Cinco trucos para sacar el máximo rendimiento de un coche híbrido

En realidad la conducción de un coche híbrido requiere de cierto período de adaptación. Además hay que tener en cuenta las propias circunstancias del tráfico y el tipo de recorridos que hagamos habitualmente, ya que normalmente en trayectos urbanos un híbrido puede ofrecernos muy buenas cifra de consumo, y sin embargo estas se pueden disparar si vamos por autopista igual que si condujésemos un coche térmico convencional.

Para empezar deberemos distinguir entre los diferentes sistemas de electrificación, para así poder elegir la que mejor se adapte a nuestras circunstancias.

Por ejemplo, la microhibridación, hibridación ligera o «mild hybrid» es una garantía de futuro para los motores de combustión. Éste trabaja en paralelo con una batería de 24 o de 48 voltios que alimenta un motor eléctrico, que actúa cuando se viaja a velocidades constantes, durante la frenada o cuando el coche se detiene, además de ofrecer su apoyo. Ahorra entre 0,3 y 0,7 litros a los 100.

Según Según Ignacio García, analista de Sumauto, más allá de la asignación del distintivo ECO junto con sus ventajas en estacionamiento y restricciones de tráfico, esta tecnología no aporta ninguna ventaja mecánica destacable. Hasta la próxima revisión de los criterios de asignación de las etiquetas medioambientales, son una buena alternativa para aquellos conductores urbanitas que pongan las ventajas del distintivo ECO por encima de otros criterios.

En cuanto a la tecnología híbrida convencional, resulta especialmente eficiente en ciudad y en atascos, donde presumen de agilidad al salir desde parado y de confort y silencio de marcha. Las baterías permiten aprovechar la energía cinética o las frenadas, energía que de otra manera se desperdiciaría. Pero el peso extra del sistema hace que su elección sea menos interesante en carretera abierta.

Con un menor consumo respecto cualquier diésel o gasolina, los modelos híbridos serían una opción razonable para cualquier conductor si no fuera por su mayor coste de adquisición que eleva el kilometraje conveniente para su amortización. Muy recomendable para uso VTC, taxi o para residentes en extrarradio. Según Ignacio García, resulta interesante para quién vaya a hacer kilómetros en carretera o en atascos.

En tercer lugar tenemos los vehículos híbridos enchufables combinan un motor de combustión con uno eléctrico, que se carga enchufándolo a la red. Esto permite una autonomía en modo eléctrico de unos 50 km de media, por lo que consiguen la etiqueta CERO emisiones. Ahorra en recorridos diarios circulando en eléctrico, y el motor de combustión permite viajes largos sin tener que depender de la autonomía.

García explica a ABC que este tipo de coches electrificados tienen el mismo inconveniente que los híbridos, pero con una mayor brecha económica. Además, su mayor cualidad, es a su vez su mayor enemigo, dado que el mayor peso necesario por la inclusión de baterías más capaces les obliga a dotarse de mecánicas de mayor potencia que disparan su consumo en los ciclos no eléctricos. el factor «picaresca» juega en su contra dado que según diversos estudios, sus propietarios no suelen cargarlos. Interesan este tipo de coches a quién pueda pagar el mayor precio inicial, realice viajes diarios inferiores a la autonomía eléctrica del vehículo y ocasionalmente un viaje largo, y tenga un cargador en casa.

Saber conducir para minimizar el consumo de combustible es clave. Por eso desde Honda nos ofrecen una serie de trucos par sus modelos híbridos, que si bien se caracterizan por su eficiencia, gracias a una conducción inteligente nos pueden ayudar a ahorrar dinero y energía.

1- Planifica la ruta

Si tienes claro cómo llegar a tu destino antes de partir, podrás diseñar un recorrido más óptimo en términos de eficiencia. No siempre el camino más corto es mejor. Cuando nos sentamos al volante de un híbrido, es importante detectar aquellos tramos en los que se pueda recuperar una mayor cantidad de energía eléctrica, como los descensos o los trazados en curva. Más tarde, la energía almacenada en esos puntos se podrá emplear en ciudad para circular en modo cero emisiones.

2- Conduce con serenidad

Tanto en vehículos de combustión interna como en híbridos, mantener una velocidad constante favorece un menor consumo de combustible y evita que el sistema eléctrico tenga que trabajar para ofrecer potencia adicional. Ayúdate del control de crucero, aprovecha la inercia y en situaciones de proximidad o si te acercas a un resalto, trata de no frenar bruscamente o de zigzaguear y aminora progresivamente. Si respetas la distancia de seguridad, te resultará fácil. Y si vas a estar parado un rato, apaga el motor.

3- Ten tu coche siempre en buen estado

Cambiar los neumáticos o vigilar que tengan la presión correcta, no solo repercute en nuestra seguridad, también redunda en un descenso del consumo. No hay que olvidar tampoco los cambios de aceite, líquido refrigerante, bujías y filtros de aire según las especificaciones del fabricante.

4- Elegir aire acondicionado cuando sea necesario

Aire acondicionado o ventanillas abiertas. He ahí el dilema. La respuesta: alterna en función de las circunstancias. Si circulas en ciudad con velocidad limitada o estás en un atasco, mejor ventanillas abiertas. En autopista, recurre al aire acondicionado, pues a mayor velocidad, bajar las ventanillas perjudica a la aerodinámica del coche, el viento penetra en el habitáculo e incrementa la resistencia. Es recomendable situar la temperatura en torno a los 21 grados y activar el botón de «recircular el aire». La ventaja de los híbridos respecto a los eléctricos es que el motor de combustión genera calor, cosa que el climatizador aprovecha para caldear el habitáculo.

5- Selecciona el modo de conducción idóneo en cada caso

Si tu vehículo híbrido cuenta con varios modo de conducción, utiliza siempre el más idóneo para maximizar la eficiencia energética. Normalmente en un coche híbrido podemos cambiar de manera automática entre los diversos modos de propulsión y obtener energía ya sea de la batería, del motor de combustión o del eléctrico. El propio software del vehículo decide qué modo es el más eficiente según la situación y el entorno, sin que el conductor tenga que preocuparse.