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Cómo afecta el calor al coche y a los pasajeros

Cómo afecta el calor al coche y a los pasajeros

Un mal mantenimiento del vehículo y el calor excesivo pueden provocar averías en los vehículos y mareos, deshidratación y fatiga en quienes van en su interior

J. Bacorelle

Martes, 26 de julio 2022, 16:57

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Las olas de calor se suceden a lo largo del mes de julio. Con los termómetros rondando o por encima de los 40 grados en gran parte de España em pleno período vacacional, conviene no dejar de prestar atención tanto al vehículo como a los pasajeros, ya que viajar bajo estas condiciones puede provocar más de un problema.

Un mal mantenimiento del vehículo y el calor excesivo pueden provocar averías en los vehículos y mareos, deshidratación y fatiga en quienes van en su interior.

Desde la Asociación Nacional de Autoescuelas ANAES, nos ofrecen una serie de recomendaciones básicas a tener en cuenta a la hora de conducir bajo un calor sofocante.

Así afecta el calor

Las altas temperaturas afectan muy negativamente si estamos conduciendo. Con una temperatura en el habitáculo superior a 35º, el conductor deja de percibir el 20% de las señales y aumenta sus errores en un 30%, lo que a su vez incrementa la posibilidad de sufrir un accidente hasta en un 20%. Además, el calor incrementa la deshidratación, genera irritabilidad y la sensación de fatiga en el conductor puede desencadenar un descenso de la capacidad de atención al volante y un aumento del tiempo de reacción del conductor ante los imprevistos.

Por su parte, el resto de pasajeros también se pueden ver afectados. Los síntomas más comunes incluyen somnolencia, calambres musculares, bajada de la tensión arterial y agotamiento, por lo que no deben ignorarse los síntomas. El agua, como fuente de hidratación es fundamental, ya que las bebidas carbonatadas o el café aumentan la presión arterial y con ello la temperatura corporal.

Efecto en los vehículos

Los vehículos también pueden verse afectados por el exceso de calor, por lo que en esta época también es conveniente que el mantenimiento sea el más óptimo posible.

En la revisión estival de nuestro vehículo es fundamental no pasar por alto, por su alta sensibilidad al calor, los siguientes elementos:

• Radiador. Mantener limpios los radiadores y con un buen nivel de líquido refrigerante es fundamental. Si el circuito de refrigeración del vehículo no está en perfectas condiciones, el vehículo puede perder hasta el 15% de su potencia.

• Nivel de aceite. A partir de los 40ºC en el exterior, el aceite del motor se evapora más rápido, por lo que las revisiones de este elemento se hacen más frecuentes en verano para evitar problemas más graves al motor.

• Neumáticos. Las altas temperaturas dilatan los neumáticos provocando que sean más proclives a sufrir pinchazos o reventones. Mantener la presión, indicada por los fabricantes es fundamental.

• Otro elemento a tener en cuenta es el líquido de frenos, ya que al igual que los discos de freno, reaccionan al calor. Necesitan más metros para realizar una frenada cuando el calor aprieta, por lo que es muy necesario que el nivel se mantenga siempre constante.

• Climatización. Un mal uso del aire acondicionado, haciéndolo trabajar al límite, incrementa el consumo de combustible en un 20% y afecta a la entrega de potencia del motor. Además, puede provocar fallos en el alternador y en la batería. Utilizarlo durante mucho tiempo con el vehículo parado, puede acabar con la duración de esta última. Mantenerlo a una temperatura constante de entre 22-24ºC contribuirá a un buen sistema de ventilación que refresque el ambiente sin comprometer el buen funcionamiento de otros elementos del vehículo.

Recomendaciones

En estas condiciones se recomienda ventilar el vehículo antes de conducir, bajando las ventanillas del coche para airear el interior.

Después, conecta el aire a una temperatura -10º que la temperatura ambiental del habitáculo y una vez haya descendido lo suficiente, vuelve a colocar el termómetro a una temperatura media de entre 22-24ºC.

Evita conducir en las horas de más calor. Mejor programa tus viajes a primera hora de la mañana. Estaciona o realiza paradas en zonas de sombra, o a cubierto. Nunca dejes a niños, personas mayores o animales solos en el interior de un vehículo. Cuando estaciones, protege tu vehículo con parasoles o cristales tintados para que entre la menor cantidad de luz solar al interior del habitáculo cuando el coche esté estacionado en el exterior.

Viaja con ropa cómoda y fresca y un calzado adecuado. Elige prendas cómodas, que favorezcan tus movimientos y no te den calor. No utilices chanclas ni conduzcas descalzo, es peligroso. Elige un calzado que se ajuste adecuadamente al pie pero con el que puedas dominar bien los pedales.

Descansa cada 200 km o cada 2 horas para hidratarte, caminar y airear el vehículo. Eso ayudará a reducir la fatiga o la somnolencia al volante.

En el vehículo, lleva bebidas frescas sin alcohol y bebe con frecuencia sin esperar a tener sed. Lo mejor es beber agua o zumos naturales. Evita las comidas copiosas antes de conducir, pueden producir un efecto de somnolencia. Opta por una alimentación ligera, rica en proteínas y vitaminas y baja en grasas.

Si vas a realizar desplazamientos largos, no te olvides de llevar en tu equipaje la precaución y la paciencia al volante. Mantener la calma en cualquier momento, sobre todo si estamos conduciendo, es fundamental para evitar sustos al volante y reducir la posibilidad de un accidente.

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