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Emmanuel Macron y Élisabeth Borne presiden una ceremonia militar para conmemorar la derrota de los nazis en Europa. REUTERS
La criminalidad pasa factura a Macron

La criminalidad pasa factura a Macron

Lastrado por el aumento de la delincuencia, Élisabeth Borne ya supera al presidente en aceptación popular a los tres meses de convertirse en primera ministra

m. pérez

Domingo, 21 de agosto 2022, 20:41

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A los tres meses de su acceso al cargo, la primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, ya aventaja al presidente Emmanuel Macron en las encuestas de aprobación ciudadana. Un sondeo de Ifop publicado este domingo por el 'Journal du Dimanche' señala que un 41% de los encuestados respalda el trabajo de Borne, mientras la aceptación se queda en un 37% en el caso de Macron.

Los resultados reflejan un cambio de tendencia bastante notorio. La primera ministra asciende tres puntos en popularidad mientras su jefe desciende uno respecto al último análisis demoscópico realizado en julio. Aunque los expertos consideran estos movimientos como fruto de un conjunto de factores, destaca especialmente la sensación de inseguridad pública que el Ejecutivo no ha sabido solucionar durante la anterior legislatura y la actual.

Tres de cada cuatro encuestados son contrarios a la política de Macron en este terreno. Más del 20% de la población opina que sus ciudades y barrios son inseguros y eso coincide con un incremento de los delitos de robo, agresión y abuso sexual. Un ejemplo lo vieron los espectadores de todo el mundo el pasado 28 de mayo, cuando grupos organizados de asaltantes atracaron a numerosos hinchas del Real Madrid y el Liverpool en las inmediaciones del parisino estadio de Francia durante la final de la Champions.

El presidente no está dispuesto a que se repitan situaciones así, y menos a dos años de las Olimpiadas. Hace un mes, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció un plan de choque para «intensificar» la lucha contra la delincuencia que contempla dotar con 2.000 plazas más a la guardia urbana de París y crear otro millar de puestos en la Policía. Los Juegos Olímpicos se celebrarán en 2024 y de su éxito dependerá en buena medida el legado que los franceses recuerden de su presidente, además de las posibilidades de Darmanin para postularse a futuro jefe del Gobierno.

En realidad, el problema de la inseguridad en el país vecino va más allá de la estadística de delitos y tiene mucho que ver con la percepción de los ciudadanos ante una realidad donde han crecido las pandillas, la delincuencia juvenil, los enfrentamientos callejeros y los ajustes de cuentas, a menudo con armas, o los grupos de ladrones organizados. Existen bandas dedicadas en exclusiva a robar en viviendas, congresos o a turistas. Como resultado, la desconfianza se ha multiplicado entre los galos. En 2018 un 48% aprobaba las inciativas de Macron contra la criminalidad.

Visita a Argelia

Élisabeth Borne llegó a la oficina del primer ministro en sustitución de Jean Castex y precedida de su fama de tecnócrata que ha participado en diferentes proyectos estratégicos para Francia, tanto desde la esfera privada como del Gobierno, en el que entró en 2017. Ganó popularidad en junio cuando, ante la pluralidad de la Asamblea Nacional, reclamó el compromiso de todos los partidos para unirse y solucionar los problemas del país «porque es lo que nos piden los ciudadanos». «El desorden y la inestabilidad no son una opción», subrayó.

También es cierto que Macron se ha encargado en las últimas semanas de llevar el peso de los mensajes más pesimistas sobre el «duro» invierno que les espera a los franceses como consecuencia de la crisis energética, la inflación y la guerra en Ucrania. El sábado, durante un discurso conmemorativo del desembarco aliado en la Provenza en 1944, el presidente volvió a pedir a los ciudadanos que se preparen para la factura de los próximos meses porque el pueblo galo «necesitará la fuerza del alma para enfrentar los tiempos que se avecinan». El jefe del Ejecutivo reiteró su condena a la invasión rusa que ha puesto la guerra «a pocas horas de nosotros en suelo europeo».

Este ha sido el primer discurso oficial del mandatario desde el inicio de las vacaciones estivales, que transcurren precisamente en la residencia del Fuerte de Bregançon, en la misma región de Provenza. No obstante, el presidente y su esposa, Briggite, ya están haciendo las maletas. Macron viajará el jueves a Argelia con el fin de reactivar las dañadas relaciones entre ambos países después de que el líder francés describiera al país magrebí como un «sistema político-militar» con una «historia oficial reescrita» durante un discurso en septiembre.

Macron prevé «profundizar la relación bilateral, mirando al futuro en beneficio de las poblaciones de los dos países». La visita se ha visto facilitada por la llamada que el jefe del Elíseo hizo a su homólogo argelino para trasladarse su pesar por los 40 muertos que han dejado los incendios en Argelia esta semana.

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