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La destitución del primer ministro sueco abre la vía a un nuevo Gobierno

La destitución del primer ministro sueco abre la vía a un nuevo Gobierno

La destitución por el Parlamento del primer ministro sueco, el socialdemócrata Stefan Löfven, abrió este martes el camino al inicio de contactos para formar un nuevo Gobierno en el complicado panorama político resultado de las recientes elecciones generales en ese país nórdico.

Anxo Lamela (Efe) / Copenhague

Jueves, 1 de enero 1970

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La Alianza de centroderecha y el xenófobo Demócratas de Suecia (SD) unieron sus fuerzas para tumbar a Löfven por 204 a 102 votos el día en que se constituyó la nueva Cámara, un resultado esperado después de que ambas formaciones reiteraran durante la campaña su intención de derrocar al Gobierno rojiverde en minoría.

Löfven seguirá no obstante al frente de un Ejecutivo en funciones a la espera de que den fruto los contactos que este jueves iniciará el presidente del Parlamento, el conservador Andreas Norlén, con los líderes de todos los grupos para elegir al candidato con más opciones de formar Gobierno y sacar adelante los presupuestos.

La tarea de Norlén se presenta complicada por la igualdad de fuerzas -144 escaños de la izquierda por 143 del centroderecha y 62 del SD- y porque ninguno de los dos bloques quiere negociar con esta última fuerza, aunque la Alianza necesita sus votos.

Promesa de no pactar

"Si el centroderecha intenta gobernar siendo el bloque más pequeño, dependerá completamente de SD", dijo Löfven tras ser destituido, para recordar a la Alianza su promesa electoral de no ejercer el poder con el apoyo de la ultraderecha.

Löfven consideró además "del todo improbable" que el SD acepte apoyar a la Alianza sin pedir nada a cambio, como ya había advertido minutos antes desde el estrado del Parlamento el propio líder de esa fuerza, Jimmie Åkesson.

"Echaremos a cualquier Gobierno que no nos dé influencia de acuerdo con nuestro tamaño", dijo Åkesson, quien aseguró que su partido, que según él "no es ni de derechas ni de izquierdas", tiene un punto de vista "pragmático" y está dispuesto a negociar con todas las fuerzas y a asumir compromisos.

El líder del Partido Moderado (conservador), Ulf Kristersson, optó por una actitud prudente después de la votación.

"Dimos un paso importante y necesario para el proceso que ahora empieza. Hicimos exactamente lo que dijimos que íbamos a hacer", afirmó Kristersson, quien no quiso pronunciarse sobre los próximos pasos a dar, aunque habló de "acuerdos" entre los dos bloques.

Apoyos

Más explícitos fueron los líderes de las otras fuerzas del bloque de centroderecha, que tienen actitudes distintas frente al SD: mientras liberales y centristas descartan cualquier posible apoyo, los democristianos no se oponen a contar con sus votos.

"Estoy lista para formar Gobierno, incluso si eso supone el apoyo de Demócratas de Suecia", declaró la democristiana Eva Busch Thor.

La líder centrista, Annie Lööf, defendió que la Alianza debe buscar "colaboración y acuerdos" con los socialdemócratas, en la línea del liberal Jan Björklund, que ayer había condicionado un Ejecutivo de centroderecha a que exista antes la seguridad de que podrá sacar adelante los presupuestos con el apoyo de la izquierda.

Löfven ha insistido varias veces en las últimas semanas en ofrecer pactos o incluso formar parte de un Ejecutivo de coalición encabezado por él a liberales y centristas, pero estos han rechazado hasta ahora su propuesta.

Repartos

Las tensiones con el SD ya quedaron de manifiesto el lunes en la elección del presidente y vicepresidentes de la Cámara, normalmente un trámite que se reparte según el peso de las fuerzas políticas.

El conservador Norlén resultó elegido gracias a los votos del SD, pero el candidato a vicepresidente de la ultraderecha, Björn Söder, fue derrotado por una socialista, ya que la Alianza había anunciado que se abstendría en la votación, una decisión que Åkesson calificó de "decepcionante".

Norlén tendrá cuatro intentos para encontrar a un candidato capaz de formar un Ejecutivo aceptado por el Parlamento; si eso no sucede, algo histórico en Suecia, se convocarían elecciones anticipadas en tres meses, algo que el 49 % de los suecos creen que ocurrirá, según un sondeo del tabloide Aftonbladet.

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