por sorpresa en la carretera

Qué debo hacer si una lluvia torrencial me coge por sorpresa en la carretera

Las borrascas frías aisladas, los reventones térmicos, las DANAs y las turbonadas son un peligro para la conducción Cómo actuar si un vehículo ha estado en una inundación

A. Noguerol

Jueves, 1 de junio 2023, 18:08

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Los fenómenos meteorológicos extremos asociados al cambio climático son cada vez más frecuentes. Las borrascas frías aisladas, los reventones térmicos, las DANAs y las turbonadas, por poner algunos ejemplos, se cuelan cada día en las previsiones meteorológicas y nos resultan cada vez más familiares. Cada uno de estos fenómenos puede alterar las condiciones de una conducción segura en un abrir y cerrar de ojos.

Si en un trayecto por carretera te encuentras con una de estas tormentas, lo primero que debes hacer, como siempre, es ser precavido. El momento más peligroso es el inicio, cuando las primeras gotas caen sobre el asfalto y se mezclan con el polvo acumulado en la carretera, disminuyendo la adherencia de los neumáticos. Conduce de forma moderada, reduciendo la velocidad y aumentando la distancia de seguridad. De esta forma evitarás movimientos bruscos que pueden llevarte a salirte de la calzada.

Uno de los fenómenos más habituales es el conocido 'aquaplanning'. Sucede cuando el coeficiente de rozamiento se ve fuertemente alterado por la presencia de agua en la calzada. Se puede distinguir entre suelo húmedo, cuando la capa de agua es de unas micras de espesor, y suelo mojado, si el espesor de la capa posee décimas de milímetro.

Sobre suelo mojado, el agua que se interpone entre el neumático y el firme anula en gran parte el agarre. La presión que el neumático ejerce sobre la una calzada provoca el desalojo del agua hacia los huecos de la banda de rodadura, de modo que en suelo húmedo y con neumáticos en buen estado, la adherencia no merma de forma importante, suponiendo que las primeras gotas de agua no arrastren barro y suciedad a la calzada.

La cosa cambia con los charcos, cuando puede darse el caso de que el neumático no logre desalojar el agua existente , y que ésta comience a acumularse frente a la cubierta. Esta situación produce una presión hidrodinámica que actúa sobre el neumático, derivando a que éste se ruede por encima de la película de agua, con un rozamiento mínimo y con una fuerza sobre el suelo casi nula.

Para el piloto Jordi Gené, director técnico de la escuela de conducción Volkswagen Driving Experience, cuando estamos ante inclemencias meteorológicas lo más importante es la anticipación visual, adecuar la velocidad a las condiciones de la calzada. Cada nivel de adherencia del asfalto, requiere una velocidad distinta. «Siempre se tiene que adecuar la velocidad del coche con la del lugar y situación meteorológica».

De hecho, «hay que ser suaves con el freno, con el acelerador y circular en marchas cortas, sobre todo, si se va en bajada para que el motor sea capaz de retener y no se tire demasiado del freno. Por el contrario, al arrancar en una cuesta, tienes que llevar una marcha más larga para ayudar a que el coche traccione más fácil y evitar los patinazos», añade el piloto.

Con visibilidad reducida, disminuye la velocidad, aumenta la distancia de seguridad y evita movimientos y frenazos bruscos. Además, es clave llevar la luna delantera limpia, eliminando polvo y restos de insectos. Revisa el estado de las escobillas para asegurarte de que cumplen bien su función y te permiten ver adecuadamente. Si se empañan los cristales, lo más recomendable es encender el aire acondicionado. Además, no olvides que debes ayudar al resto de conductores a que te vean. Enciende las luces de cruce y, en casos de lluvia extremadamente copiosa, es recomendable utilizar las luces antiniebla -pero sólo en las situaciones que sea necesario-.

Si te encuentras con una tormenta con descarga eléctrica, debes saber que dentro del vehículo estarás a salvo, ya que éstos son jaulas de Faraday y, por lo tanto, no permiten que la electricidad pase a su interior, ya que la conducen por su superficie hasta la tierra. Eso sí, apaga la radio y evita tocar las partes metálicas del vehículo.

Si la lluvia o el granizo son copiosos y no te dejan ver, o si el granizo se acumula en la carretera y forma una capa de hielo, lo mejor es parar el vehículo en una zona segura y esperar a que amaine. Detén el vehículo en un lugar seguro, que no obstaculice en ningún momento el tráfico y enciende las luces de emergencia, de cruce y las antiniebla. Como siempre, es muy importante ser visto y alertar a otros conductores de tu presencia.

Aunque no siempre se puede saber cuándo te va a pillar una tormenta, especialmente ahora que han aumentado su violencia y capacidad de sorpresa, es recomendable que te informes de la previsión del tiempo y del estado de las carreteras para evitar en la medida de lo posible situaciones adversas.

Mantenimiento previo

Los expertos de Alquiber advierten que si la lluvia es abundante, como es característico de estas tormentas, puede que rápidamente se formen bolsas de agua. En este caso se recomienda cuidar el estado de tus neumáticos, sin escatimar en su mantenimiento en época de condiciones climáticas más afables.

Más información

El mantenimiento de los neumáticos -asegurarse de que la presión es la correcta de acuerdo con las indicaciones del fabricante, mirar la profundidad del dibujo - es importante siempre, ya que es la única superficie del vehículo en contacto con el asfalto. El adecuado estado de los neumáticos aumentará el agarre al pavimento y disminuirá las probabilidades de encontrarnos ante situaciones de riesgo como el aquaplaning. Si te ves en esas circunstancias, levanta ligeramente el pie del acelerador para disminuir la velocidad, pero sin frenar.

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