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Un coche policial en el lugar de los hecho. Afp
Unos cazadores furtivos, los presuntos asesinos de dos policías alemanes

Unos cazadores furtivos, los presuntos asesinos de dos policías alemanes

Los detenidos guardaban un arsenal en sus domicilios y tienen antecedentes

Juan Carlos Barrena

Corresponsal en Berlín

Martes, 1 de febrero 2022, 15:39

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Una cacería furtiva fue el desencadenante del asesinato de dos policías alemanes este lunes en el distrito de Kusel, en el estado federado de Renania Palatinado, según informaciones de la fiscalía encargada del caso. El juez de instrucción ordenó hoy el ingreso en prisión de los dos sospechosos detenidos horas después del crimen. Los dos hombres, de 38 y 32 años de edad, mataron a tiros a los agentes de una patrulla que les sorprendió de madrugada con varias piezas de caza en el maletero cuando procedían a un registro rutinario. El mayor de los dos tenía ya antecedentes por caza furtiva y su compañero por estafa. Los investigadores parten del supuesto de que ambos dispararon con sus armas de caza, un rifle y una escopeta de cartuchos, contra los agentes, informó en rueda de prensa el fiscal superior Stefan Orthen.

Mientras una joven policía de 24 años resultó muerta de un disparo a quemarropa en la cabeza, su compañero de patrulla de 29 años fue alcanzado por cuatro tiros, uno de ellos en la nuca. La menor de los dos agentes no tuvo tiempo de defenderse y falleció en el acto. Su pistola se encontraba enfundada y sin utilizar cuando los policías que acudieron en su auxilio encontraron los cuerpos de los dos agentes. El otro policía tuvo tiempo de realizar varios disparos, pero no alcanzó a los atacantes y falleció por la gravedad de sus heridas poco después de que llegaran las fuerzas de rescate al lugar de los hechos. Los dos agentes fallecieron sobre las 4,20 horas de este lunes en una carretera comarcal a medio camino entre las pequeñas localidades de Ulmet y Maywellerhof, en una zona despoblada y muy poco transitada.

La rápida captura de los dos sospechosos fue posible a un descuido del mayor de ellos, que dejó olvidado en el lugar del crimen su documento de identidad. Probablemente lo había entregado a los agentes cuando estos procedieron al control del vehículo que conducía. A media tarde del lunes la policía hacía pública una fotografía y la orden de busca y captura contra Andreas Johannes Schmitt, el mayor de los dos, y dueño de una carnicería de caza y una panadería en la localidad de Neunkirchen a 50 kilómetros del lugar del crimen. Poco después ambos eran detenidos en la localidad de Sulzbach, en el vecino estado del Sarre, por un comando de fuerzas especiales de la policía sin que ofrecieran resistencia. Uno de ellos llevaba aún puesto el mandil de carnicero, seguramente para descuartizar las piezas que habían abatido antes de ser sorprendidos por la patrulla policial.

Durante el registro de la vivienda del principal sospechoso los agentes encontraron un arsenal compuesto por cinco armas cortas, una escopeta de repetición, diez armas largas, una ballesta, un silenciador y numerosa munición. Carecía de licencia de armas. La que tenía de caza le había sido retirada por furtivismo y no había conseguido recuperarla. Su cómplice guardaba otras dos armas largas en su domicilio. Schmitt guarda absoluto mutismo desde que fue detenido. Su cómplice ha admitido ante el juez de instrucción que practicaba la caza furtiva, pero niega haber disparado contra los agentes. La fiscalía parte del supuesto de que ambos quisieron evitar con la muerte de los policías que sus prácticas ilegales de caza salieran a la luz.

Los dos policías coincidieron casualmente con sus asesinos. Poco antes de su muerte habían comunicado a la central que procedían al registro de un vehículo con «personas sospechosas» y que habían descubierto en su maletero varias piezas de caza. Pidieron refuerzos y anunciaron que procedían a la identificación de los ocupantes. Dos minutos después volvieron a llamar por radio. «Nos disparan», fueron sus últimas palabras antes de que se cortara la comunicación. Las patrullas que llegaron diez minutos después no pudieron ya hacer nada. Los atacantes habían huido, la joven agente yacía muerta delante del vehículo policial y su compañero agonizaba detrás del automóvil. Falleció poco después. El policía había conseguido disparar 14 veces, todo su cargador, pero al parecer sin acertar. El crimen ha causado una fuerte conmoción en Alemania. El canciller federal alemán, Olaf Scholz, transmitió sus condolencias a los familiares de las dos víctimas, mientras su ministra de Interior, Nancy Faeser, habló de «ejecución» a la hora de comentar las circunstancias de la muerte de los dos agentes.

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