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La ministra de Estado para la Presidencia, Mariana Vieira da Silva, atiende a la prensa. EFE
Costa garantiza un proceso «tranquilo y sereno» si Portugal termina en elecciones

Costa garantiza un proceso «tranquilo y sereno» si Portugal termina en elecciones

El Gobierno asegura a Bruselas que la «estabilidad» del país evita que caíga en una «situación crítica como en otros momentos»

miguel pérez

Jueves, 28 de octubre 2021, 21:51

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Explosión controlada. El Gobierno portugués quiso este jueves ofrecer una sensación de normalidad como si no hubiera ocurrido veinticuatro horas antes el seísmo en la Asamblea donde la derecha y la izquierda tumbaron su proyecto presupuestario y le pusieron en la senda de unas elecciones anticipadas. El primer ministro, António Costa, afirmó que lo que deba suceder a partir de ahora -lo más probable, un proceso de disolución del gabinete socialista y de transición a un nuevo Ejecutivo- «se desarrollará serena y tranquilamente». Su mensaje fue idéntico al de la ministra de Estado. Mariana Vieira da Silva recalcó que el Gobierno espera con «serenidad» y alejó el riesgo de un escenario «crítico» de inestabilidad en un mensaje dirigido a las instituciones europeas.

Costa visitó la localidad cacereña de Trujillo para celebrar una cumbre con el presidente español, Pedro Sánchez. Las simetrías de sus gobiernos han sido más que evidentes. Hasta el miércoles, el día del terremoto, cuando sus aliados clásicos en el Parlamento, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista de Portugal, rechazaron el Presupuesto General sumando su negativa a los votos de la oposición de derecha y centroderecha. «Tengo la conciencia tranquila. He hecho todo lo posible», resumió el primer ministro ante el fallido epílogo de una maratoniana negociación y un resultado (108 'síes' frente a 117 'noes') que ponía fin al irregular idilio de la izquierda lusa.

La desaprobación de las cuentas limita sobremanera la gestión gubernamental. Hasta fin de año, éste podrá manejarse con las asignaciones del ejercicio actual, pero luego su capacidad económica decaería en 2022 a lo que se conoce como 'duodécimos' -la disposición mensual de solo una duodécima parte del presupuesto ejecutado este año-, lo que sitúa a los economistas del Ejecutivo en un campo de minas. «Habría incertidumbre sobre qué medidas políticas podrían sacarse adelante», admiten fuentes oficiales.

LA CLAVE:

  • Ministra de Estado. El país encara la crisis política en una situación de firmeza «económica, financiera y social»

Ni el primer ministro ni su equipo se han pronunciado sobre un posible anticipo electoral, pero son conscientes de su precariedad. El suspense se mantendrá hasta el próximo miércoles. El presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, piensa pronunciarse entonces, al término del Consejo de Ministros, sobre si le da una nueva oportunidad a un Ejecutivo frágil o saca las urnas a la calle. La ministra Vieira da Silva anunció que, mientras tanto, el Gobierno seguirá «en funciones, «cumpliendo su mandato» y «respondiendo a los desafíos». Algunos medios incluso ponen fecha a las elecciones: finales de enero.

La coincidencia en los análisis respecto a que el futuro inmediato de la política nacional son los comicios desató este jueves mismo los primeros sondeos preelectorales. Costa, que ya se ha propuesto como candidato socialista en busca de una «mayoría reforzada» (su partido cuenta con 108 de 230 escaños), revalidaría la victoria, pero sin mayoría absoluta. Sí podría repetir la alianza con la izquierda y los comunistas que, a pesar de tumbar los Presupuestos, son reacios al adelanto. Preocupa más el ascenso en las encuestas de la ultraderecha representada por el Chega! de Andre Ventura. Este profesor y comentarista deportivo y de sucesos ocupa el único escaño que su partido logró en las pasadas elecciones, pero ahora pugnaría por un hueco entre las tres primeras fuerzas del Parlamento.

Reparto de fondos

La apelación a la serenidad suena a consigna oficial en este primer compás del Portugal incierto. Y posiblemente lo es. En juego está la tranquilidad internacional en un año de reparto de los fondos de recuperación europeos. Por eso, la ministra de Estado lanzó un mensaje a la UE, a la que aseguró que el país disfruta de «una situación de estabilidad económica, financiera y social que no coloca a Portugal en una situación más crítica, al contrario de lo que sucedió en otros momentos de crisis política».

Vieira da Silva añadió que la nación «puede enfrentar este momento de mayor incertidumbre política en una situación de estabilidad económica, financiera y social que permita una normalidad en nuestras vidas y respuestas». Por lo que pudiera ser, el presidente español, Pedro Sánchez, quiso aportar en Trujillo su apoyo a Costa con el convencimiento de que «Portugal es ejemplo de estabilidad». «Hay pocos presidentes con las capacidades y habilidades que tiene el primer ministro portugués», subrayó.

«Tras seis años de agotamiento socialista se ha llegado al final»

António Costa no quiso explayarse este jueves en Trujillo sobre la crisis de su Gobierno. A los periodistas que le acompañaban les confió que «no tengo costumbre de hablar de política interna cuando estoy en el extranjero» e insistió en que los asuntos nacionales «se discuten en Portugal». El primer ministro recordó que quien «puede y debe» tomar la decisión sobre una convocatoria electoral es el presidente luso, Rebelo de Sousa, con quien mantiene una relación «cordial». Y remachó que él actuará «en función de la decisión» del presidente, en cuyos círculos se señala que esperará al Consejo de Ministros del próximo 3 de noviembre.

Sin esperar a ese día, la oposición se situó ya este jueves en modo electoral en un país donde comienza a notarse la efervescencia previa a unos comicios, con tertulianos sopesando las posibilidades de cada partido, artículos que no dejan lugar a dudas respecto a una inminente disolución del Parlamento y la difusión de sondeos preliminares. En ese contexto, Paulo Rangel, candidato a la dirección del centroderechista PSD, convocó una rueda de prensa para criticar la «mala y errática gobernanza» de Costa y aseveró que, «después de seis años de agotamiento socialista, su liderazgo ha llegado al final de la línea». El eurodiputado señaló como uno de los grandes errores de la legislatura que el primer ministro y el PS «quisieron simular una aparente estabilidad política» mediante sus alianzas con el Bloco y los comunistas, lo que «condicionó mucho el crecimiento del país, la creación de riqueza e incluso puso en crisis el Estado de Bienestar».

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