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A. Noguerol
Lunes, 26 de septiembre 2022
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Las islas Canarias, la región de Murcia, Valencia y Alicante son las zonas más afectadas por la intensidad de las lluvias caídas en las últimas horas. Pasado el verano las temperaturas han descendido de forma drástica, y las previsiones alertan de que en las próximas fechas se podrían de nuevo producir tormentas, dejando a su paso inundaciones y riadas como las que hemos visto en estos últimos días.
Cortes de luz e inundaciones son algunas de las consecuencias, por lo que también numerosos coches se han visto afectados, bien porque han quedado sumergidos en plazas de aparcamiento anegadas, o directamente porque han sido arrastrados por la fuerza de la corriente.
En un principio, no deberíamos preocuparnos si el nivel ha llegado hasta la mitad de las ruedas , aproximadamente. En este caso el coche podrá arrancar, pero es probable que tengamos que sustituir el catalizador -600 euros de media-. Otra de las posibilidades es que el agua entre por la toma de aire del motor. Si llega agua a los cilindros puede que llegue a doblarse una biela. Esta avería es menos probable en un motor de gasolina que en un diésel porque normalmente falla antes el sistema de encendido, de forma que el motor se cala. La avería puede costar desde 400 euros -sustituir un sistema de encendido- hasta más de 3.000, por lo que tocaría cambiar todo el motor .
Si el agua llegara a entrar en el interior del coche habrá que cambiar tapizados, guarnecidos y mandos de control, así como todos los aislantes y fijaciones que llevan estos elementos, ya que simplemente dejar que se sequen no serviría de nada. El presupuesto puede superar los 3.000 euros.
Si el agua ha superado la mitad de la altura del coche no deberíamos intentar ponerlo en marcha . Los mecánicos podrán intentar salvar el propulsor, para lo que habrá que desmontarlo, secarlo y eliminar el barro. En modelos de más de 10 años, también puede entrar agua en la caja de cambio por los respiraderos que tienen, por lo que habrá que desmontarla y limpiarla. El presupuesto puede superar los 2.000 euros.
Si el agua ha cubierto el coche completamente, la situación puede que sea irreversible , ya que el agua y el barro habrán llegado a cada pequeño rincón del mismo. Habría que proceder a desmontarlo completamente, secarlo y limpiar cada una de las piezas, además de sustituir otras. La reparación podría tener un coste superior a la de un vehículo nuevo.
En un coche bajo el agua abrir las puertas es poco menos que misión imposible, debido a la presión que ejerce el agua contra ellas. Aunque la probabilidad de quedar atrapado en un coche sumergido no es excesivamente alta, conviene tener en cuenta una serie de recomendaciones para que, si se da el caso, podamos salir del mismo con la mayor facilidad posible.
Si no podemos abrir las puertas la mejor opción será la ventanilla. En caso de que no se pueda abrir, bien porque el mecanismo se haya estropeado o porque el coche ya no tenga alimentación eléctrica, lo mejor es romper la ventanilla -nunca la luna delantera, porque su revestimiento impide que se agujeree- con un martillo de punta metálica o con algún otro objeto contundente.
En ese momento lo más probable es que el agua entre con mucha fuerza, así que mantener el cinturón abrochado hasta el final es buena idea. Sólo podremos abrir la puerta con bastante facilidad cuando el coche esté completamente inundado , así que, en este tiempo conviene que tratemos de mantener la calma e ir respirando profundamente para aprovechar el aire mientras lo tengamos, según las recomendaciones de Autocasión. Si el coche está siendo arrastrado por la fuerza del agua, podemos intentar salir por la ventanilla del lado contrario a la corriente.
Una vez fuera, intentaremos nadar a favor de la corriente, pero dirigiendo nuestro rumbo hacia la orilla más cercana.
En los vehículos de transporte público como autobuses o trenes de metro hay unos pequeños martillos ubicados en los laterales junto a las ventanillas. Están específicamente diseñados para romper de manera sencilla un cristal en caso de accidente, y facilitar la evacuación de emergencia.
Un elemento del coche puede desempeñar una función análoga en caso de accidente. Se trata de las bujías, el elemento que permite que arranquen los coches de gasolina -no así los diésel, que funcionan mediante compresión-. Para emplearla como herramienta de emergencia, la parte fundamental es el recubrimiento central aislante, de cerámica. Gracias a su mayor densidad resulta muy fácil romper un cristal con él en caso de emergencia, tanto lanzándolo contra el mismo como arañando el propio cristal. Aunque no es probable que en el interior del coche contemos con una bujía a mano, ante la previsión de lluvias intensas se recomienda ser previsor y llevar algún tipo de objeto similar por si fuese necesario. Una opción es utilizar la parte metálica del reposacabezas.
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