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Corresponsal. Nueva York
Jueves, 16 de junio 2022, 23:08
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La noche del 17 de junio de hace medio siglo el guardia de seguridad de uno de los edificios de la urbanización Watergate, donde el Comité Nacional del Partido Demócrata tenía sus oficinas en Washington DC, llamó a la Policía para denunciar que alguien había entrado a robar. Lo que sucedió después trascendió con creces la detención de cinco hombres que llevaron a cabo los agentes encubiertos más próximos al lugar, algunos disfrazados de hippies, y marcó la vida de Estados Unidos para siempre.
La coincidencia del 50 aniversario con las audiencias del 6 de enero, inspiradas precisamente en las del 'caso Watergate', han destapado la nostalgia de una era de colaboración bipartidista en la que los políticos y la prensa eran capaces de trabajar juntos para tumbar a un presidente paranoico y corrupto.
Sincronía. La efeméride coincide con las audiencias públicas del asalto al Capitolio el pasado 6 de enero
Nadie espera que las audiencias del 6 de enero hagan cambiar de idea a ningún seguidor de Donald Trump, ni mucho menos que traigan un vuelco de la opinión pública como el que sufrió Richard Nixon. Cuando comenzaron las audiencias del 'Watergate', Nixon gozaba de la confianza del 68% de los estadounidenses, pero seis meses más tarde su índice de aprobación se había derrumbado al 31%, menos de la mitad. Con ello se había perdido para siempre la confianza del pueblo en sus instituciones. El Partido Republicano entendió que el presidente no se recuperaría de cara a las siguientes elecciones y soltó lastre. Nixon dimitió para evitar la vergüenza de un 'impeachment', pero desmontar su imagen y mostrar las cloacas de la Casa Blanca destruyó también la credibilidad de la Presidencia, un alto precio a pagar.
Según un estudio del PEW Research Center, la confianza de los estadounidenses en su Gobierno era alta incluso después de que John F. Kennedy fuera asesinado, alcanzando un pico del 77%. Para cuando Nixon dejó el poder, era solo del 36%. Hoy, apenas el 20% de los estadounidenses creen que su Ejecutivo hará lo correcto todo el tiempo o la mayor parte del tiempo, según la última medición de esa organización. También la credibilidad de la prensa ha caído. Solo el 29% de los ciudadanos confían en ella, según una encuesta del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo.
Unos y otros, la prensa y los políticos, buscan recuperar el poder perdido con otro golpe de efecto semejante, pero es precisamente esa desesperada búsqueda la que se interpone en el camino. Los dos 'impeachment' fallidos de Donald Trump, el de Bill Clinton y hasta las audiencias de esta semana aumentan el asqueo generalizado, solo comparable a la desilusión de tantos periodistas que querrían haber sido el próximo Bob Woodward.
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