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Yates, jets privados y mansiones pueden ser incautados a los magnates rusos. R. C./Vídeo: Atlas

Oligarcas e hijos de la élite rusa ya se desmarcan del Kremlin

Hablan de «tragedia para dos pueblos hermanos», piden poner fin a la guerra y las nuevas generaciones critican abiertamente a Putin

salvador arroyo

Martes, 1 de marzo 2022

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Del 'top Forbes' de hombres más acaudalados del mundo a las 'listas negras' de occidente. Son los oligarcas rusos, supervivientes, herederos o millonarios colaterales de quienes se enriquecieron bajo el paraguas del Kremlin en el endiablado y oscuro proceso de privatización que siguió a la muerte de la Unión Soviética en la década de los 90. La elite del país, cercana al círculo de poder, se enfrenta a un hostigamiento sin precedentes, vía sanciones, que pone en jaque sus negocios. Se les impide además pisar suelo ajeno, tienen sus activos bloqueados en el extranjero y están a nada de ver cómo se incautan sus yates, jets privados y mansiones. Una sangría de miles de millones en ciernes, con el rublo por los suelos, que ha llevado a varios magnates a desmarcarse ya del discurso oficial del Kremlin.

No hay ataque directo a Vladimir Putin. Y quizás se impulsan por el instinto de supervivencia. Pero los llamamientos contra la guerra son cristalinos. Y eso ya es mucho para un régimen que castiga hablar de 'guerra' o 'invasión'. Uno de los nombres que más suenan estos días al público español es Mijaíl Fridman. Esta detrás de la Cadena de Supermercados DIA. Ha pedido poner fin «al derramamiento de sangre». «Esta crisis costará vidas y dañará a dos naciones que han sido hermanas durante cientos de años», ha dicho.

Pero no es la única disonancia con el régimen. Alexei Mordashov, considerado el hombre más rico de Rusia, con una fortuna astronómica de 25.700 millones de euros, según Forbes, también ha dado un paso hacia el 'rompan filas'. El dueño del coloso del acero y la minería, Seversta, y del mayor operador turístico del globo TUI, ha calificado la embestida sobre Ucrania como «una tragedia para dos pueblos hermanos». «Debemos hacer todo lo necesario para que en un futuro muy cercano se encuentre una salida a este conflicto y se detenga el derramamiento de sangre para ayudar a las personas afectadas a restablecer su vida normal», expresaba.

«¡La paz es importante!»

Otro nombre. El que fuera yerno del expresidente Boris Yeltsin, Oleg Deripaska, con empresas vinculadas al sector del aluminio (Rusal es su 'diamante') se viene desahogando a través de la red social Telegram: «¡La paz es muy importante! ¡Las negociaciones deben comenzar lo antes posible!», escribía antes del encuentro del lunes entre las delegaciones rusa y ucraniana en la frontera bielorrusa. Ese mismo día pedía «cambiar la política económica, acabar con todo este capitalismo de Estado».

Y Evgeny Lebedev, rusobritánico, magnate de los medios de comunicación e hijo de un exmiembro de la KGB, utilizó la portada de uno de sus periódicos, el 'Evening Standard', para lanzar su mensaje: «Presidente Putin, por favor detenga esta guerra». La misiva se publicaba junto con la foto de sanitarios intentando salvar a la niña de 6 años que falleció tras uno de los ataques en Maripol. «Le suplico que impida que los rusos maten a sus hermanos y hermanas ucranianos», imploraba.

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Y entre los hijos de la élite, un tono más directo si cabe, para rechazar la invasión y expresar su solidaridad con el pueblo ucraniano. Son 'generación de oro' en toda su literalidad. Entre ellos, Elizaveta Peskova, 24 años, hija del portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, uno de los encargados de verbalizar las amenazas de su 'jefe' prácticamente a diario. Elizaveta lanzó a través de Instagram su propio '¡No a la guerra!' con fondo negro, aunque según relata el periódico británico 'The Independent' lo retiró menos de una hora después de publicarlo «sin dar una razón».

La misma frase (con la bandera de Ucrania) dejó en Twitter Maria Yumasheva, hija del asesor del Gobierno, Valentin Yumashev. Y Sofia Abramovich, hija del propietario del Chelsea, Roman Abramovich, con fama de díscola, compartió con sus más de 50.000 seguidores una condena lapidaria a Putin. «La mentira más grande y exitosa de la propaganda del Kremlin es que la mayoría de los rusos están con Putin». Junto a la frase, una imagen del presidente ruso 'lacrada' con una señal de peligro. Ksenia Sobciak, hija Anatoly Sobciak, mentor político (ya fallecido) de Putin también ha lamentado públicamente que los rusos tengan que pagar «durante muchos años» las consecuencias de este sinsentido.

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