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Mercedes Gallego
Corresponsal. Nueva York
Sábado, 24 de febrero 2024
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El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha mantenido este sábado una reunión en Washington con el expresidente de Estados Unidos Donald Trump durante la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), la principal cita del movimiento conservador de Estados Unidos. Durante el encuentro, que ha durado 15 minutos, han analizado las políticas que ambos comparten, como el fortalecimiento de las fronteras frente a la «inmigración ilegal», la soberanía de sus naciones «frente al globalismo», así como la «protección de familia y la vida» frente a la «ideología de género y la cultura 'woke'».
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El expresidente Trump ha destacado «la gran reputación de Santiago Abascal entre los conservadores de todo el mundo» y ha animado a Vox a seguir defendiendo sus postulados. Además, durante su discurso en la CPAC, ha hecho una mención especial a Abascal por su presencia en el evento, según ha informado Vox. «Por lo que leo, creo que pronto serás el número uno», ha dicho durante su intervención el también candidato del Partido Republicano a presidir la Casa Blanca, asegurando a su vez de «estar encantado» de haber conocido a Abascal y felicitándole por el «buen trabajo» que hace al frente de su partido.
Cada cuatro años desde su fundación en 1980, la CPAC se convierte en el termómetro político para vislumbrar quién ganará la nominación del Partido Republicano, a través de la encuesta informal en la que participa su público, pero este año la elección de Donald Trump está tan clara que por primera vez en más de una década lo que se pregunta a los participantes es quién debería ser la pareja del magnate en las papeletas.
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Por eso, si en otras ediciones las estrellas de la tribuna eran los candidatos que buscan el voto conservador en primarias, en la que se celebra este año en un hotel de Maryland, a las afueras de Washington, desfilan por la pasarela quienes se postulan como vicepresidente: el senador de Ohio JD Vance y el de Carolina del Sur Tim Scott, el empresario y exaspirante presidencial Vivek Ramaswami, la congresista de Nueva York Elise Stefanik y la de Georgia Majorie Taylor Greene, y la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, entre otros.
«Es como nuestra versión de 'El Aprendiz'», bromeó el presidente de la Unión Conservadora Americana, Matt Sclapp, que organiza la agenda, en referencia a la serie de 'reality shows' que hiciera famoso a Trump con la frase «¡estás despedido! ». Esa es la que el magnate quiere que los votantes digan a Joe Biden en las elecciones de noviembre. «Nuestra victoria será nuestro desquite final, y el éxito de Estados Unidos, mi venganza», planeaba decir al cerrar triunfante la conferencia de cuatro días.
Durante su primer mandato, el magnate de tabloides y 'reality shows' tomó por asalto el Partido Republicano «gobernado por locos, globalistas de fronteras abiertas, fanáticos y tontos», dijo el año pasado. «Nunca volveremos a ser el partido de (exportavoz del Congreso) Paul Ryan, (el arquitecto electoral de George W. Bush) Karl Rove y Jeb Bush», prometió. Después de transformar la formación de Reagan en el movimiento MAGA que ha creado con su eslogan de 'Make America Great Again', ahora aspira a contagiar al mundo conservador con su nacionalismo populista. Para eso estaban invitados a la palestra de estas conferencias representantes de la derecha más radical del mundo, como la que encarnan los presidentes de Argentina, Javier Milei, y El Salvador, Nayib Bukele, la ex primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, que solo duró 44 días en el cargo, el impulsor del Brexit, Nigel Farage, y hasta el presidente de Vox, Santiago Abascal.
El sueño de los organizadores de la conferencia más importante de la derecha mundial «es también la pesadilla de los progresistas del mundo», una ultraderecha internacional unida que este año presume sin tapujos de querer destruir la democracia existente para sustituirla «por esto», proclamó desde el escenario el activista Jack Posbiec. «Bienvenidos al fin de la democracia. Estamos aquí para derrocarle por completo. No llegamos hasta el final el 6 de enero, pero nos esforzaremos más esta vez». El video con sus palabras se hizo viral. Confrontado por la polémica, Posbiec dijo a la NBC que simplemente se mofaba de la falta de valores democráticos del Gobierno de Biden. «No es que queramos destruir toda la democracia, solo la del Partido Demócrata», aclaró.
La insurrección del 6 de enero está más presente que nunca en las jornadas de este año. Los 749 convictos hasta enero pasado por aquel asalto al Capitolio son considerados en este contexto «héroes» y «patriotas» para los que se pide su liberación. No hay ninguna duda de que si Trump gana las elecciones los indultará. Mientras que eso no ocurra, sus tribulaciones judiciales sirven de escarnio para contener a duras penas a otros «patriotas». Si en su anterior campaña el magnate propugnaba «drenar el pantano», en su discurso incendiario del viernes Posbiec arengó a la masa a «quemar el pantano hasta los cimientos para levantar sobre sus cenizas la nueva República estadounidense».
«La democracia es perversa», le secundaba Tommy Tatum, que recolectaba fondos entre los participantes para la defensa legal de los detenidos del 6 de enero.
Trump no es ya la única víctima del sistema, todos se sienten perseguidos por las fuerzas del 'Deep State' (Estado profundo) sobre las que ven cabalgar a Biden como si fuera un Atila que quema la hierba a su paso. «Está destruyendo nuestro país y lo único que se interpone entre su aniquilación y tú, soy yo», adelantó el expresidente a sus seguidores sobre su discurso. «El único crimen que he cometido es defender a Estados Unidos de aquellos que quieren destruirla». El magnate ha propuesto a su nuera, Lara Trump, expresentadora de Fox, para presidir el Comité Nacional del Partido Republicano, desde donde ha propuesto que la formación pague las deudas legales del empresario, que ascienden ya a cerca de 588 millones de dólares (88,3 de indemnización por perjurio y agresión sexual a la periodista Jean Carroll, 355 en multas por fraude y 100 millones en intereses).
«Os prometo que seré inteligente con el dinero del partido y no le daré cheques en blanco a los políticos de carrera», aseguró la nuera del presidente sobre el escenario de la CPAC que estrenase Reagan hace medio siglo. Toda una transformación de la que los conservadores moderados han preferido quedarse fuera este año.
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