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La excanciller alemana, Ángela Merkel. reuters
El Constitucional alemán amonesta a Merkel por criticar a la ultraderecha como canciller

El Constitucional alemán amonesta a Merkel por criticar a la ultraderecha como canciller

La antigua líder conservadora atentó contra su deber de neutralidad política

juan carlos barrena

Berlín

Miércoles, 15 de junio 2022, 10:22

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El Tribunal Constitucional alemán ha amonestado este miércoles a la excanciller federal Angela Merkel por criticar públicamente en 2020 a la ultranacionalista Alternativa para Alemania (AfD) y violar así su deber de neutralidad política. Con sus declaraciones de entonces la antigua jefa del gobierno alemán violó el derecho a la igualdad de oportunidades de la formación ultraderechista. Merkel calificó, entre otras cosas, de «imperdonable» la polémica elección en febrero de 2020 como primer ministro de Turingia del liberal Thomas Kemmerich con los votos de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el Partido Liberal (FDP) y los populistas de AfD. El máximo tribunal germano debía abordar dos denuncias relacionadas con el caso, la primera contra Merkel por sus declaraciones y la segunda contra la publicación de sus palabras en páginas web oficiales. El segundo senado del Constitucional germano abordó ya el tema en una vista oral el 21 de junio de 2021, pero ha tardado casi un año en publicar su veredicto, que se saldó con 5 votos contra tres.

Con sus declaraciones desde un cargo público, la antigua líder conservadora «cualificó negativamente a la demandante e influyó unilateralmente en la competencia entre los partidos políticos», señalaron los jueces del tribunal con sede en Karlsruhe. Esa intervención en el derecho a la participación igualitaria en la formación de la voluntad política «no está justificada ni por el deber del canciller federal de garantizar la estabilidad del gobierno federal o el de salvaguardar la imagen de la República Federal ante la comunidad de estados», subraya la sentencia. El Constitucional amonestó igualmente la publicación en la web oficial de la entonces canciller federal y del gobierno federal de esas críticas por aprovechar recursos que son exclusivamente del dominio del jefe de gobierno y su gabinete. Al difundir por esa vía su valoración negativa del partido ultranacionalista, Merkel y el gobierno federal «violaron el derecho de ese partido a la participación en igualdad de condiciones en la competencia política», señaló el tribunal.

El caso tiene su origen en la votación del 5 de febrero de 2020 en el parlamento regional de Erfurt para elegir al primer ministro de Turingia, cargo para el que se presentaba a la reelección el político de La Izquierda Bodo Ramelow, que no obtuvo la mayoría suficiente en las dos primeras vueltas. En la tercera e inesperadamente Kemmerich se impuso a Ramelow por un solo voto con el respaldo de la CDU y Alternativa para Alemania. Era la primera vez y hasta ahora la única en la que AfD ayudaba a un político ajeno a sus filas a ser elegido como primer ministro de un estado federado. Aislados completamente por el resto de las formaciones políticas, los ultranacionalistas dieron pie a un escándalo político de gran magnitud en Alemania. Merkel, que se encontraba de viaje en Sudáfrica, reaccionó en una rueda de prensa al día siguiente al destacar que haría un «comentario» por razones de «política interior». Una decisión inusual, ya que los jefes de gobierno alemanes nunca hablan de política nacional en sus viajes al extranjero.

La antigua presidenta de los cristianodemócratas habló entonces de un caso único por el que su partido había roto con uno de sus principios al apoyar mayorías parlamentarias con la ayuda de AfD. El resultado de la votación en Erfurt «debe ser revertido», dijo Merkel entonces, además de exigir que la CDU de ninguna manera participase en un gobierno que contaría con el respaldo de los ultranacionalistas. «Ha sido un mal día para la democracia», afirmó la entonces jefa del gobierno alemán. Declaraciones que fueron publicadas inmediatamente en su web oficial y la del ejecutivo federal. El entonces presidente de AfD Jörg Meuthen acusó a Merkel de «intentar deslegitimar una elección en una cámara regional en el ejercicio de su cargo como canciller federal».Sometido a enormes presiones desde su propio partido y el resto de las formaciones democráticas, el liberal Kemmerich renunció tres días después al cargo y Ramelow fue reelegido de nuevo como primer ministro.

No es la primera vez que los ultranacionalistas tienen éxito con sus demandas ante el Constitucional germano. En el pasado los jueces les dieron también la razón en una denuncia contra el antiguo ministro federal del Interior, el socialcristiano Horst Seehofer, por publicar en su web oficial pasajes de una entrevista crítica con AfD y su antigua colega en el ministerio de Educación, la cristianodemócrata Johanna Wanka, fue amonestada también por la máxima instancia judicial alemana al exigir «tarjeta roja» para Alternativa para Alemania en un comunicado oficial. Los jueces del Constitucional alemán han vuelto a dejar claro que se puede practicar la crítica pública contra AfD, pero que deben respetar el principio de neutralidad estatal cuando ostentan un cargo en el gobierno federal.

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