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Canarias7 / Las Palmas de Gran Canaria
Viernes, 11 de octubre 2019, 10:34
Ilusionados y con ganas de emprender la aventura, los pasajeros del Norwegian Spirit salían del puerto de Southampton (Inglaterra) el pasado 27 de septiembre para recorrer durante dos semanas los fiordos noruegos, pero lo que iba a ser unas fantásticas e inolvidables vacaciones se convirtieron en un «infierno».
El mal tiempo hizo que el buque no pudiera atracar en algunas de las escalas previstas como Le Havre o Ámsterdam y siguió su curso hasta Noruega atracando en una aldea cerrada a los turistas, por lo que debían conformarse con ver los famosos fiordos de lejos.
La parada en Reykjavik (Islandia) también fue cancelada y el barco continuó hasta Greenock (Escocia) donde tampoco pudo parar, desviándose finalmente a Belfast.
Cansados de tantos cambios, los pasajeros comenzaron las protestas porque además de verse afectados con la ruta, la comida estaba siendo «rancia» y los sistemas de las aguas residuales de las habitaciones estaban fallando.
Hartos por la situación, las quejas en manada pedían el reembolso del crucero, un precio que ya había sido desorbitado - 6.000 euros por billete- y que la compañía se negó a devolver en su totalidad, alegando que se habían visto afectados «por las condiciones climáticas», asegurando al mismo tiempo que su prioridad era «la seguridad de nuestros huespédes».
Los pasajeros en cambio, no hacían más que repetir que querían salir del buque y que el barco se alejaba mucho de ser «un crucero de lujo».
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