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Un bombero trabaja para extinguir el fuego en los puestos del mercado afectados por los bombardeos.

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Un bombero trabaja para extinguir el fuego en los puestos del mercado afectados por los bombardeos. Alexander Ermochenko / REUTERS

Muerte en la tienda de ropa de Voroshilovski

Una lluvia de misiles destruye un mercadillo en un distrito de Donetsk controlado por los rusos y causa al menos tres fallecidos y 14 heridos

t. nieva

Martes, 6 de diciembre 2022, 19:18

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Los bomberos continuaban anoche la búsqueda de víctimas entre los restos del mercado cubierto de Voroshilovski, en el centro de Donetsk, que resultó devastado por una lluvia de misiles disparados desde una batería ucraniana contra las posiciones rusas que ocupan la ciudad. Las autoridades confirmaron tres fallecimientos, pero al cierre de esta edición apuntaban la posibilidad de que el número real de cadáveres ascendiera a ocho. Los equipos de rescate debían remover toneladas de escombros y esperar a que los bomberos sofocaran las llamas de los comercios incendiados. Catorce civiles fueron trasladados, heridos, a los hospitales.

Las imágenes revelan una destrucción y desolación absolutas. El rostro de una guerra que se libra a cañonazos. Una joven murió entre las hileras de ropa de un almacén textil, presumiblemente alcanzada por el impacto de un cascote. Las llamas calcinaron decenas de coches aparcados en las calles del mercado. Manzanas y naranjas semicarbonizadas y humeantes rodaban por la calle junto a una frutería. Una lengua de fuego abrasó el interior en instantes. También resultaron afectados cuatro edificios aledaños, oficinas e incluso la oficina de la Fiscalía.

La última vez que el Ejército de Kiev atacó la ciudad fue el mes pasado y entonces destruyó un edificio administrativo en el centro. En esta ocasión se trató de una especie de polígono repleto de establecimientos, que también resultó bombardeado en octubre. La prensa moscovita reflejaba ayer que los cohetes golpearon sobre «civiles y madres que empujaban sus carritos de bebé».

A la hora en que ocurrió el bombardeo, alrededor del mediodía, cientos de ciudadanos frecuentaban el mercadillo, pero, sobre todo, estudiantes y oficinistas que acuden de forma habitual a sus bares económicos y restaurantes de comida rápida, afirman los mismos medios. Resulta sorprendente la escasa información relativa al ataque difundida por las autoridades rusas. Sus mandos contabilizaron el lanzamiento de entre catorce y veinte misiles en el breve lapso de dos minutos. Cuando llueve fuego en Ucrania, lo hace como un diluvio.

Los expertos atribuyeron la intensidad del ataque al uso de un sistema de lanzacohetes múltiple autopropulsado MLRS. Esta plataforma, suministrada por Occidente, dispara una docena de misiles en 40 segundos. La sucesión de proyectiles Grad barrió las calles y los edificios comerciales, la mayoría de ladrillo, según se aprecia en las imágenes del siniestro. Los militares y los bomberos encontraron varias carcasas dentro de un comercio.

Más metralla

El Kremlin considera que tal grado de destrucción responde a una nueva táctica de las fuerzas ucranianas, aunque ningún analista occidental lo ha acreditado. Según su versión, los artilleros han comenzado a apuntar sus cañones al centro de las calles o de las plazas para que, al explotar, los restos cubran una superficie mayor y causen más víctimas. Varios coches quedaron acribillados de metralla y un edificio residencial también sufrió graves desperfectos en la fachada.

Los ataques sobre mercados son una triste moneda de cambio entre los dos ejércitos. En octubre fueron los rusos quienes lanzaron una cortina de fuego sobre la ciudad de Avdiivka, también perteneciente a la región de Donetsk pero bajo control ucraniano, y causaron siete muertos y nueve heridos en un mercadillo tradicional. Y el 28 de junio reventaron un centro comercial en Kremenchuk. Todavía hay desaparecidos que se han dado por consumidos por el fuego.

Al parecer, antes del ataque de ayer, las autoridades separatistas de la ciudad habían recibido informes de que Kiev quería aumentar la intensidad de los ataques artilleros. El lunes aconsejaron a la población que retomara el teletrabajo para permanecer a resguardo en sus casas..

Por su parte, mientras Voroshilovsk ardía, Kiev denunciaba sendos bombardeos rusos también ayer contra Jersón y la línea de frente comprendida entre Vugledarska a Limanska. La ofensiva destruyó una vez más recursos y líneas de suministro energéticas en el empeño de los invasores de utilizar el frío como arma contra los ucranianos. Incluso Volodímir Zelenski estuvo ayer en Slovodiak para ensalzar a las tropas locales con motivo del Día de las Fuerzas Armadas.

Los bombardeos son la nueva guerra. De hecho, Ucrania acaba de reactivar la fabricación de obuses de 150 y 152 milímetros para surtir a sus baterías de fabricación soviética, que no pueden utilizar la munición de Estados Unidos y la OTAN, del calibre 150 milímetros. Pese al abastecimiento de Occidente, al Ejército kievita le resulta todavía imprescindible su antigua artillería. Calcula que los misiles han causado el 60% de todos los daños y bajas sufridas por Rusia en esta invasión.

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