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La exvicepresidenta de la Cámara Baja de la Asamblea Nacional de Afganistán, Fawzia Koofi. R. C.
«Los talibanes se han hecho más fuertes y se preparan para llegar a Europa»
Fawzia Koofi, exvicepresidenta de la Cámara Baja del Parlamento de Afganistán

«Los talibanes se han hecho más fuertes y se preparan para llegar a Europa»

En el exilio sigue activa por la democracia y la educación de las niñas en un país bajo la represión de los talibanes

Domingo, 15 de mayo 2022, 23:16

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La primera mujer que ocupó uno de los cargos políticos más altos de Afganistán, la vicepresidencia de la Cámara Baja de la Asamblea Nacional, nació en el seno de una familia polígama y de carácter conservador. Con el regreso de los talibanes al poder, Fawzia Koofi -que será una de las ponentes del summit internacional Santander WomenNOW, que organiza Vocento y que convertirá de nuevo Madrid en capital europea de las mujeres los días 16 y 17 de junio- recuerda desde el exilio que su lucha contra la discriminación de la mujer comenzó cuando era niña y se convirtió en la primera de su familia en ir a la escuela. «Mi padre era miembro del Parlamento afgano y representaba una visión conservadora de la sociedad», mantiene. «Yo nunca fui la hija favorita, porque mi madre quería tener un hijo varón. Así que me he enfrentado a dificultades desde el momento en que nací, lo que ha impulsado mis puntos de vista políticos y mi lucha contra la discriminación».

Nacida en 1975 y estudiante de Medicina, dejó su vocación para volcarse a la política cuando «pude ver cómo los talibanes torturaban y oprimían a las mujeres frente a mis ojos. Aquello forjó mi conciencia y comencé a promover los derechos de la mujer». Ella misma sufrió dos ataques graves. En uno le alcanzaron en el hombro y afectó su mano derecha, con la que escribía.

-Usted ha sufrido dos atentados de gravedad, en Tora Bora en 2010 y en Kabul diez años más tarde. ¿Cómo se vence este tipo de violencia?

-Cuando tienes una fuerte creencia de que hace falta cambiar la sociedad, especialmente en un país como Afganistán donde las mujeres siempre han sido silenciadas, sabes que tu voz puede marcar la diferencia y cambiar la vida de los demás. Los atentados me dieron más razones para luchar. Y asumí los desafíos de seguridad con un coste personal. Los grupos militares extremistas, incluidos los talibanes, no tienen miedo de los bombardeos de Estados Unidos, pero sí del poder de la mujer. Porque la participación femenina en la vida social y política socavará las opiniones conservadoras de los talibanes.

-¿Cómo prosigue su lucha desde el exilio?

-No estoy físicamente en el país, pero la tecnología nos mantiene conectados. Así que de alguna forma sí estoy allí en cada momento, hablando con la gente y haciendo un trabajo humanitario. Mantengo mi oficina y las escuelas en Kabul y las provincias. Es muy duro ver cómo el futuro que habíamos conquistado con nuestra sangre, la de millones de afganos, se ha perdido. A veces tengo que recomponer mis fuerzas porque se hace insoportable conocer cuánto sufren las mujeres y todos los civiles. Los talibanes han comenzado a matar gente y no puedo hacer nada para cambiar esta situación tan dolorosa.

-¿En Europa somos capaces de entender la situación de Afganistán?

-Sería injusto decir que los europeos no entienden o no ayudan a los afganos. Por ejemplo, el Gobierno español realmente ha salvado a muchas personas que estaban en riesgo y evacuó a una gran cantidad de activistas, por lo que estoy agradecida. Pero en general, algunos países no quieren entender la situación detallada de Afganistán, que puede socavar la seguridad mundial, como pasa con Ucrania. Mi esperanza es que las demás naciones enfrenten con más fuerza a los talibanes y que Europa se una para defender los derechos humanos de los afganos, que están en un momento horrible. Pero eso no sucede y las atrocidades se siguen permitiendo.

-¿Cuáles son esos detalles que se nos escapan?

-La situación está cambiando muy rápidamente y, después de Ucrania, el mundo ha virado su atención hacia otro lado, como pasó en 2003 con Irak. Como entonces, ahora los talibanes se han hecho más fuertes y se están preparando para llegar a Europa. En este momento sé que en Afganistán hay muchas milicias extremistas que planean utilizar la fragilidad de las fronteras, creada por el conflicto de Ucrania, para llegar a territorio europeo.

Un futuro democrático

Hay dos escenarios que podrían ser factibles para Afganistán, según Fawzia Koofi. El «negativo», en el que «los talibanes continuarán imponiéndose con sus atrocidades y asesinatos, como lo hacen ahora», y que producirá «otra guerra civil» que sólo hará que el ciclo de la violencia empiece otra vez. La segunda posibilidad que avizora Koofi es «positiva», producto del «trabajo colectivo en un acuerdo político con la sociedad civil», facilitada por la financiación y el apoyo de la comunidad internacional. El resultado sería un «Gobierno legítimo» que incluiría a las mujeres y respetaría los derechos civiles.

-¿Qué siente en estos días que los talibanes ordenaron a todas las mujeres que usen el burka?

-Utilizan la interpretación islámica como un arma de poder. Lo hacen desde el principio. En Afganistán siempre se ha respetado el hiyab islámico, pero ahora los talibanes obligan a usar un burka, que cubre la cara. Si la mujer desobedece, el varón de la familia es castigado. Así que les impiden salir de sus casas, lo que significa básicamente que las borran de la vida pública. El mundo no debería callar ante estos hechos preocupantes.

-¿Qué recuerda de las negociación de paz con los talibanes, en las que usted participó?

-Lo recuerdo todo. Los talibanes no han cumplido sus promesas. Dijeron que la mujer podía ir a la escuela y a la universidad, trabajar, hacer negocios, ocupar cargos públicos... Pero estaban mintiendo. No eran serios ni honestos. Sólo querían que, durante la negociación, el mundo les creyera.

-Usted tiene dos hijas. ¿Qué futuro quiere para ellas?

-Esperaba poder construir ese futuro para que mis hijas y otras niñas no tuvieran que regresar al pasado que yo he vivido, a un mundo donde son invisibles. Realmente quería evitarlo, pero esa es la situación actual, de nuevo. Así que creo que el futuro seguirá siendo la lucha por una sociedad igualitaria basada en la justicia y la educación para todos. Seguirá siendo apoyar a la gente para restaurar la democracia y que los que estamos ahora en diferentes países podamos regresar.

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