Bruselas apuesta por la relocalización de las farmacéuticas tras la pandemia

La relocalicación sería uno de los objetivos. Pero dada la complejidad y lo que supone -una intromisión en el sector privado- se buscará hilando fino, moldeando las políticas para favorecer esa inercia. Habrá que detectar riesgos «sobre medicamentos críticos, ingredientes farmacéuticos activos y materias primas» y mover ficha con anticipación.

De lo que se trata es de no volver a caer en situaciones como las que se vivieron con el estallido de la primera ola, cuando medicamentos de uso tan cotidiano como el Paracetamol (o el acetaminofeno), uno de los fámacos más consumidos y prescritos, comenzaron a escasear en las farmacias de toda Europa. «La Covid-19 ha demostrado que las fallas existentes en los sistemas de salud pueden tener graves consecuencias en una crisis», se admite (literal) en uno de los documentos de respaldo de este plan farmacéutico que está llamado a complementar al de la Unión Sanitaria que fue presentado hace una semana.

La industria invirtió el pasado año más de 37.000 millones de euros en Investigación y Desarrollo (I+D) y es responsable de 800.000 puestos de trabajo directos y de casi 110.000 millones de superávit comercial. Al mismo tiempo, la UE es el segundo mercado más grande del planeta para productos farmacéuticos. El gasto ascendió a 190.000 millones de euros en 2018 y eso, precisan desde la Comisión, sin computar la factura de los hospitales. India, China o Estados Unidos son algunos de los países que cubren esa gran demanda.

Así que ante la pregunta de si la estrategia de la UE debería buscar la reubicación de toda la producción de medicamentos, la respuesta es (sobre el papel) un sí cohibido. Porque se subraya de entrada que la UE está obligada a preservar uno de sus objetivos clave: «una economía abierta». 'Autarquía' no es término para el diccionario de valores europeo. Así que (lo dicho) hay que proceder con cuidado; ver de qué se puede depender y poner en marcha medidas para atenuar la situación como «la diversificación de las cadenas de producción y suministro, garantizar el almacenamiento estratégico». Y sí, «fomentar la producción y la inversión en Europa».

La Comisión habla de «diálogo» con farmacéuticas, distribuidores y autoridades públicas «para identificar las vulnerabilidades» que existen en la cadena de suministro global y ayudar a «formular opciones políticas para fortalecer la continuidad y seguridad del suministro en la UE». Un apoyo a toda la red y en todos los ámbitos buscando el impulso al desarrollo de medicamentos de «alta calidad, seguros, eficaces y más ecológicos». Pero también incentivando la investigación en áreas «donde existen carencias» como las enfermedades raras, los cánceres infantiles o las enfermedades neurodegenerativas.

«Los europeos quieren a Europa presente en la política sanitaria y exploramos cada centímetro de nuestras competencias para conseguirlo», destacó el vicepresidente de la Comisión Europea Margaritis Schinas. Acciones «inimaniginables hace cinco o diez años», añadió. Todo ha cambiado con el patógeno.